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sábado, 25 de junio de 2022
LOS INGRATOS DE PEDRO SIMÓN
martes, 21 de junio de 2022
SOLO TENGO TIEMPO DE ESCRIBIR
El 4 de mayo a las tres y media de la tarde abrí un Word. Había una historia circulando por mi mente, una idea difusa que algún día quería plasmar en una novela y, como soy una impaciente, empecé. Para escribir esa primera escena necesité documentarme y pronto me di cuenta de que había empezado la casa por el tejado. Sin tener claros los escenarios, la tarea de escribir se complicaba porque tenía que detenerme a cada momento para saber si lo estaba haciendo bien o me estaba perdiendo.
Con esa escena escrita, decidí que no podía seguir adelante.
Los días siguientes, sin embargo, me sentía como huérfana. Mis personajes me reclamaban, así que me senté en el ordenador y empecé a consultar todas las fuentes que fueron cayendo en mis manos. Anoté en una libreta datos dispersos, sin saber si los necesitaría o no. Poco a poco, toda aquella información que me había ido llamando la atención empezó a armar un puzle en mi cabeza y se fue colocando en su sitio.
Con las ideas muchísimo más claras, me volví a sentar a escribir.
Ha pasado poco más de un mes desde entonces y la novela avanza a buen ritmo. A día de hoy, la historia ya ha tomado cuerpo, los personajes empiezan a latir y a comportarse como personas y no son esas primeras marionetas que yo iba moviendo por el escenario. Ahora son ellos los que me arrastran por esta ciudad que no tiene nada de imaginaria y la historia que está saliendo es bonita.
Estoy muy segura.
Mañana, por razones personales no creo que me pueda sentar a escribir, y tampoco lo podré hacer quizá hasta la semana que viene, y por primera vez en mi vida siento rabia. Siempre he sabido aplazar la escritura, no me ha importado parar un poco, pero esta vez... es que yo misma tengo prisa por llegar al final de la historia, quiero leerla. Quiero saber.
He hecho algo que para otros puede ser pecata minuta, pero que para mí es extraordinario, he escrito ya 26 capítulos. ¡26! Y sé que en parte se lo debo a esos ratos después de la cena, en los que me siento sin tener que estar pendiente de nada ya, libre de obligaciones, pero también a las mañanas. Madrugo, paseo con Ulises y después vuelvo a mi mesa y escribo. Me deshago en palabras, dibujo emociones y calles, fiestas y conventos, música y pasteles, y aunque así dicho parezca caótico, este cuadro está quedando luminoso.
No quiero dejar de escribir estos días, así que, tal vez, cambie mis planes, esas primeras intenciones de dejar el ordenador en la mesa. Planeo robarle horas al sueño, porque la verdad es que con esta historia ya estoy soñando.
Con mucho dolor, porque ya llevo más de doscientas páginas, he dejado aparcada otra historia, para cuando sea su momento, porque esto fluye. ¿A que va a ser verdad que lo que tiene que pasar, aunque no te guste, sucede por algo mejor?
jueves, 16 de junio de 2022
HABLANDO DE COSAS
miércoles, 15 de junio de 2022
EL VIAJE
martes, 14 de junio de 2022
CAÍDOS DEL CIELO
lunes, 13 de junio de 2022
REINICIANDO
Si no he contado mal, estoy en mi día 5 de reseteo. La semana pasada, por sorpresa, me encontré a mano el botón y la oportunidad y lo apreté. Sin pensarlo, sabiendo que me voy a tener que acostumbrar a algunas cosas. Y desintoxicarme de otras, claro, pero para eso es resetear.
Llevaba mucho tiempo atascada y no por decisión propia. Un día, a lo tonto, me encontré con que me había metido en un jardín porque me paso de buena y no supe salir de él. O no quise, eso no lo tengo muy claro, porque a veces me da por explorar el mundo y me quedo a ver qué encuentro. Si merece la pena o si es una estupidez.
El caso es que este jardín inexplorado estaba lleno de vegetación y a mí se me ocurrió que podía convertir un bosque espeso y desordenado en un vergel. Lo regué, usé tijeras de podar, saqué montones de bolsas al contenedor de orgánico y al final, cuando me di la vuelta para comprobar si mi obra había merecido la pena, me fijé que, por donde había empezado, las hierbas tomaban otra vez por asalto mi jardín. No sirvió de nada porque yo solo tenía buena voluntad y no un herbicida y porque los jardines salvajes odian a los jardineros y se ríen de ellos.
Pero mira que soy cabezota, pensé que podía con él...
No ha sido así, claro, me ha consumido mucha energía para nada. He perdido el tiempo, que al final es lo único que tenemos los seres humanos. Finito, frágil, indefinido y no por eterno, precisamente. Ahora me pregunto cuál fue la razón para adentrarme en esta tonta cruzada y no la encuentro, pero en su día supongo que pesaron razones que tenían más que ver con deseos que con la realidad.
El caso es que hace unos días cerré la cancela. Salí del jardín y no he vuelto ni a mirarlo. Que crezca por donde quiera, que se ahogue entre malas hierbas, que sea feo y no lo bonito que yo quería ponerlo. Algunos jardines prefieren ser así, sin darse cuenta que, en cualquier momento, si no se cuidan, una colilla mal apagada, un mal gesto, un rayo o cualquier descuido prenderá una brizna de hierba y acabarán rendidos al fuego. Que dejarán de ser hasta una posibilidad.
Yo no me voy a quedar a mirarlo.
Prefiero gastar la vida en otras cosas.
miércoles, 8 de junio de 2022
SIN FECHA DE CADUCIDAD Y TUS PRIMERAS VECES CONMIGO
Hoy llega a las librerías Sin fecha de caducidad, la novela con la que resulté ganadora del X Certamen Internacional de novela romántica HQÑ. No hace ni dos meses que se puso a la venta Tus primeras veces conmigo, la novela que ya estaba programada antes del premio, así que, aunque hoy le tocaría ser protagonista a la que llega a las librerías, me niego a dejarla atrás. Las dos son especiales porque son mis últimas novelas.
Quiero aclarar algo de ellas. Son románticas, sí, pero no por ello están vacías de un contenido más allá de la historia de amor entre dos personas. Yo no sé escribir solo acerca de miradas ardientes y besos apasionados, necesito que haya algo más detrás. Un viaje, interior o a un lugar concreto. Una reflexión. Un enredo... (nunca escribo misterios, sino confusiones). Por eso, cada una de estas dos novelas temas de fondo (de fondo y con respeto) muy serios y presenta a unos personajes que poco tienen que ver entre ellos.