Páginas

jueves, 29 de julio de 2021

PERDER EN EL MES DE JULIO YA ES COSTUMBRE

Tengo terror al verano. No solo por el calor, que causa estragos en mi tensión y me mantiene mareada todo el día, sino por las casualidades que se acumulan en sus días y que lo convierten, con muchísima diferencia, en la peor época del año. 

Siempre pasa algo muy malo.

Siempre el mundo se descoloca.

Siempre salta todo por los aires dejando en el ánimo una angustia que se instala casi hasta que octubre viene a rescatarme.

En verano, a mi familia le da por morirse.

Supongo que las altas temperaturas complican las patologías igualito que las bajas, pero en mi familia parece que estamos abonados a estos meses. Sobre todo a julio. 

Perder a alguien en el mes de julio es ya una costumbre.

Este año, pensaba que nos íbamos a librar. Salvo algún contratiempo del todo ajeno a esto, el mes iba muy bien. Ya lo estábamos terminando, y eso era bueno porque el mes de julio es, con diferencia, el peor. Agosto lo ha intentado, pero no ha sido capaz de acercarse a lo funesto de su hermano anterior. Pues, para no dejar un verano tranquilo, hoy que es santa Marta, hoy que no quedaba nada para terminarlo bien, hemos tenido otra baja más: la tía Ascensión. Desde que me lo han contado esta mañana estoy con un nudo en el pecho y no doy una. Voy por la casa como un alma en pena, buscando qué hacer donde ya no hay nada que hacer porque la ansiedad me ha empujado a hacerlo todo mucho más rápido de lo normal. Llevo toda la mañana con la mirada borrosa, los ojos rojos y no sé cuántos pañuelos han ido a la papelera. 

La tía Ascensión deja, para siempre, una rama del árbol vacía.

Y así me siento por dentro: vacía.

Aún estoy en casa, no sé cuándo iremos al tanatorio, porque las circunstancias de su muerte, ajenas a este virus, tristes y difíciles, complican los tiempos, pero sé que cuando vaya será aún peor que aquí. Porque volveré al cementerio donde están mis abuelos, mi padre, mis tíos... y donde cada vez los que nos quedamos de pie en el funeral de este cementerio somos menos que ocupan su lugar en él. Porque las emociones de todas esas veces se me van a venir encima, lo quiera no. Porque las personas que quiero se me incrustan en el alma y no se van aunque la muerte, la maldita muerte, se las lleve. Se quedan conmigo y el dolor de no poder acercarme a ellas, darles un beso, charlar un rato, porque ya es imposible, me destroza.

Y me rebelo.

Y me hundo más de lo que estoy.

Tengo que ir, pero no quiero.

Debo ir, pero tengo miedo de volver un poco más pequeña.

Un poco más rota.



lunes, 26 de julio de 2021

UN HOMBRE PARA UN DESTINO DE VI KEELAND Y PENELOPE WARD

 



Sinopsis:

"Todo empezó con un vestido…"

Cuando entré en aquella tienda de segunda mano, allí estaba: el vestido perfecto, con plumas y… una misteriosa nota de un tal Reed Eastwood.

Parecía el hombre más romántico del mundo, pero nada más lejos de la realidad.

Es arrogante y cínico, y ahora, además, es mi jefe.

Necesito descubrir la verdad tras esa preciosa nota y nada me detendrá.


Mis impresiones:

Descargué esta novela, que se aleja bastante de lo que suelo leer, porque alguien en quien confío me la recomendó. Decía que se leía fenomenal, y como yo estos días solo quiero leer sin complicarme la vida, le hice caso.

Empezamos mal. 

Me cuestan las novelas en primera persona, necesito que contengan una historia lo suficientemente atractiva como para no cansarme de ellas a las pocas páginas. A pesar de ese inconveniente de entrada, la novela empezó a interesarme y poco a poco fui entrando en la trama por un detalle: el sentido del humor. Charlotte, la protagonista, tiene una personalidad muy interesante. Es capaz de hacer muchas tonterías, la primera la encuentras ya en el arranque de la novela cuando, movida por una nota que encuentra prendida a un vestido de segunda mano, se pone a investigar. ¿Quién habrá escrito algo tan bonito? ¿Cómo será la receptora de su mensaje?

