La
última semana me ha regalado unos días de descanso. Mi padre, cada vez que
salíamos de casa para disfrutar de un tiempo de ocio, siempre me repetía lo
mismo: el viaje también son vacaciones. Y esa máxima me la tomo siempre de la
letra. Organizo mis salidas teniendo en cuenta que no hay prisa por llegar, que
en el camino conviene pararse y no sólo en un restaurante de carretera a
tomarse un café y a estirar las piernas. Miro la ruta e invariablemente encuentro
lugares que no me obligan a desviarme demasiado de la ruta y que me aportan
algo positivo, haciendo del trayecto algo más que un simple trámite.
Ayer,
por azares del camino que me devolvía de unos días en León, aterricé en Urueña
(Valladolid).
Por si
queda algún despistado que no lo sabe aún, Urueña es conocida como la Villa de
Libro. Valladolid presenta esta oferta de turismo cultural desde que en 2007 se
puso en marcha este proyecto. Por las calles del municipio, repartidas, varias
librerías y otros establecimientos relacionados con los libros abren cada día
sus puertas a quienes se quieran acercar a ellos. Según cuentan este proyecto
se inspiró en otros pueblos o villas del libro que existen en Europa. La más
antigua de ellos es Hay-on-way, pero no es la única. Cuatro o cinco municipios
más reúnen en sus calles librerías que suponen un reclamo turístico que
dinamiza la zona.
Ahora,
después de relataros más o menos lo que podéis encontrar en cualquier guía, entro
a contaros mis impresiones sobre el lugar, lo que siempre hago cuando reseño un
libro aunque hoy, en lugar de páginas, en mi mente desfilan calles y plazas,
librerías y museos.
A ver
cómo sale.
Lo primero
que puedo decir es que aparcamos extramuros. Al centro se puede acceder por la
puerta del Azogue, la apertura de la muralla presidida por un arco de medio
punto. Lo lógico hubiera sido atravesarla pero no sé por qué empezamos a caminar
bordeando el pueblo y por la primera escalera que encontramos nos subimos al
muro que antaño protegía el lugar. No se puede recorrer al completo, dando la
vuelta a la villa, pero sí en muchos de sus tramos y como la tienen tan bien
acondicionada es un lujo pasear por ella mientras miras a un lado el pueblo y
al otro el paisaje que inevitablemente te trae a la cabeza esa frase que tantas
veces nos han repetido: "ancha es Castilla". Si visitáis Urueña un
consejo: nada de tacones. El empedrado hace difícil caminar con ellos y el
sitio es para disfrutarlo, no para volver con un esguince.
Una de
las cosas que nunca me acuerdo de mirar siempre que voy a un sitio son los
horarios de visita. Cuando paramos en Urueña eran las tres de la tarde, la hora
en la que todas las librerías están cerradas y la gente tranquila en sus casas,
por lo que el paseo fue solitario. Después de localizar los establecimientos
que nos apetecía conocer de primera mano, entramos en una cafetería. Se llama
El Portalón y tienen un café de puchero aromatizado con canela, clavo y naranja
que estaba delicioso. En ella mantuvimos una amena charla con la propietaria y
con el dueño de la librería que está al lado, Páramo. Hicimos tiempo hasta que abrió
y una vez en su local pudimos disfrutar de un espacio donde se venden libros de
segunda mano. Buscaba uno de Auster pero no tenía ninguno. Espero que en mi
próxima visita haya suerte. Yo sé de más de uno (y una) a quien se le están
poniendo los dientes largos al leer esta entrada.
Después
nos seguimos moviendo por la villa y entramos en el Museo del Libro y de la
Escritura. E-Lea es, según dicen ellos mismos, el corazón de la Villa del
Libro. Estuvimos viendo la exposición
permanente, Entre Líneas. Una historia
del libro. La exposición recorre los seis mil años de historia del libro,
desde las tablillas escritas en cuneiforme en Mesopotamia hasta la irrupción
del ebook en nuestras vidas. Especialmente interesantes son los vídeos que se
pueden ver. No nos dejamos ninguno, desde el primero, en el que explican cómo
se hace el papiro, pasando por el tratamiento de las pieles para realizar
pergaminos o el proceso de creación de papel a partir de textiles.
Llevo
tiempo buscando información sobre la imprenta, su aspecto, los tipos móviles,
cómo se realizaban las primeras impresiones… y no se me había pasado por la
cabeza (vale, lo reconozco, pensé poco) que podrían tener una allí. Verla,
después de haber visto montones de fotografías y grabados de ella fue emocionante.
Pero no se quedan en una imprenta, también allí tienen la linotipia y un
espacio reservado al libro digital, la revolución en la difusión de la
literatura que apenas cuenta con un par de décadas de historia pero que está
suponiendo un verdadero cambio para la industria.
Una
mención que tengo que hacer es a Carmen, la encargada en ese momento del museo.
Se dio cuenta de que estábamos viendo los vídeos y uno de ellos no funcionaba.
Sin pedírselo nos buscó para ponérnoslo en otro reproductor y se lo agradecemos
porque merecía la pena escuchar la explicación. Al finalacabamos saliendo con
un paraguas rojo de la tienda del museo, un paraguas que además de llevar
escrito en él el logo de La Villa del Libro, tenía propietaria mental en cuanto
lo vimos. (Ahora sólo queda que lo recojas, Antonia Corrales. Ya sabemos que
tienes uno pero por si acaso, que no te falte nunca.)
Cuando
salimos del museo, en cuyas puertas de acceso podemos leer la biografía del
autor vallisoletano por excelencia, Miguel Delibes, seguimos visitando
librerías y en Alcaraván se cumplió mi deseo de llevarme a casa un libro de
Auster. Otro que se va a colar en la lista de pendientes porque no sé esperar
cuando tengo un libro suyo en la mesilla.
Si os
apetece ir a Urueña, sabed que cuando más gente hay es los fines de semana y
los festivos y que a partir de octubre y hasta el 31 de marzo el museo abre
sólo de jueves a domingo.
Como
creo que todos los que han abierto una librería en un pueblo tan pequeño como
es Urueña se merecen un aplauso por valientes, por aventureros, por
comprometidos por la cultura, quiero mencionar los nombres de todas las
librerías:
El rincón escrito
Páramo
Alcuino Caligrafía & Arte
El Grifilm
La bodega literaria
Bibliomanía
Boutique del cuento
Almadí
Alcaraván
Taller de Encuadernación de
Urueña
¿Os
animáis?
ay qué envidia!!! pero bueno, por poco tiempo que espero no terminar el año sin escaparme... Me alegro de que saliese bien la aventura
ResponderEliminarbesos
Dientes largos... No... Larguísimos!!! Voy a tener que apuntar este rincón como de visita obligada. Ays, a ver si puedo darme alguna escapadita.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Mayte, ¡qué sitio más interesante! cuando pase por ese pueblo sé que es visita obligada.
ResponderEliminarMe ha gustado tanto las imágenes como tu forma de describirlo, entran muchos deseos de ir.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo
Rosa
Qué paraíso. Y la pena es que no se le ha dado demasiada publicidad porque creo que pocos lo conocéis, no? Yo ya lo he marcado como sitio de parada obligatoria para cuando realice la ruta de mis sueños ;-) Felicidades a todos los valientes y mucha suerte!!
ResponderEliminarQué envidia!! Tiene que ser un lugar mágico y con encanto. Tomo nota de este pueblo tan especial para una escapadita. Mucha suerte a los libreros.
ResponderEliminarBesitos