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lunes, 17 de septiembre de 2012

AMAZON Y LAS ESTADÍSTICAS.



Este verano de parón casi voluntario me he dedicado, básicamente, a deambular por internet. El rumbo errático de mis pasos no me conducía, como en el pasado, a conversaciones con amigos virtuales (que he reducido drásticamente también de manera voluntaria), sino a ratos perdidos leyendo las ocurrencias de algunos en Twitter o en Facebook, o echando una mano a compañeros que han publicado, como yo, en Amazon, retuiteando sus libros o algunos post interesantes de blogs que sigo. He leído mucho y he hecho reseñas de cada libro que me ha gustado que ya he empezado a publicar. También le he dedicado algo más de tiempo a mis propios libros porque me he dado cuenta de que me necesitaban. Al fin y al cabo, si no los cuido yo, ¿quién lo hará? Por lo que he vivido este tiempo, había unas pocas manos dispuestas a darle al ratón. Por cierto, las mismas siempre, los mismos que han estado ahí algunos días, haciéndome reír con sus ocurrencias. De alguno no me extraña nada que escriba humor porque en cada una de sus palabras, al menos para mí, venía el regalo de una sonrisa.

En este verano me he dedicado a hacer estadísticas.



Lo mejor para el calor.

La primera, ya la he adelantado, tenía que ver con el feedback. He procurado ser generosa y creo que lo he conseguido, pero los números cantan y en algunos casos han quedado así: yo, 100%; la otra parte, 5%. Me han dicho: aprende. Y yo digo: no. No pienso aprender de esto, me niego a actuar de otro modo porque yo nunca he sido así. Por mucho que me fallen, ese 5% se merece un respeto. Ya, ya sé que pensáis que soy tonta. Lo pienso yo misma constantemente pero a esta edad… ya no voy a cambiar. Lo hago porque quiero, sin buscar nada a cambio porque soy así. Aunque cueste entenderlo. A veces me cuesta a mí misma. Estos últimos días están siendo complicados, así que estoy un poco ausente de todo, pero en cuanto la situación se tranquilice y la rutina vuelva empezaré a ponerme las pilas.

En otros casos, por fortuna, el balance es más que generoso conmigo y me ha permitido conocer a personas muy especiales, escritores que se están ganando su lugar en Amazon como Ríos Ferrer, Josep Capsir, Pat Casalà, Antonia Romero, Blanca Miosi, María José Moreno, Armando Rodera, Frank Spoiler, Antonia Corrales, Pilar Alberdi, Enrique Osuna, Félix Jaime… seguro que me dejo a alguien de los diarios, de quienes no han fallado ni cuando estaban de vacaciones.

En cuanto a las ventas en Amazon, tengo que confesar que me he pasado el día mirando el KDP (o lo que es lo mismo el Kindle Direct Publishing) donde, hora a hora, se reflejan los ejemplares de nuestros libros que van encontrando acomodo en algún lector electrónico. Eso me ha permitido saber algunas cosas, que no sé si son útiles pero que como digo me han entretenido mucho. Mi cifra diaria de libros vendidos estuvo oscilando entre los 3 ejemplares y los 19, con algunos días tristes en los que aquello no se movió nada y los libros se precipitaron en el abismo de las listas. Por fortuna sólo fueron dos martes. No sé si hay quién entiende esto. El puntito de ese día excepcional se me dispersó de la nube mental que tracé en mis estadísticas y entonces me dije que éstas no sirven nada más que para entretenerse.

