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sábado, 10 de marzo de 2012

SOBRE LA ARENA DEL RELOJ

Me han preguntado muchas veces por qué escribo y la respuesta siempre es la misma: lo necesito. Da igual que esté construyendo una novela, un relato breve o simplemente una entrada de este blog. Da lo mismo si estoy emborronando una hoja que después dejaré abandonada dentro de cualquier cuaderno. La necesidad que hay en mí me empuja siempre a tener la mente ocupada construyendo a través de palabras.

Hasta hace relativamente poco tiempo, menos del que tiene este blog que en unos días cumplirá cuatro años, nadie leía mis cosas. Dos eran las razones: yo no se lo permitía y tampoco nadie ponía ningún interés en lo que yo hacía. Así que todo lo que me ha sucedido en el último año ha sido una sorpresa mayúscula, encontrarme con que muchos ojos distintos a los míos leían mis palabras y las comentaban ha supuesto un verdadero cambio.

Los comentarios en el blog se agradecen, antes de la navidad de 2010 no hay casi ninguno, pero son algo que en el fondo esperas cuando publicas una entrada: quieres saber la reacción de las personas que leen tus palabras e interactuar con ellas. Lo que no esperas, desde luego, es abrir el correo y encontrarte con que alguien que ha leído uno de tus libros te devuelve su opinión, preciosa, emocionándote aún más de lo que se imagina. No es la primera vez que me ha pasado con La arena del reloj, la opinión de Ángels Om está en la pestaña Mis libros, pero sí es la primera que me ha atrevido a pedir permiso a alguien "anónimo" para publicar el correo que me ha hecho llegar. Me deja que os lo muestre íntegro, espero que os guste tanto como a mí.

Es de Paloma, seguidora del blog, y quiero que leáis lo que me escribió:


Hola Mayte

Soy Paloma y aunque no nos conozcamos apenas mas que de algún que otro comentario no puedo dejar de escribirte tras haber leído tu libro.

Como comenté hace unos días en tu blog tenía La arena del reloj ahí preparado para mi próxima lectura y ahora que ya lo he leído me gustaría contarte mis impresiones.

Debo empezar diciéndote que lo terminé hace algunos días, una mañana de la semana pasada en el tren que me llevaba al trabajo y dado que estaba en un lugar público no di rienda suelta a  mi emoción pero no fue fácil.

Como ya suponía era difícil que no me emocionara, emocionaría a cualquiera. Es una historia que necesariamente transmite una gran congoja pero por otro lado es un precioso ejercicio de memoria histórica,  de la Historia con mayúsculas y con minúsculas.

He disfrutado con las anécdotas que nos cuenta tu padre, he sentido ternura y me he reído también con el abuelo Julito, me he trasladado sin esfuerzo a su vida en la finca de Meco, a sus correrías adolescentes en Alcalá y a su evidente satisfacción por su vida adulta rodeado de su mujer, sus hijas y sus nietos. Todo ello has sabido transmitírnoslo  perfectamente, de forma sencilla pero con una gran calidez, consecuencia sin duda del inmenso cariño hacia tu padre.

Y me he angustiado contigo por el avance de la enfermedad y he comprendido tu deseo de negación, tu impotencia, tu desconsuelo.

En muchas de las frases y de los recuerdos de tu padre, veo a los míos, por lo que me resulta como muy familiar, muy cercana, como estoy segura de que le pasa a muchísima gente.

Como también te comenté me llamó mucho la atención este libro porque es una idea que se pasaba por mi cabeza cada vez que iba a ver a mi madre y me contaba sus “historias”. Nunca pensé en escribir un libro, pero sí quería que esos recuerdos no se perdieran. Si me encanta leer novela histórica ¿cómo no va a gustarme la historia de la vida de mi madre, de mis abuelos, que es mi propia historia? Y como tu bien dices una parte importante de la Historia de este país.

Pero nunca pasó de ser una mera idea, nunca me decidí a ponerla en práctica.

Hace dos años que murió mi madre y aunque también estaba enferma nada hacia suponer que la muerte estuviera a la vuelta de la esquina esperándola, hasta que de un día para el otro ya no hubo tiempo para nada mas que para llorar su pérdida, lamentar todo aquello que pensamos que podíamos haber hecho y no hicimos y sentir una profunda sensación de orfandad.