Ni corta ni perezosa, acude a una de las fuentes más rápidas de estos momentos: las redes sociales.

En ellas encuentra a Reed y, para conocerlo, no se le ocurre otra tontería que apuntarse en una web para que le enseñe una casa valorada en 12 millones de dólares.

Ella, que no tiene ni trabajo porque lo ha perdido.

El cuestionario para ver la casa lo rellena después de haber bebido de más y me moría de risa con las tonterías que puso. Entonces, si puso tantas tonterías, ¿por qué una empresa prestigiosa que investiga a todos sus clientes para no perder el tiempo, aceptan enseñarle la casa? Pues porque Reed quiere saber precisamente eso, quién es la osada que ha intentado tomarles el pelo.

La verdad es que el encuentro entre ambos personajes no augura nada bueno. La imagen que se ha hecho Charlotte de Reeds se viene abajo, por mucho que le siga pareciendo un hombre impresionante. Se va de allí avergonzada y triste, y se encierra en un baño a llorar. Por gilipollas. Porque se da cuenta de que ha hecho una de esas cosas que puede hacer cualquiera cuando está dolido. Charlotte lo está, su novio la dejó con el vestido de novia comprado y, desde entonces, no da una.

En ese baño, sin embargo, le cambiará la vida. Una mujer mayor, Iris, está al otro lado de la puerta. Cuando sale, Charlotte, que como digo no está bien, le acaba contando su vida y lo que le ha pasado con Reed. Esta señora le ofrece un empleo que no solo la hará estar en contacto con él, sino que va a cambiar la vida de los dos.

Pensé que sería una novela repleta de escenas sexuales, que me iría saltando porque hace mucho que me resultan todas muy parecidas. Me equivoqué, hay tensión sexual entre los personajes, pero las autoras, porque son dos, no se recrean en lo fácil. Hacen que conozca a los personajes y los motivos por los que ambos actúan como actúan. Y hacen que poco a poco los vayas queriendo. A Charlotte, porque es espontánea, divertida, lista... A Reed porque, cuando sabes lo que le pasa, puedes llegar a entender por qué actúa así.

Y que necesita ayuda.

La novela tiene de fondo una enfermedad degenerativa, y deja a la vista algo maravilloso que tiene la novela romántica: se puede tratar cualquier tema siempre que se ponga el foco en lo que es lo importante, la trama romántica. Y se puede hacer con mucha dignidad, sin dramones, como es el caso de esta novela.

Estoy teniendo mucha suerte, llevo tres novelas seguidas que me han gustado.

A ver lo que empiece hoy.




viernes, 23 de julio de 2021

LA LUZ DE LA PASIÓN DE NURIA LLOP

 



Sinopsis:

Si encuentras el amor verdadero, tarde o temprano lo reconoces, porque la luz de la pasión ni se finge ni puede ocultarse para siempre.

Pablo Ribera, un prestigioso médico de Madrid, ve truncado su futuro tras ser condenado por la Inquisición. Su única esperanza es conquistar a la mujer que ha sido el amor de su vida. Pero al salir de la cárcel descubre que esa mujer se ha casado y que él ha perdido su casa. Solo le queda una opción: instalarse en la que su madre comparte con dos inquilinas.

Lucía Garrido, una joven partera viuda, busca un esposo que le permita mantener su independencia y su oficio, y ve en el hijo de su casera al candidato perfecto. Ni siquiera le importa que siga enamorado de otra mujer. Sin embargo, Pablo considera descabellada la proposición de matrimonio y Lucía elabora un plan para convencerlo de aceptar sin tener que revelarle la verdad que subyace en su empeño de casarse con él.

El problema es que otras estrategias se fraguan bajo el mismo techo. Y que el plan de Lucía despierta en Pablo la necesidad de averiguar esa verdad que ella esconde. Una necesidad que surge del fuego que la deseable viuda enciende en él y que amenaza con dominar su voluntad de no dejarse atrapar en un matrimonio sin amor.

Una entretenida historia de enredos amorosos y pasiones irresistibles con un toque de intriga.


