Este libro no tiene nada que ver con el anterior. No es de los libros que elegiría si estuviera delante de una estantería en un centro comercial o en una librería, salvo que fuera a pasar la tarde en la piscina y estuviera buscando una edición barata a la que no le pasara nada por ser salpicada por una pandilla de niños asalvajados. Sencillamente, no es mi estilo.
Error. Me habría perdido una historia muy interesante. Eso es lo que tiene prejuzgar, etiquetar las cosas sin pararse a mirarlas de verdad. Justo como le pasa a Penélope, la protagonista. La historia está ambientada en el XIX, insertada en la alta sociedad londinense del momento, y cuenta cómo la protagonista se ha ido quedando sin su oportunidad de casarse (lo único para lo que estaban destinadas las jóvenes de su clase), convirtiéndose en una solterona a los 28. Nadie es capaz de distinguirla del papel de la pared. Está enamorada (como no) del hermano de su mejor amiga, que tampoco anda muy allá en eso de casarse (tiene 33, nada menos) y él nunca se fijará en ella porque es el patito feo de las fiestas de sociedad. La historia de ellos dos se mezcla con la misteriosa hoja llamada Ecos de Sociedad, escrita por la misteriosa Lady Whistledown.
No es la trama lo que me ha enganchado. Me han encantado los diálogos y la ironía en la prosa. No sabía que me iba a encontrar algo así. Pensaba que sería uno de esos libros escritos medianamente bien, con sus páginas pegote correspondientes, y poco más, pero me ha hecho reir, me ha hecho pensar en algunos momentos... No ha estado mal para una tarde de domingo. Se le puede dar una oportunidad.
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