No sé si alguna vez habéis escuchado la palabra "biblioterapia". No existe una definición para ella en el diccionario de la RAE, al menos yo no he conseguido encontrarla, pero sí existe una corriente que defiende el uso de los libros con fines sanadores o terapéuticos, pues se toma como premisa que la lectura (del mismo modo que la escritura) resulta beneficiosa para curar el alma.
Lectura y escritura servirían para poner en claro distintas situaciones que la persona ha vivido. Se realiza un ejercicio de empatía que puede conducir a la persona a reconocer su problema o, al menos, relativizarlo.
La lectura es fuente de bienestar. Mientras se lee, el cerebro se relaja y se aleja de la fuente de angustia, pero si, llegado el momento, los ojos tropiezan con algo que puede conducir a poner un poco de luz en su situación personal, también sirve de apoyo para la reflexión e, incluso, en esa misma lectura se podría encontrar un camino para afrontar el problema.
Mientras se escribe, parece que los efectos sanadores también se dan. De alguna manera, el problema se saca de dentro y se pone a una cierta distancia que hace más sencillo procesarlo. Afrontarlo. Asumir un camino que, de hacerlo sin sacarlo de nuestra mente, sería mucho más complicado.
Esta terapia se recomienda en casos de duelo, enfermedad, depresión, cuando una relación se ha roto, cuando se tiene baja autoestima, cuando se ha vivido un hecho en extremo traumático... Y los resultados suelen ser muy buenos. Se utiliza en hospitales, pero también se sabe que los clubs de lectura sirven en muchos casos para sustituirla.
La literatura que podemos introducir en esta categoría serían los libros de autoayuda (aunque no todos valen, deberían estar supervisados por profesionales), pero también se sabe de la tremenda utilidad de la poesía. Y de la novela.
Reconozco que es mi terapia favorita, a la que llegué sin saber que lo sería y sin conocer, de ningún modo, sus beneficiosos efectos. Leer sana, eso lo sabe tu alma cuando te sumerges en el libro y te olvidas de los problemas. Escribir cura, eso lo siente tu corazón cuando sacas de dentro el dolor y lo expones aunque no sea más que frente a tus propios ojos.
Bendita terapia, pues.
Es la más dulce que conozco.
Por esa misma razón, sois tan importantes los escritores. Sin vuestro trabajo sería imposible la terapia.
ResponderEliminarLeer ayuda, ayuda mucho, pero se necesita alguien que cuente historias
Todos lo necesitamos, lo que pasa es que algunos aún no lo han descubierto. Un beso, María.
EliminarBendita terapia, sí. Yo tampoco sabía cuando empecé, hace ya un montón de años, que leer se iba a convertir en mi mejor refugio.
ResponderEliminarBesotes!!!
No te pide nada y te da mucho.
EliminarBesos, Margari
Es muy cierto esto que cuentas. A mí los libros me ayudan a evadirme, a dejar durante un rato todo lo que me hace daño. Pero no solo eso, a veces me una lectura me ha servido para abrirme los ojos y ver algo desde otra perspectiva. La magia de los libros... Y que siempre podamos contar con ellos. Muchos besos.
ResponderEliminarEso es, porque los libros siempre están ahí, para cuando los necesites.
EliminarBesos