domingo, 22 de febrero de 2015

VUELVO A PEDIR PERDÓN


Voy a pedir perdón a la gente de TARIFA. Y lo voy a hacer convencida de que no tengo por qué, pero ante la avalancha de mensajes en los que me han llamado de todo menos bonita, creo que hace falta una explicación. No se me caen los anillos por disculparme, aunque sienta que en este caso no se me ha entendido bien, se ha hecho una lectura que no se corresponde con la intención de mis palabras.

El sábado fui al cine a ver El Niño y puse un post en Facebook al volver. Mi intención no era ofender a nadie.  

Quiero que lo leáis:

He ido al cine a ver El Niño.
Lo primero que me ha dejado sorprendida es que no tenía subtítulos. No entendía una palabra de lo que estaban diciendo el de los ojos azules y su compi, me tengo que acordar de llevarme traductor para cuando vaya a Tarifa porque he descubierto que no entiendo el acento. Luego, por sorpresa, ha salido Rafael Costa paseando por Gibraltar. Y un helicóptero. (Muy importante para la próxima vez que vaya a ver una película en la que salgan helicópteros: no sentarse cerca del altavoz, que parecía que estaba dentro del cacharro). Luego han ido pasando cosas hasta que a uno le han dejado la mano que en vez de dedos parecía que tenía morcillas de Burgos y lo siguiente que recuerdo es una persecución por la playa, la Guardia Civil detrás de un todoterreno gris. Le han cogido (SPOILER). Dos o tres cosas más y se ha acabado.
Conclusión.
En algún momento y, pese al helicóptero, me he dormido.
Pero, por lo demás, bien.

Ante esto (que yo escribí en todo momento en un tono humorístico), de pronto, me empezaron a llegar comentarios de gente de Tarifa que se sentía ofendida por lo que yo había puesto.

Si alguien me conoce un poco sabe que yo no quiero cerca las polémicas. Este comentario lo hice en tono de humor, irónico, y la torpe en este caso, si se lee sin la mala idea con la que se ha interpretado, soy yo. Digo que YO no entiendo el acento. YO necesito un traductor. Y seguro que cuando vaya a Cádiz lo voy a tener porque tengo estupendos amigos allí que se van a encargar de que no me pierda una palabra, que mi dureza de oído se va a compensar con su paciencia al explicarme lo que me pierda por no entender. Quien me conozca, entenderá que también, justo después de esto, le hice un guiño de broma a un escritor al que adoro, Rafael R. Costa, que tiene una forma de vestir muy parecida a la de uno de los personajes que sale en la película (el inglés). Menos mal, él no se ofendió, que me entendió a la primera.

La semana pasada dormí muy poco, tan poco que en el cine me quedé frita, como digo en el post de Facebook, también puede ser que me pillase cansada y por eso se me escapasen las conversaciones de los personajes, sobre todo al principio de la película.

Me parece que lo que he recibido de vuelta está sacado de contexto, que he sido atacada con muy mala idea y me he visto en la obligación de bloquear a varias personas (antes he capturado los mensajes ofensivos que me han dejado, voy aprendiendo).

Otras, la verdad, es que se han portado muy bien conmigo, incluso gente de Tarifa que me ha escrito y me ha dejado explicarme en vez de llamarme barbaridades.

Me reitero: PIDO PERDÓN A TARIFA por haber elegido tan mal las palabras, pero hablaba de mí, no de sus gentes, ni de la ciudad que me parece preciosa y que es un lugar que creo que merece la pena conocer. Si me dejan, claro, ya ha habido quién me ha dicho que no se me ocurra aparecer por allí.

En mi post he añadido dos líneas:

ATENCIÓN: COMENTARIO EN MODO IRÓNICO. SOBRE MI PROPIA TORPEZA DE OÍDO.
Es que me están contando que se está entendiendo muy mal.


Os juro por mis hijos que son lo que más quiero en el mundo que jamás se me ha ocurrido meterme con los andaluces. De Tarifa o de ninguna parte. Y prometo que en mi Facebook, a partir de ahora, solo pondré spam.

