Páginas

sábado, 28 de febrero de 2015

FINALISTA EL EL III PREMIO INTERNACIONAL DE NOVELA HQÑ

En una nube. Así llevo desde hace un par de días. Escribiendo y borrando frases que cuando releo no me sirven, porque no encuentro la manera de transmitir todas las sensaciones que me invaden en estos momentos. 

¡He sido finalista en el III concurso Internacional de Novela HQÑ de Harlequin!

¡Estoy feliz!

¿Qué digo feliz? ¡Eufórica!

Esta novela es la que he me ha mantenido ocupada este verano, la que terminé de revisar justo antes de ponerme a darle los últimos toques a Brianda.


Como desde Harlequín aún no lo han hecho, no os voy a contar nada de ella de momento. Solo una cosa: estoy segura de que os va a gustar, porque es muy fresca y con un tema de actualidad que os hará pararos a pensar un poco. Y tiene no una, sino dos historias de amor.

Ay, que ya estoy impaciente, ¡¡¡quiero que la leáis ya mismo!!!

Me presenté al concurso muy ilusionada, pero consciente de que es un certamen internacional, en estos momentos hay mucha gente escribiendo historias de muchísima calidad y no era sencillo llegar hasta aquí. Sin embargo, me apetecía el reto, probarme, vivir la experiencia y os prometo que ha sido fantástica. Me teníais que haber visto cuando recibí la llamada, creo que hasta que no pasaron un par de horas no fui capaz de reaccionar de verdad, y lo mejor fue cuando decidí que esto se lo tenía que contar a mi madre. Agarré el teléfono, conté los tonos mientras iban sonando, impaciente por soltar la lengua y ella me contestó bajito:

-Hija, luego te llamo que ahora no puedo hablar.

Por supuesto, me reí, ella es así. La había pillado en un mal momento. Hasta tres horas después que me llamó, no pude contárselo. Menos mal que no me muerdo las uñas, no hubiera quedado ni una.

Otra hija, la mía, desde entonces me lleva dando miles de besos, diciendo que tiene la mejor madre del mundo. Aunque solo sea por esto, presentarse al concurso ya hubiera merecido la pena, por verla sentirse tan orgullosa de su mamá. Me la voy a comer cualquier día, o escribiré un personaje que se parezca mucho a ella, para que no se me olvide nunca lo preciosa que es. Mis chicos, los dos, también me han llenado de besos y abrazos, y anoche lo celebramos como se merece, los cuatro juntos. 

Quiero verle la carita ya, va a ser la primera vez que no conozca el rostro de una de mis novelas, pero estoy muy tranquila porque sé que en Harlequin se están haciendo portadas fantásticas y estoy segura de que le pondrán un traje que le siente como un guante.

¿Os he dicho que estoy feliz?

Por si acaso, lo estoy.

Me he quedado pensando en el lógico despiste que pueden tener conmigo mis lectores. Empecé escribiendo una novela juvenil. Luego salté a otra intimista. Después, una juvenil fantástica y más tarde acabo ganando un premio a la Mejor Novela Sentimental por Detrás del cristal. Cuando todo el mundo esperaba algo parecido... ¡voy y publico una novela juvenil fantástica con tintes históricos! ¡Y ahora una romántica!

Seguiré así, buscando para cada una de mis criaturas el mejor sitio que pueda, dejándome llevar por la historia que me seduzca en cada momento porque disfruto muchísimo con esto.

Voy a seguir escribiendo, como digo siempre, porque no sé no hacerlo. No sé cómo se vive sin palabras.

Una cosa más.

¡¡¡¡Estoy feliz!!!!

Os dejo una foto con los nombres de la ganadora y las otras dos finalistas, a las que felicito desde el blog y deseo toda la suerte del mundo.