Mi madre era algo mayor que tu padre y algunos de los recuerdos que mas me hubiera gustado conservar son los referidos a su niñez durante la guerra civil, esas mismas historias que nos sonaban a rollo cuando éramos pequeños y nos decían aquello de: “una guerra te daba yo” cuando le hacíamos ascos a la comida. Esas pequeñas historias que luego descubres que efectivamente forman la trama de la Historia de todos.

Tendría que hacer un esfuerzo titánico y siempre imperfecto para recuperar lo que recuerdo y ponerlo yo también por escrito para que no acaben perdiéndose, pero no se si con los retazos que conservo conseguiría componer algo coherente o si mi imaginación acabaría jugándome malas pasadas y el resultado final quizá se pareciese poco a la realidad.

Admiro por ello que tu hayas tenido esa decisión que a mi me faltó porque gracias a ello ahora tienes una preciosa joya para compartir en primer lugar con tu familia pero también con todo el que quiera asomarse a una historia entrañable y cercana y emocionarse con ella.

Me he adentrado en este universo bloguero hace relativamente poco tiempo de la mano de mi amigo Luis Miguel, del blog El tiempo de Roman. He descubierto un nuevo mundo apasionante, autores noveles con mucho que ofrecer, reseñas interesantísimas que me ayudan a elegir mis próximas lecturas y la posibilidad de intercambiar opiniones sobre libros ya leídos.

No tengo un blog en el que hacer una reseña de tu libro, pero quería que supieras lo que me ha hecho sentir su lectura.

Espero también leer pronto El medallón de la magia y poder opinar sobre él en cuanto salga alguna reseña que seguro no tardarán mucho en ir apareciendo en cualquiera de los blog que seguimos.

Espero no haber resultado un incordio contándote mi propia experiencia, pero me parecía importante explicar la importancia que para mi tienen los recuerdos y vivencias de nuestros mayores.

Para cualquier cosa que quieras contarme aquí tienes mi correo. Yo seguiré paseándome por tu blog, comentando y disfrutando de todo este mundo de las letras tan apasionante.

Un abrazo y un beso enorme,
Paloma 


Después de unas semanas en las que he estado abriendo mi correo con cierto recelo (exponernos en un escaparate como es internet tiene dos lados y yo ya los conozco) esto me ha devuelto un poco la confianza. Creer un poco más. No sé qué tiene el destino preparado para mí, qué pasará con toda esta historia dentro de unos meses. Ni siquiera me atrevo a soñar nada. Pero sí sé una cosa:  lo mejor de la vida es que está ahí, precisamente, para vivirla.

Y ahora me voy, que hay un paquete en correos que contiene El eterno olvido, de Enrique Osuna en papel y quiero recogerlo ya.

13 comentarios:

  1. Me alegro mucho que lo hayas compartido con nosotros. No me extraña que esta opinión te haya emocionado y llegado al corazón. Las palabras de Paloma transmiten perfectamente lo que es "La arena del reloj" y todos sus sentimientos y emociones.
    Nunca pierdas la ilusión, este libro y todos los otros tienen mucho que darte y no tardara en llegar.
    Feliz fin de semana!!
    Besotes

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  2. Me quedo muy emocionada con tus palabras...
    Feliz findee...Besillos Matilde.

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  3. Después de leer esta opinión, solo puedo hacer dos cosas. Una dar las gracias de corazón a Paloma, por permitirte compartir su opinión con nosotros, y segundo decir que me siento orgullosa de haberte conocido y de haber "vivido" tus recuerdos.
    Un beso.
    Àngels.

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  4. No me extraña que te hayas emocionado con estas palabras de Paloma. Como dice Margaramon, tranmite todo las sensaciones que La arena del reloj nos produce. Y el efecto que su lectura nos causa.
    Y sabiendo lo que nos estás haciendo disfrutar, nunca abandones Mayte. Gustar nunca podrás gustar a todo el mundo. Eso es algo que no puedes evitar. Pero nos gustas a muchos, dissfrutamos con tus escritos, en el blog, en tus libros... Y sólo por eso creo que merece ya la pena.
    Besotes!!!

