No tengo tiempo ni de respirar, tengo un montón de proyectos por revisar y, como soy así de optimista con el tiempo que voy a tener, me compro más libros. En el kindle he preferido no mirar lo que hay, creo que tengo dos páginas enteras de adquisiciones de las últimas semanas; basta decir que he tenido que hacer limpieza de los leídos -y de los que sé positivamente que no leeré- porque no me cabían más.
Estos de la foto son solo los de los últimos quince días, a los que hay que sumar los de la siguiente, los del mercadillo de segunda mano (por Dios, que no venga ese puesto, que me vuelvo loca y no tengo mucho más sitio en casa). Menos mal que estos ya los he leído, algunos varias veces, pero es que siempre me entran ganas de releer.
Vamos a ver si me da el verano para leerlos o, como me pasa casi siempre, vuela entre mis manos y llega septiembre sin darme cuenta y sin haber hecho nada de nada.
Estos de la foto son solo los de los últimos quince días, a los que hay que sumar los de la siguiente, los del mercadillo de segunda mano (por Dios, que no venga ese puesto, que me vuelvo loca y no tengo mucho más sitio en casa). Menos mal que estos ya los he leído, algunos varias veces, pero es que siempre me entran ganas de releer.
Vamos a ver si me da el verano para leerlos o, como me pasa casi siempre, vuela entre mis manos y llega septiembre sin darme cuenta y sin haber hecho nada de nada.