Mis impresiones:

Elegir una novela de Nuria Llop, la que sea, viene con garantía: vas a leer algo que está bien escrito, bien sustentado en una ambientación cuidada y con unos personajes que siempre tienen una gran personalidad.

Tras la increíble novela de Mayte Uceda me daba miedo abrir otro libro. Pensé, y con razón, que cuando te quedas con una resaca lectora importante, porque has dado con un libro grande, te va a costar no valorar el siguiente guiándote por las sensaciones del anterior. Por eso, antes de abrir uno nuevo, le di vueltas. Estamos en verano, hace calor (mucho) en mi habitación y las noches se hacen muy largas si no encuentro un libro que me mantenga atrapada entre sus páginas.

Mirando entre mis adquisiciones recientes, encontré La luz de la pasión. Mi madre, que se me adelantó cuando lo compré, ya lo había terminado y me dijo que le había gustado mucho, así que abrí sus páginas.

Desde el principio, me quedé atrapada entre ellas.

La magnífica ambientación en el Siglo de Oro, momento histórico que por razones personales conozco bien, me cautivó. Pero no fue solo eso, también los personajes. Pablo, con el peso a la espalda de haber sido acusado de herejía, encarcelado, torturado y castigado a no poder ejercer su profesión de médico; su madre, Jerónima, una viuda de carácter que no está dispuesta a permitir que su hijo se hunda; Gabriela, una joven melancólica que se ha ido a vivir a casa de Jerónima.

Y Lucía, la partera.

Es el personaje de la novela. 

Por mucho que Pablo Ribera sea el protagonista, la que me enamoró desde el minuto uno fue esa mujer decidida que dibuja Nuria, una mujer que sabe lo que quiere y que lucha por ello.

El sentido del humor, presente tanto en esta como en otras obras de la autora, hace que cada rato esboces una sonrisa. A veces, las escenas recuerdan a las obras teatrales de ese magnífico siglo donde la literatura brillo de manera deslumbrante, compensando todas las sombras de la brutal crisis económica, la miseria, la pobreza y la ruina de un Imperio que se desmoronaba sin remedio. 

Nuria Llop crea una novela que a ratos, cuando habla del proceso inquisitorial de Pablo, se vuelve dura, pero que se compensa con todos los momentos luminosos entre los protagonistas y por esas otras escenas en las que el humor aligera todo.

No he echado de menos nada, me ha gustado mucho ese final de enredo tan literario, me han gustado las referencias constantes al tiempo en el que transcurre, que no abruman al lector, algunas, de hecho, creo que pasarán desapercibidas a ojos poco expertos, pero que además no hacen sombra a lo que tiene que estar en un primer plano en una novela romántica: la trama amorosa.

Hay química entre los personajes.

Hay detalles preciosos en cuanto a la vestimenta.

El proceso inquisitorial.

El trabajo de partera.

El de médico...


Leedla, si os apetece una novela romántica, porque estoy segura de que no os vais a arrepentir. La luz de la pasión es una buena manera de conocer a Nuria Llop. Creo que es la tercera novela de una saga (los que me leen saben que yo lo del orden de las sagas lo llevo mal, empiezo por la que sea), pero no he echado de menos nada. Se lee perfectamente ella sola.


martes, 20 de julio de 2021

EL GUARDIÁN DE LA MAREA DE MAYTE UCEDA

 



Sinopsis:

Las Palmas, 1918. Marcela Riverol y su familia tratan de sobrevivir al hambre mientras se suceden los combates entre británicos y alemanes en aguas del archipiélago canario, bloqueado por los submarinos germanos. Hans Berger, teniente de la Marina alemana, es encontrado a la deriva y llevado malherido a casa de los Riverol. Marcela lo cuidará con la ayuda de Herminia, una anciana de pasado misterioso y con fama de bruja.

Cuando Hans debe volver a la guerra, el vínculo entre ambos será tan fuerte que cambiará sus vidas para siempre.

Una épica novela que narra el bloqueo que sufrió Canarias durante la Primera Guerra Mundial y el naufragio del Valbanera, el mayor siniestro naval español en tiempos de paz. Una historia de amor que cruza océanos y atraviesa la primera mitad del siglo XX.

Solo el amor es capaz de vencer al tiempo, el olvido y la guerra.


