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martes, 1 de junio de 2021

MY SHINING STAR DE LAURA SANZ

 

Pulsa en la portada



Sinopsis:

¿Puede una persona brillar?

Eso se preguntaba Simón una y otra vez mientras anclaba las pupilas en el cantante de aquel grupo de rock, hasta ese día totalmente desconocido para él.

Sí, una persona podía brillar. Al menos Mike Allen lo hacía, con una potencia tan extraordinaria que incluso él, que jamás se había sentido atraído por nadie del mismo sexo, era incapaz de apartar la vista del escenario.

Estaba fascinado.

¿Puede una persona ser un oasis de paz para otra?

Eso se preguntaba Mike mientras sus ojos recorrían a Simón de arriba abajo con avidez.

Apenas le conocía, pero desde el primer momento que cruzaron sus miradas, sintió una fuerte conexión con aquel hombre moreno de aspecto tranquilo y reservado, tan diferente a él.

Quizá era una locura lanzarse a averiguarlo, pero ¿desde cuándo era él una persona sensata?


My shining Star

Dos hombres y una historia de amor


Hace ya muchos meses, Laura Sanz, mi compañera y amiga, me habló de su deseo de contar esta historia. Había en ella miedo por el enfoque, porque era la primera vez que se enfrentaba a narrar una historia entre dos hombres. No sabía si sería capaz de plasmarlo con el respeto que le merece, si podría construir una novela bonita que cualquiera pudiera disfrutar. Sabemos que los prejuicios existen, pero también hay mucha gente que no los tiene. ¿Por qué no hacerlo si te apetece? Dudó, como dudamos siempre, hasta que se sentó a escribir.

Entonces, en cuanto las palabras empezaron a ordenarse, el miedo se esfumó y ya solo quedaron las sensaciones que le producía la relación entre Mike y Simón. Durante la redacción de esta novela, ella brilló. Sus avances los medía en palabras conmigo, yo apenas sabía de la novela que un día llevaba 20.000 palabras y poco después 27.387.  Y que poco a poco se hacía grande y ella se sentía maravillosamente frente al teclado. Sobre el contenido, sería un secreto hasta que llegase el momento de que pudiera leerla entera.

Cuando terminó, volví a ser su lectora cero y os prometo que volvió a sorprenderme. Ha pasado de la Edad Media a los Landvik que enamoran a las lectoras, pasando por Harry, su personaje más atormentado, Poncho, un pijo que se vuelve divertidísimo al lado de Estela y los dos hermanos Salas, con los que nos llevó de la mano al oeste Americano, a esta otra historia. Una que abre un camino diferente.

Una apuesta.

Un riesgo.

Un acierto.

Sé que hay mucha gente que cuando nos lee hablar de los libros de autores que están a nuestro lado, no nos cree: "Ya está esta haciendo promoción de sus colegas". Se nota que, primero, a mí no me conocen de nada. Nunca recomiendo nada que no me parezca digno de ser recomendado o que no haya leído. Y menos en el blog, un sitio que es casi mío y de Margari, que es la persona que siempre está ahí (gracias, preciosa). Segundo, que este blog, como acabo de decir, es cero influencer de nada. Es donde guardo las lecturas que quiero recordar. ¿Qué sentido tendría entonces?

Lo recomiendo porque así lo siento, porque cuando leí esta novela venía de una sequía lectora importante que se desvaneció entre sus páginas. Buscaba ratos para leer. Me daba prisa en terminar las tareas para poder sentarme con el libro. Se me olvidó que, de vez en cuando, tenía que fijarme en si había alguna errata que se hubiera escapado, porque solo quería leer y saber qué pasaba con estos dos.

(Solo me ha pasado con novelas esto tres o cuatro veces en lo que va de año y una de ellas no tiene reseña porque hay una razón poderosísima para que no la tenga, que contaré en un tiempo. Una razón que me hizo muy feliz. Una razón que se convertirá en unas palabras aquí cuando de verdad proceda.)

No me disperso más. 

Hoy es el primer día de Mike y Simón (con tilde en la o). Hoy es el momento de empezar a descubrirlos. Espero que quien se anime se encuentre tan cómoda como yo en la historia. A los que os gusta Laura Sanz, es ella, es la de siempre. Es su manera de narrar, es su capacidad de mostrar emociones y esa forma de llevarte de la mano hasta el final.

Es ella brillando.

No se puede pedir más.