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martes, 16 de agosto de 2022

"RESPETA MI OPINIÓN"

Cuando estudiaba, nos daban definiciones y nos las aprendíamos.

Por ejemplo: 

"Cuchara: Utensilio para coger una pequeña porción del contenido de un recipiente, en especial para tomar y llevarse a la boca alimentos líquidos o blandos que no pueden pincharse con el tenedor; puede ser de metal, madera o plástico y consiste en una pequeña pieza plana ovalada o redonda y ligeramente cóncava con un mango".

A nadie se le ocurría cuestionar al diccionario, no se le pasaba por la cabeza defender a capa y espada  que las cucharas tienen pinchos o sirven para cortar. Que era su opinión y había que respetarla, ¿verdad?

Pues eso, tan sensato, era antes de Twitter.

Ahora alguien llega y te dice que un utensilio con pinchos es una cuchara y a alguien con la cabeza bien amueblada y conocimientos básicos de diccionario se le ocurre decir, oye, que no que eso no es una cuchara, mira el diccionario y te responde soberbio, respeta mi opinión, que tengo derecho a tenerla. Por supuesto, respeto que seas idiota, no te digo nada por eso, a mí como si lo cultivas en macetas, pero las cucharas no pinchan por mucho que lo repitas o por fuerte que lo grites. O por muchos tuits que pongas. Solo te digo que si cualquiera va al cajón a buscar una cuchara para comerse un yogur y se encuentra con un utensilio con pinchos, se va a cabrear, pues no cumple la función para lo que la quiere. No es cuestión de encaramarse en una opinión, va más allá: es una cuestión de diccionario. De definición.

Por mucho que te parezca una cuchara, no lo es.

Así de sencillo.




sábado, 13 de agosto de 2022

EL PRODIGIO DE LAS MIGAS DE PAN DE MARGA DURÁ

 



Sinopsis:


1890, Can Marea, Barcelona. Claudia Caralt, una niña de nueve años, vive con su familia paterna y su madre italiana en la masía familiar de un pueblo de la costa. Su madre, a la que siempre ha estado muy unida, fue una prometedora pintora que tuvo que renunciar a su carrera cuando se casó. Claudia no quiere que le suceda lo mismo y está decidida a convertirse en lo que realmente desea ser.

El día en que su hermano Amadeo nace con una discapacidad, nada vuelve a ser igual para ambas. Pasados los años, el enfrentamiento con la familia y las ansias de libertad de Claudia la llevarán a huir a Roma, donde trabajará en un centro psiquiátrico en el que viven niños discapacitados que han sido abandonados y que, como Amadeo, están al margen de la sociedad. Allí conocerá a la dottoressa Montessori, una de las pedagogas más revolucionarias de todos los tiempos, con quien luchará por una idea poderosa: solo a través de la educación puede cambiarse el mundo. En ese momento, Claudia decide estudiar para ser maestra y así conseguir hacerse cargo de su hermano; pero nada sucederá como lo tenía previsto.

Esta novela es un fascinante viaje hacia la libertad en los albores del feminismo del siglo xx, una reflexión sobre los claroscuros de la maternidad y el retrato de dos mujeres que, a lo largo de tres décadas, se atreverán a reivindicar su inteligencia y sus sueños.

Mis impresiones:

No voy a contar nada de la novela, nada en absoluto más allá de lo que dice la sinopsis. Solo voy a decir que me ha encantado. Me ha parecido que tiene un ritmo estupendo, que la historia te atrapa y te lleva en volandas y que el contarte la vida de María Montessori a través de otro personaje, Claudia, es todo un acierto.

Normalmente se me hacen pesadísimas las novelas en primera persona, pero no ha sido el caso de esta, al contrario.

Si queréis un libro bonito, entretenido, con ritmo, de esos que quieres tener un rato para leer, este es uno de ellos.

Palabra.

jueves, 11 de agosto de 2022

LAS ÚLTIMAS PALABRAS

Estoy terminando dos historias y me está costando mucho encontrar las últimas palabras, las que pongan un perfecto broche final.

Me he dado cuenta de que empezar algo es siempre sencillo. Es como tener delante una hoja en blanco en la que cabe cualquier cosa, a la que se puede dar la forma que se quiera. Uno habla, o escribe, o dibuja y los primeros trazos son solo una promesa de lo que va a venir a continuación.

El problema es cuando se llega al final, a los últimos retoques. A eso que obliga a ajustarlo todo para que nada chirríe en el dibujo, en la historia, en la conversación.

Una historia, aunque me lleve tiempo, conseguiré terminarla bien. Es lo que tiene la modernidad, que los procesadores de textos permiten reescribir sin tachones, volver a poner en claro cuando, por lo que sea, una frase ha vuelto turbio algo. Se tarda más o menos, depende del tiempo que tengas y de lo despejada que esté tu cabeza, pero se consigue.

Con lo que se dibuja ya es otro tema. Aunque se borre un trazo, aunque se ponga más pintura encima, siempre queda debajo la mancha del error y es casi imposible disimularlo. A poco que se rasque, aparece de nuevo. No hay goma de borrar para eso.

