Cuando
te embarcas en una aventura del calibre de la que yo me he puesto como reto,
nada es posible sin el apoyo de gente que tienes detrás. La autoedición es un
camino con más espinas que rosas y los triunfos son pequeños. Estos sólo se
convierten en grandes por aliento de las personas que te quieren y que están
cerca de ti, que te empujan para que no te rindas.
Convierten, a tus ojos, algo
insignificante en un logro enorme.
En casa
me apoyan siempre, creen en mí y eso me ayudó a tomar decisiones que me han
costado mucho. Antes de publicar El
medallón de la magia había otra novela terminada a la que sigo pensando que
le falta algo de madurez. Tuve dudas sobre cuál de ellas sería el siguiente
paso y en todo ese camino varias manos se tendieron para ayudarme. Me leyeron,
me dieron su opinión, me señalaron caminos que podría explorar.
Me empujaron a
la arena y los leones, de momento, no me han comido.
Sigo
luchando ahí, como una gladiadora.
Igual
que yo he necesitado de ese apoyo, he creído que había otros compañeros de
aventura a quienes les vendría muy bien sentir que no estaban solos. Sus libros
me gustaron y poco a poco, a través de correos y redes sociales, nos fuimos
conociendo y conectando. Siempre he estado ahí, brindando mis manos para que
cuando se produjera ese momento en el que las fuerzas flaquean y tienes ganas
de rendirte, tuvieran un lugar donde agarrarse. Unos oídos dispuestos a
escuchar, simplemente, que no estás solo.
He
recibido de vuelta mucho cariño y mucho apoyo, y un año después de que
este mecanismo empezase a funcionar, sigo teniendo amigos que no se han apeado
de la aventura y que me siguen cuidando igual que yo a ellos. No sé cómo darles
las gracias, probablemente les dedicaré unas palabras en mi próximo libro, si
consigo algún día convencerme de que la siguiente novela está lista.
Espero no decepcionar.
Mayte, ningún camino es fácil pero con mucho esfuerzo y dedicación estás ahí dando a conocer tus libros. Tienes a mucha gente que te apoya y que está dispuesta a ayudarte y eso te lo has ganado tu solita por ser como eres, una gran escritora y mejor persona. No hace falta que te diga que puedes contar conmigo para lo que necesites.
ResponderEliminarUn besazo y a seguir caminando que todavía tienes mucho camino por recorrer.
A mí me parecéis todos unos valientes, en serio. Eso de coger tu obra y publicártela requiere de gran valor. Siempre te queda la duda de si es lo suficientemente buena, si se merece estar ahí. Pues, SÍ!! No tienes más que escuchar a los lectores ;-)
ResponderEliminarY si puedes echar una mano a otros en tu tesitura, pues genial. Valor, y al toro!!
Tu nunca decepcionas Mayte. Al contrario, te vuelcas totalmente en lo que te propones.
ResponderEliminarSiempre es importante el apoyo cuando se emprende algo, siempre es importante sentirse arropada, sentirse querida. Da más valor para hacer frente a todo, ¿verdad? Y desde luego tú te mereces ese apoyo y más. Y no, seguro que no vas a decepcionar, podrá gustar más, podrá gustar menos, pero nunca decepcionar.
ResponderEliminarBesotes!!!
No creo que nunca puedas decepcionar a nadie.
ResponderEliminarEsperamos tu próxima novela.
Besitos.
Sigue el consejo de los tuyos. Los demás aparecemos y desaparecemos, vamos y venimos, como las golondrinas... Pero los tuyos de verdad siempre estarán contigo y no te van a engañar.
ResponderEliminarAunque una manita (o patita), de vez en cuando, de alguna golondrina, no viene mal...
¡Besazos, Mayte!
Te honra que agradezcas esos apoyos. Creo que al final tu esfuerzo dará sus frutos.
ResponderEliminarBesos
Es bonito sentirse arropado, porque es mucha la dedicación y uno nunca sabe si se consiguió un buen trabajo.
ResponderEliminarTe encanta escribir y tienes la suerte de tener mucha gente que te apoya y que nunca va a dejar de estar ahí. Así que nunca desanimes.
Marga, tú siempre me ves con buenos ojos. Me encanta sentirte cerca.
ResponderEliminarBesos
Mónica, a veces ves el toro demasiado cerca y te entran ganas de salir corriendo todo lo que te den las piernas, pero otras, escuchándoos, las fuerzas se renuevan y consigues aliento para seguir y valor para no rendirte.
ResponderEliminarTambién están los otros, los momentos de debilidad, los que surgen al estar expuestos todo el tiempo y que te convierten en alguien vulnerable. Me parece que no llevo una capa roja, ni para asustar al toro ni para salir volando.
Un beso
Dácil, me gustaría disponer de más tiempo libre porque aunque parezca imposible tengo siempre mil ideas revoloteando por la mente y proyectos que se quedan ahí precisamente por falta de tiempo.
ResponderEliminarMe encanta tu periódico. ¿Ves? Eso también me gustaría poder hacerlo.
Besos
Margari, es cierto. Ese apoyo, aunque sólo sean palabras de vez en cuando, empuja como si se tratase de un huracán fuerza 5.
ResponderEliminarLa siguiente novela, para variar, supone un cambio de género total, otro registro diferente. Será como volver a empezar de cara a los lectores, así que la inseguridad no puedo evitar que me asalte.
Besos
Pakiko, no entiendo la vida sin dar las gracias, sobre todo cuando se trata de personas que me cuidan y me quieren, que se preocupan porque esté tranquila.
ResponderEliminarMe gusta la palabra gracias. Es cortita pero llena de contenido.
Besos
Enrique, sé que tengo suerte. Y también sé que, aunque esta aventura un día se acabe, nunca dejaré de escribir, aunque sea para mí misma. No puedo.
ResponderEliminarCreo que los escritores se pulen con el tiempo pero hay que nacer con algo especial porque si no, no se entiende que empeñes tu tiempo de sueño, tu ocio y parte del tiempo que no tienes en algo que muchas veces no lleva a ninguna parte.
De todos modos, aunque me digas siempre lo contrario, todavía no creo que yo sea escritora. Puede que con una novela uno pueda acertar, que guste, pero hasta que no se es capaz de repetirlo varias veces, nos quedamos en meros aspirantes.
Un beso
Inés, como he dicho antes, la novela está. Me falta un poquito, algunas correcciones y una bonita portada. Para dar el salto al vacío no hace falta nada más que un día tonto.
ResponderEliminarUn beso
Román, (Luis Miguel). Aunque es cierto que en este mundo tan rápido a veces vamos y venimos, sabes que al final hay gente que no te fallará simplemente con que les sugieras que necesitas un pequeño empujón.
ResponderEliminarPero dices otra cosa muy cierta: al final, lo que verdaderamente cuenta, quienes están sí o sí, son tus familiares. Al resto, como dice mi prima Pili, los encontramos por la calle.
Un beso
Siempre adelante Mayte. Cuanto os admiro
ResponderEliminarBesos