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miércoles, 22 de junio de 2016

ESTOY FELIZ


Mis manos hoy se deslizan torpes por el teclado, intentando seguir la secuencia de las palabras que recorren mi cerebro a toda velocidad, sin alcanzar a transcribir las emociones que llevo dentro. Son tantas que se han transformado en un cosquilleo interno que impide que alcance la velocidad media a la que estoy acostumbrada.

Estoy feliz.

En el carrusel de emociones en el que llevo subida desde hace cuatro veranos han sido muchos los momentos de vaivén, de subidas lentas y de bajadas cargadas de adrenalina, y creo que desde hace tiempo he dejado de intentar controlar lo que me sucede.

Me dejo llevar.

Hoy toca un día pleno, un día de resultados después de muchos de espera, de unos meses complicados en los que he ido perdiendo algunas cosas –algunas de las cuales ya son irrecuperables por mucho que me empeñe-, pero también he ganado. Y lo que he ganado llena.

Me guardo esta emoción.

La necesito para afrontar el verano, para subirme a ella y, con su impulso, volver a dejar que salga de mí una historia que conozco porque llevo rumiándola muchísimo tiempo. He ido sentando las bases durante este tiempo y ahora solo queda pasear y, al volver a casa, recuperar las palabras que me susurran los personajes cuando estamos solos en el bosque.


Y seguir siendo yo.