Sinopsis:
Celia tiene una vida ordenada que comparte desde hace cuatro años con Rubén, su novio, un abogado guapo y trabajador, aunque poco espontáneo y nada detallista. Ella está convencida de que todo lo que ocurre en el universo, lejos de estar escrito en las estrellas, es fruto de la casualidad. El día que cumple treinta años sus amigas le regalan un precioso vestido acompañado de una casual noticia: tienen la dirección de Marco Ferlini, un antiguo amigo a quien perdieron la pista y con el que Celia mantenía una estrecha relación de amistad con derecho a cama. Con el resentimiento y la curiosidad de saber qué habrá sido de su vida, Celia se decide a escribirle una carta. Pero la respuesta no es la que esperaba. Atraída por la impertinencia de su misterioso remitente, Celia se ve arrastrada a mantener una fluida correspondencia con él, creándose entre ellos un mundo paralelo al margen de sus vidas. ¿Quién se esconde tras esa correspondencia? ¿Podrá el destino cruzar sus vidas de nuevo?
*La reseña contiene un mínimo spoiler que espero que no os destroce la lectura. Prometo que es mínimo.
Mis impresiones:
Me ha encantado.
Así de contundente es mi primera valoración de la novela, lo primero que me sale de dentro contar sobre la última (segunda) novela de Sara Ventas.
Hace unos años leí Treinta postales de distancia. Era una de las novelas que en ese momento triunfaban en Amazon y la compré porque su argumento despertó mi curiosidad. Recuerdo perfectamente que leí un treinta por ciento de la novela de una sentada, maravillada por ver que era una novela independiente que estaba dejando en mí mejores sensaciones que muchas de las que llevaban detrás un sello editorial avalando de alguna manera su calidad. Eran los primeros tiempos de la autoedición y Sara creo que fue una de las responsables de que mucha gente se animase a emprender ese camino.
Tiempo después, como no podía ser de otro modo, Sara tenía la novela en papel, con una editorial, incluso existe la versión en inglés de Treinta postales de distancia. Yo quería tenerla y la compré, y con ello le conseguí una lectora más de rebote, puesto que mi hija, aunque en principio no tiene la edad objetiva para esta novela, la leyó y le encantó.
Con estos precedentes, sabía que en cuanto estuviera disponible la segunda novela de Sara Ventas correría a comprarla, aún sin saber nada de la sinopsis. Me arriesgaba, pero poco, se ha tomado su tiempo para escribirla y eso también era sinónimo en mí de ciertas garantías. Por lo menos la de saber que ha mimado el texto, que se ha tomado su tiempo en crear una historia.
Lo que no esperaba es que me asaltase al leerla esa sensación tan maravillosa que solo sucede de vez en cuando, la que me grita “esta novela la querría haber escrito yo”.
Sara plantea una historia que arranca en 2003. La elección de la fecha no es casual. Aun siendo una historia actual, tenía que ser de un momento en el que no se hubiera popularizado en exceso el uso del correo electrónico, para que el comunicarse por carta, incluso sonando un poco anticuado, resultase más verosímil. Y es que las cartas son las protagonistas absolutas de ¿Y si no es casualidad? Las cartas y esa discusión que se traen Celia y Marco sobre la casualidad y el destino, las dos posturas que cada uno defienden con encontrados argumentos.
Sara usa dos narradores para esta historia. Por una parte tenemos a Celia, que escribe en primera persona, y a la que conocemos a través de sus palabras, además de las cartas. Celia es un poco cuadriculada, en su vida no hay aventura y eso se lo echará en cara Marta, su hermana, que es bastante más loca que ella. La decisión de escribir a Marco Ferlini, un antiguo amigo con el que perdió el contacto después de la universidad, surge a través de una de sus amigas, que en el día de su treinta cumpleaños le dice haber conseguido su dirección. Al principio Celia no piensa escribirle, pero lo piensa mejor y en su primera carta, que pretende ser cortés, acaba echándole en cara que desapareciera sin más, dejándola con miles de preguntas.
Marco, el destinatario de la carta, no está presentado en primera persona por el narrador, sino en tercera. Vive en Verona y es italiano, traductor de español, y recibe la carta con sorpresa. No es el Marco que busca Celia, todo es un terrible malentendido, pero en lugar de contestar simplemente señalándole su error inicia con ella una correspondencia en el que ambos van a ir conociéndose.
La novela tiene un montón de giros, pero es una novela, sobre todo, de personajes. Celia y Marco se desnudan en esas cartas, vemos cómo, poco a poco, pasan a buscar con ansiedad en sus buzones la respuesta del otro, y no solo porque Celia esté aterrada de que Rubén, su novio, descubra que sigue manteniendo contacto con alguien que le contó que no era quien buscaba.
Hay más personajes, todos merecen la pena y están muy bien perfilados, desde la hermana de Marco, las amigas de Celia, su familia... no ha dejado ningún detalle de ellos y tienes la sensación de que los conoces.
Sabéis que nunca destripo las novelas en las reseñas, me gusta que las descubra cada uno, pero no puedo dejar de contar mis sensaciones. Me ha gustado la ambientación, cómo está escrita, las cartas, los personajes... Me ha gustado todo. Le deseo a Sara mucha suerte y os digo que se ha colado entre mis mejores lecturas del año.
Y la quiero en papel pronto.
¡Hola! Entre la sinopsis y cómo describes tus sensaciones, tengo muchísimas ganas de leer este libro, así que... va directo a mi lista de pendientes. Espero poder adquirirlo pronto *-*
ResponderEliminarDeja muy buen sabor, es muy original en su planteamiento y dista mucho de la romántica típica. A mí me ha ganado.
ResponderEliminarMayte, he leído con mucho interés tu reseña porque te aseguro que la sinopsis ya me había hecho decidir que no. Y no es que haya cambiado de opinión radicalmente tras leerte, pero si cae en mis manos probablemente le dé una oportunidad.
ResponderEliminarBesos.
PUes me fío mucho de ti, así que me llevo bien apuntada esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
No lo conocía, pero no le hago desprecio ;)
ResponderEliminarBEsos.
Jopé, eso de "esta novela hubiese querido escribirla yo" son palabras mayores, Mayte. Si tú me dices eso, allá que voy. Tenía en casa "30 postales de distancias", pero me parece que me la salto y me voy directamente a este nuevo título. Le deseo todo el éxito del mundo a Sara Ventas. Besotes.
ResponderEliminarHola ❤ Encantada de conocerte! Soy nueva en tu blog, y me he sumado a tus seguidores. Me hará mucha ilusión recibirte en mi blog y que te sumes también a los míos.
ResponderEliminarEn el momento en que asalta esa sensación de "Esta novela querría haberla escrito yo" es que has conectado hasta el fondo con ella. Parece un argumento muy bonito, que me alegra que hayas disfrutado, porque eso también consigues transmitírnoslo después en la reseña. También he visto que tú tienes tus propias novelas, espero poder algún día leerlas y devolverte en mi blog lo que tú haces con otros muchos autores: dar tu opinión y transmitir el amor por la lectura de sus libros.
Muchos abrazos.
♦ La Reina Lectora ♦.
Muchas gracias, Eva. Me gustaría visitar tu blog, pero no sé por qué, mi antivirus no me deja acceder a él.
ResponderEliminarEsta novela me ha gustado mucho. Tiene un argumento muy original y es de las que me gustan, de las que te obligan a pegarte al libro hasta que te lo terminas.
Un beso