Mis impresiones:

Antes de empezar, diré que llevo años esperando esta novela. No es una frase hecha, literalmente llevo años sabiendo del proyecto de Mayte Uceda, porque más o menos coincidimos en el tiempo de escritura con el mismo tema de fondo, la Primera Guerra Mundial, y terminamos la redacción de nuestras novelas en fechas parecidas. Ambas comentamos la coincidencia de elección, otra más de las casualidades que nos unen (ejemplos son nuestro propio nombre, o que nuestras madres se llamen igual, aunque hay muchas más).

El caso es que la estaba esperando.

Por eso, en cuanto se publicó me hice con ella y la he ido leyendo con la calma y la atención que merecen los libros que esperas y que sabes, porque algo te lo lleva diciendo mucho tiempo, que te van a llegar.

El guardián de la marea narra la historia de Marcela Riverol y Hans Berger, una muchacha canaria y un submarinista alemán, una historia de amor que sirve de motor para ese paseo que supone esta novela por nuestra historia del siglo XX. A través de ellos, Mayte Uceda recrea la situación de las islas Canarias, centrándose en Las Palmas durante los años de la Primera Guerra Mundial. Narra un hecho olvidado, el bloqueo sufrido por las islas que hizo que esa guerra afectase en gran medida a sus habitantes. La neutralidad de España en el conflicto, para Canarias no fue sino papel mojado, pues sufrieron hambre y miseria, y con ellas la necesidad de buscar otros horizontes cuando la gripe que asoló el mundo, la bautizada por la prensa como "gripe española" hizo su aparición nada más acabar la guerra.

Es en ese contexto donde Mayte rescata otro hecho que tampoco es todo lo conocido que debería ser: el naufragio del Valbanera en 1919, un transatlántico que naufragó en las costas de la Habana y que constituye el peor desastre marítimo español en tiempo de paz, con casi 500 fallecidos. Un huracán impidió que llegase a puerto y este hecho lo enlaza la autora con los avatares de sus personajes. De este modo, Historia e historia, la real y la ficticia, se van dando la mano durante toda la novela. Y lo hace bien, sin agobiar con la información, dando los datos justos para situar al lector y, llegado el caso, despertar su curiosidad para que después indague sobre los hechos, pero sin perder de vista que esto es una novela y donde debe estar el foco es en ese nudo de la trama que es la historia de Marcela y Hans.

La novela recuerda a las grandes novelas de otro tiempo y, desde mi punto de vista, los personajes son tan potentes que quizá pudiéramos estar ante una de las grandes novelas de este año. Yo, sin duda, os la recomiendo.

La protagonista es Marcela. Es casi una niña cuando empieza la novela y a lo largo de sus páginas vamos a asistir al recorrido por toda su vida, una vida dura, pero en la que también caben momentos luminosos.

Hans tiene unos años más que Marcela y eso al principio hace que trate de mantenerse a distancia de ella, puesto que la ve, a ratos, como a una niña. Es un hombre de honor y a través de él Mayte juega a enseñarnos que la guerra es una cosa y las personas que participan en ella, sobre todo quienes no toman las decisiones importantes, son otra.

Otros personajes maravillosos son Herminia, la Maldiciones, una vieja "bruja" a la que acabaremos por tomar mucho cariño, Mili, una huérfana que adora a Marcela o sor Felipa, la monja del hospicio que las ha criado a ambas. Hay hombres en la novela, Thomas es uno de los personajes más entrañables, pero tengo la sensación de que esta es una novela de mujeres. Porque también están Rosita, Carmen o Elena.

Pero si hay algo que se quedará en el lector es esa ambientación que ha hecho tan bien Mayte Uceda. Las Palmas, La Habana o Santiago de Chile, los olores, los sabores, la miseria y la luz, cuando tenían que aparecer, lo hacían. Y uno se siente paseando por sus calles, frente a los edificios -algunos de los cuales siguen en pie-, y con el deseo de marcharse a las islas y poner los pies sobre ellas.

Mientras tanto, poned los ojos sobre esta novela.

No os vais a arrepentir.

La podéis conseguir aquí, y esta vez os recomiendo que lo hagáis en papel. Las grandes novelas se merecen ese formato.