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  5. Marga, la ilusión va y viene, hay etapas en la vida. De todos modos, nunca seré capaz de dejar de escribir, eso lo tengo muy claro.

    Besos

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  6. Matilde, cualquiera no se emociona con algo así. Lo había escuchado muchas veces, casi una por ejemplar de papel de La arena del reloj. Lo quería compartir porque las palabras de Paloma las había escuchado parecidas, pero he tenido que verlas escritas para ser capaz de creerlas. Este libro es más mágico que el último.

    Besos

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  7. Ángels, tú sabes lo difícil que es escribir sobre ti mismo, sobre tu propia vida. Es como sobre exponerte. Sin embargo, a mí me compensa. Las historias que aparecen en La arena son sólo anécdotas mezcladas con Historia y mis emociones... creo que no soy la única que las ha sentido alguna vez.

    Yo sí que estoy orgullosa de haberte conocido, a ti y tus siete personajes.

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  8. Margari, no eran críticas, era algo mucho más enredado, surrealista en el fondo, pero creo que ya ha pasado la tormenta.

    Con La arena del reloj no he recibido nada negativo y con Su chico de alquiler una sola crítica: poca madurez de la adolescente protagonista. Yo trabajo con adolescentes, me dio lo mismo lo que me dijera. Los percibo como poco maduros y así los retraté.

    Seguiré escribiendo porque no sé cómo hacer para no hacerlo (aunque parezca un trabalenguas)

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  9. Hola Mayte. Tengo pendientes muchos comentarios en mi blog y en los de los amigos por la vorágine en la que estoy metido en estos últimos días. Hoy me he tomado un día de descanso y acabo de conectarme y lo primero que he visto es este enlace tuyo en Facebook. Qué bien ha expresado Paloma (¡qué amiga que tengo!) los sentimientos que afloran con la lectura de tu libro. Por desgracia esas sensaciones las guardamos en nuestros corazones, en mayor o menor medida, con los seres que se nos han ido y sobre todo con nuestros padres. Y escribirlo para que lo lean los demás es muy, muy difícil. Y eso tú lo has conseguido. Me identifico con lo que dices de las subidas y bajadas, del porqué de escribir y del porqué de a veces querer dejar de hacerlo. O más bien de exponerlo al mundo. Una vez que dejamos que nuestras letras salgan al extrerior para ser leídas por otros ya no podemos parar. Sería un crimen. Y cómo no van a hacernos dudar actitudes o situaciones que nos suceden, por supuesto. Pero no nos queda más remedio que superarlas y aprender. Bueno, voy a seguir por este maravilloso mundo bloguero que me queda mucho "curro" por hacer hoy...
    ¡Un besazo!

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  10. Yo tengo una cosa clarísima, Mayte, y es que cometerías el gran error de tu vida si alguna vez dejaras de publicar todo lo que bulle dentro de tu cerebro y de tu corazón. La opinión de mi amiga Paloma añade un eslabón más a la brillante cadena de opiniones que hemos ido emitiendo los lectores de tu "Arena". La página en blanco te aguarda, no la hagas esperar... y a tus lectores, tampoco. Un besazo.

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  11. Resulta un poco extraño ver mis palabras en tu blog pero me alegra compartirlas con todos y sobre todo me alegra que hayan servido para darte ánimos.

    Un gran honor compartir aunque sea un poquito este espacio contigo.

    Hay que escribir, y seguir escribiendo y disfrutar con ello.

    Muchos besos

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  12. ¡Muchas gracias por compartir con nosotros esta entrada! Imagino lo emotivo que tuvo que ser recibir estas palabras en tu correo electrónico. ¡Merece la pena esta dedicación! Besos.

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  13. Cuando se escribe lo que se siente y no lo que otros quieren leer, se corre el riesgo de no gustar, pero nadie te quita el enorme placer que ha supuesto para ti expresar las cosas como tú sentías que debías expresarlas, y sobre todo cuando, como a ti te pasa, escribes por la necesidad personal de escribir, no de contentar a todo el mundo. Recréate en escribir lo que a ti te llena y disfruta de ello. Si además llegan buenas críticas como de hecho estás teniendo, entonces ya el placer y la satisfacción serán máximos. Enhorabuena por lo que haces.
    Besos.

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