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martes, 6 de diciembre de 2022

UN BEBÉ Y UNA NOVELA POR NAVIDAD

 Los que habéis leído Detrás del cristal sabéis que, el marco de esta novela, es la Navidad. Y también creo que sabéis que se aleja de ese esquema por el que discurren todas esas historias que se ofrecen en estos tiempos. Mis personajes hacen lo que les da la gana, toman decisiones a veces inconscientes y tienen, todos, algo en común: son unos perdedores.

Andrés, aunque lo tenga todo en apariencia, no tiene paz interior y no se da cuenta de qué está provocando eso hasta que tiene a Pablo en sus brazos.

A Irene se le ha pasado el momento y lucha, sin acierto, por seguir persiguiendo un sueño, aunque se lleve por delante los de otros.

César es un fraude humano.

Raquel es una mujer rota que lleva una venda delante de sus ojos.

Pedro es un cobarde.

Paco, un ser odioso.

Julián un imbécil.

Y Ana... Ana está tan acostumbrada a equivocarse que es capaz de hacer algo que ella misma se echa en cara a lo largo de toda la novela.

Pero hay un personaje, pequeñito, al que no le ha dado tiempo a tomar decisiones más allá de rechazar un potito o chupetear la cartera de alguien. Que solo con una sonrisa es capaz de darle la vuelta a un mal día de quien le mira. Y que, sin decir una sola palabra, porque no sabe hablar, cambia todo.

Si no la has leído, este es el momento, quizá esta noche, porque la novela empieza un 7 de diciembre.