La segunda historia se parece a esos dibujos llenos de enmiendas y la necesidad de terminarla es algo personal. No sirve para nada, lo sé desde hace tiempo, pero una es cabezota y quiere no dejarse historias sueltas porque la vida me ha enseñado que te persiguen. 

Solo a lo que se pone final, se acaba.

Así que escribo, aunque apenas tenga tiempo. Aunque sean fiestas y lo haga con la atormentante música de los coches de choque y a horas que no son normales. Cierro tramas, ato hilos por detrás de mi bastidor para darle la vuelta y observar la obra.

Una la pondré en la pared, enmarcada.

La otra la arrinconaré en alguna parte, terminada también.

No se puede empezar nada nuevo con éxito si no se termina lo anterior.

martes, 2 de agosto de 2022

ROMPER EL CÍRCULO DE COLLEEN HOOVER

 


Sinopsis:

A veces, quien más te quiere es quién más daño te hace.

Lily no siempre lo ha tenido fácil. Por eso, su idílica relación con un magnífico neurocirujano llamado Ryle Kincaid, parece demasiado buena para ser verdad. Cuando Atlas, su primer amor, reaparece repentinamente y Ryle comienza a mostrar su verdadera cara, todo lo que Lily ha construido con él se ve amenazado. 

Mis impresiones:

Hace mucho que este blog dejó de tener el cometido de reseñar libros. No voy a entrar en las razones que condujeron a ello, porque las he explicado demasiadas veces, pero, de vez en cuando, hay algún libro que tengo que recoger.

Porque ha sido una gran lectura.

Porque me ha conmovido.

Porque me parece un libro necesario.

Porque he deseado volver a él cada minuto que tenía que dedicarle a otras cosas.

Romper el círculo ha cumplido, con creces, todo esto, y por eso está aquí.

Antes de nada, quiero decir que no me fío ni un poquito en los bestsellers últimamente. Han sido fracasos lectores muchas veces, por lo que entro en ellos con pies de plomo. No los rechazo, al contrario, creo que de todo se aprende, hasta de lo malo.

Justo de lo que trata esta novela.

Antes de leer, también, me di una vuelta por algunas opiniones. Un "no he entendido las reacciones de Lily" me puso en alerta, pero no fue de esa que te dice que te vas a equivocar. Al contrario, me he encontrado demasiadas veces a comentaristas de libros que creen que deben ser escritos con un tarro de miel al lado del teclado, y lo que hacía entrever la sinopsis no iba de eso. Quizá ese "pero", esa parte negativa, fue lo que más me llamó la atención.

Me he encontrado con una novela que, sin dejar de ser muy atractiva y hacernos disfrutar con los momentos dulces de una relación, también sabe poner el foco en esa otra parte oscura que nace en el alma de algunas personas. Yo sí he entendido a Lily, he entendido que cuando se quiere a alguien, por mucho dolor que cause, es muy complicado dejar de hacerlo. No hay un botón para desconectar los sentimientos, no existe la razón cuando es el corazón el que manda.

El perdón sincero, a veces fantasea con que las cosas malas no volverán a suceder.

Pero no es así.

El que maltrata, lo hace siempre, aunque se arrepienta cada vez. Quien es maltratado, perdona si ama y eso, para algunas personas que creen que el mundo es cuadriculado, provoca "no entender".

Pues yo sí lo he entendido. 

Lily vive en su infancia el maltrato por parte de su padre a su madre y no lo perdona. No cree que a ella eso pueda pasarle jamás porque está segura de que sabrá identificarlo y que saldrá corriendo. Ella no será como su madre...

Pero ocurre y entonces descubre que hay círculos de los que no es fácil escapar, porque no tienen puertas por las que salir. No hay botones mágicos, ni olvidos posibles.

Con Lily he sentido amor, dolor, miedo, dudas y todo un catálogo de emociones que recomiendo sin dudar. No he tenido ningún problema para empatizar con ella.

Mi "pero" era una expresión que se repite y se repite, pero he leído una traducción, así que es hasta posible que no sea achacable ni siquiera a la persona que escribió esta historia.

Me han gustado mucho las cartas de Lily a su presentadora de televisión favorita, cómo, a través de ella, se las ingenia para contar el pasado desde el presente. Me ha gustado ese final valiente, el momento que elige y cómo lo cuenta, porque creo que era la manera más elegante de salir de esa situación.

Es verdad que el personaje masculino no es como algunos maltratadores. Por desgracia, he visto de cerca a uno en mi entorno y no, no se le parece, pero eso también me ha gustado porque con este personaje tomas conciencia de que un maltratador no sigue un perfil único. Puede ser cualquiera.

Lee este libro, de verdad, merece la pena.

Puedes encontrarlo en cualquier librería, lo he visto en muchas, pero si vives como yo en un lugar donde no hay demasiados libros donde elegir, también lo tienes aquí.