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martes, 24 de marzo de 2020

SEGUNDA SEMANA

El día 13 de marzo nos enclaustramos en casa. Hasta hoy solo he salido en dos ocasiones, el pasado miércoles para comprar el pan y algunas cosas más que necesitaba (10 minutos escasos entre la calle y el súper) y el sábado para comprar carne y útiles de limpieza. Tardé un poco más, igual 15.

El resto de los miembros de la familia sacan a Ulises por turnos y, cada vez que lo hacen me angustio y les pido que se den prisa, que no tarden, que procuren no tocar nada. No tardan ni 10 minutos, pero se me hacen eternos. También son ellos, por turnos, quien van trayendo fruta una vez a la semana o el pan.

La cuarentena, el confinamiento, el encierro... me dan igual. No es lo que peor llevo, de verdad, lo que peor llevo es todo lo que está sucediendo alrededor. De menos a más son:

Que no pueda escribir...

Que me cueste avanzar en las lecturas...

Que cierren el súper hasta nuevo aviso por responsabilidad, que sospecho lo que significa... 

Que me entere de que se acaba de morir Lucía Bosé, a quien conocí en los mejores años de mi vida...

Que la presión mental me tenga tan dispersa que el viernes quemé la cocina de casa...

Estoy pasando miedo, angustia y lo peor es que todo el mundo me llama histérica. No es histeria, es que esto está muy gris y se está poniendo negro. Una vez me salvé de una inundación y me recuerda al cielo de esa tarde. La promesa de una tormenta épica se convirtió en la peor que he visto. Me encontré perdida en una carretera, en medio de la noche, con el agua hasta la puerta del coche.

Y eso casi antes de lo que dura un pestañeo.

Me angustio porque el viernes pude matar a mi familia y a todo el edificio, solo porque no consigo tener la cabeza donde hay que tenerla.

Voy a terminar de leer un libro y haré una reseña, a ver si soy capaz de encontrar paz, aunque esta semana lo voy a tener complicado.

Dicen que esto no ha hecho nada más que empezar. Mi madre está sola con los gatos. Echo de menos a mis niños. Quiero que vuelva el pensamiento coherente y no perderme entre las palabras porque esto no es más que el reflejo de unas emociones que no soy capaz de procesar.

Estoy muy harta.

Lunes, 23 de marzo de 2020



3 comentarios:

  1. Las cosas no can a cambiar porque tú te preocupes demasiado. Piensa en eso cuando te dé la angustia, prueba todos métodos que te recomienden y ojalá alguno te sirva. No desesperes, no servirá de nada. Biquiños!

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    1. Han cambiado todas mis rutinas y no funciona nada de lo que me tranquiliza. Supongo que tengo que amoldarme, pero es algo que cuesta. Curiosamente, no es salir lo que echo de menos, es mi espacio a solas.

      Besos

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  2. Te entiendo Mayte porque estoy igual que tú y sufro por mi familia porque estamos separados y no soy capaz de centrarme en nada. Pero aunque ahora parezca complicado, todo esto pasará. Dar consejos es muy fácil así que yo no lo haré. Me limito a mandarte todo el ánimo del mundo y un abrazo muy fuerte

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