LA FOTO DE NORA DE MARIA JEUNET



Sinopsis:

¿Qué harías si tu corazón elige a la peor persona que puedas imaginar?
Nora Olsen tiene la vida por delante, estudia en la Universidad de Nueva York, es una chica alegre, inquieta y curiosa. Nora tiene un amigo, Patrick, y cuando este decide encontrar a su familia biológica y saber qué pasó en realidad no duda ni un segundo en ayudarle. Todo cambiará para Nora cuando encuentran al hermano mayor de su amigo, un tipo oscuro, metido en problemas y rodeado de delincuentes, que sin embargo le enciende el corazón.
A pesar de los inconvenientes Nora inicia con él una extraña relación. Años después su unión tendrá consecuencias que ni ellos mismos imaginan y que tienen que ver con obras de arte, el FBI, un revolver, una foto...
Y es que en el juego de la vida es el destino quien encaja las piezas a su antojo, porque al final hay cosas que no se pueden evitar. ¿O tal vez sí?

Mis impresiones:

Llevo tiempo viendo las novelas de María Jeunet en la red, tanto ésta como Las hojas de Julia y la verdad es que me apetecía leerlas, así que cuando supe que María estaría en el RA, aprovechando que estamos conectadas en las redes sociales, le dije que teníamos que hacer lo posible por tropezar y así me llevaría a casa al menos uno de los dos libros, en papel, firmados por ella. Esta simple tarea se convirtió en todo un día de buscarnos la una a la otra, porque no teníamos más referencia que unas fotos de las redes (como en el libro, una foto) y encima yo aparecí con gafas. No fue nada fácil, de hecho lo conseguimos a última hora de la tarde con la ayuda de Lidia Herbada que ya me había visto en persona.

Ese ratito que compartimos lo recordaré con mucho cariño porque nos lo pasamos muy bien, me deja un impagable recuerdo del congreso de romántica y la sensación de que, además de una gran autora, en María hay una persona especial (por eso le salen novelas especiales).

Dejé que fuera ella la que eligiera una de las dos novelas para que empezase a conocerla, y ni lo dudó: La foto de Nora. Como el autor es quien mejor se conoce, le hice caso. Las hojas de Julia se quedan como pendiente para cuando nos volvamos a ver, quién sabe, quizá en la próxima Feria del Libro de Madrid.

Pero empecemos con el libro.

La novela está dividida en tres partes. En la primera conocemos a una jovencísima y loca Nora, que junto a su amigo Patrick investiga los orígenes familiares de este. En esta investigación tropieza con la foto del hermano biológico de su amigo (que roba) y Nora se enamora locamente de él, hasta el punto de obsesionarse en conocerlo. Acaba consiguiéndolo y a él, ella no le resulta indiferente. Empiezan una historia de amor que acaba interrumpiéndose bruscamente, dejando a Nora tan hundida que decide centrarse en sus estudios, marcharse de Nueva York a Europa y después esconderse en una universidad del centro de Estados Unidos, donde se acabará formando para ser la mejor en lo suyo: se acabará convirtiendo en experta en perfiles criminalísticos.

En la segunda parte empieza otra novela. Me explico. Han pasado cinco años y Nora, que ha madurado muchísimo con respecto al personaje que conocimos en la primera parte, se va a enfrentar a su primer caso como agente del FBI. Eso la obligará a volver a Nueva York, donde tendrá que trabajar codo con codo con John Newman, un joven teniente de la Policía de la ciudad con el que siente una conexión inmediata. Tienen que investigar la muerte de un hombre y la desaparición de otros dos que están conectados por el negocio de obras de arte.

La tercera… no os la cuento, porque tenéis que leer la novela vosotros.

Toda la novela se lee con una fluidez increíble, me ha costado muy poco tiempo terminarla (poco más de un día) y la segunda parte la que menos. Tiene momentos muy bonitos, de esos que te hacen leer con una sonrisa en los labios. María ha logrado que los personajes de Nora y John resulten muy creíbles y, sobre todo, sientes la conexión profunda que se establece entre ellos. Los dos vienen de una historia que les ha marcado pero al ir conociéndose la van dejando de lado, rindiéndose poco a poco a los sentimientos que empiezan a fluir. Y es que, por más que uno quiera, no se puede resistir al destino cuando éste decide venir a buscarte.

Volveré a leer las historias que me quiera contar María Jeunet porque son de esos libros que te hacen sentir bien. De los que acabas con una sonrisa en los labios. Una historia sencilla que tiene su parte de intriga, su parte romántica, su punto de humor y con sentimientos que fluyen por las páginas.

Felicidades, María.