El mejor mes empezó siendo junio, donde batí mi propio record, pero julio supuso un tremendo cambio de tendencia. Pensé que el verano frenaría las ventas pero me equivoqué de medio a medio: se multiplicaron por cuatro. Me marco siempre un objetivo mensual, a partir del cual deja de preocuparme si pongo enlaces en las redes o no. En julio, el día 8 estaba conseguido. En agosto me costó un par de días más, se ve que entonces había más gente de vacaciones. Eso se notó en las redes, más paradas que de costumbre porque supongo que el buen tiempo y las fiestas patronales empujan a la piscina o a la playa a la gente normal. Yo, como nunca he sido normal, ni lo pretendo, me he pasado los días en casa y sólo he salido a partir de las once de la noche. Incluso los baños en la piscina han sido nocturnos. Normal que no coja color ni a tiros y acabe acatarrada en pleno verano… En agosto pulvericé el record de julio (otra vez) e incluso los libros se fueron a Alemania, Reino Unido y algún otro punto del planeta, donde quiera que sea que vayan los libros que se compran a través de amazon.com. Septiembre empezó raro, el día 1 los contadores se quedaron atascados hasta el día 6, pero por los que observo tiene la pinta de mejorar los anteriores. A día de hoy ya lo he logrado…

También me dediqué a observar cuáles eran las mejores horas de ventas y la conclusión fue que se producían sobre todo a partir de las diez de la noche y sobre todo los viernes. Curioso, el único día del verano que yo soltaba el ordenador…

En estos meses han salido multitud de reseñas de mis novelas y ha pasado algo curioso. Supongo que las novelas se han ido conociendo en el mundo bloguero, pero lo que es en cuestión de ventas… el día que salía una no notaba nada especial, incluso se movían menos. Me pregunto entonces si las reseñas sirven de algo y la conclusión es que, si son sinceras, sirven para ti, para mejorar. Tanto si son positivas como si no, porque te aportan puntos de vista que quizá tú solo no tenías. 

Los dos libros que tengo en Amazon (La arena del reloj y El medallón de la magia), este verano, han alcanzado el número uno de su categoría. El medallón de la magia lo logró el 29 de agosto y La arena del reloj, el día 27 de julio. Este libro, además, se ha paseado ya unos cuantos días en el top 100 de Amazon, treinta a día de hoy. Siempre digo que a pesar del título, la magia es más suya que del otro. En privado, una escritora de las que yo admiro me dijo algo precioso sobre él… que me voy a callar por pudor, pero que compensa cualquier esfuerzo. Sobre El medallón de la magia me hablaron de una maquetación buena para lo que se suele encontrar, y eso que aún tiene pequeños fallos que sé dónde están, pero me sentí orgullosa porque fue el primero que maqueté y me costó muchísimo. El número 1 del medallón llevaba implícito cumplir una apuesta: la locura de tatuármelo. Todavía no lo he hecho, pero llegará. Tengo palabra y creo que forma parte de mí, es algo que he hecho sola y quiero tenerlo presente siempre. Aunque sé que es imposible que se me olvide.

He tocado los precios mínimamente, ahora ambos tienen el mismo, 0,99€, un precio quizá bajo pero que creo que debo mantener porque sigo pensando que es lo que provoca que estén visibles. En estos meses no he tenido inconveniente en regalar ejemplares electrónicos, porque este no es mi medio de vida, así que el hecho de que alguien pague aunque sea esa ínfima cantidad ya me parece meritorio y digno. También he cambiado los precios para el .com, donde  apenas vendo y esto sí que ha sido curioso: vendo más a pesar de que es más elevado que antes. Pienso seguir experimentando aquí, a ver qué pasa. En realidad todo esto es un experimento en sí mismo.

¿Sueños a partir de ahora? 

Creo que está todo conseguido, lo que suceda en adelante será un extra. Con El medallón de la magia cerré mi círculo, que era lo que yo quería, los libros han sido leídos y las valoraciones han estado bien (también hay alguna menos buena de la que se puede aprender y algún mensaje con mala idea de alguien que ni siquiera había abierto el libro, pero hay siempre gente para todo que parece que no encuentra la felicidad por sí misma y le hace falta hacer daño a los demás).

 Tengo una novela terminada por completo, otra terminada a falta de ojos que la valoren (ya liaré yo a alguien) y tres más en proceso que en el verano han sufrido un pequeño empujón, pero que no he conseguido terminar. No sería su momento… Tampoco importa porque mis dudas sobre si seguir adelante con más libros publicados siguen ahí.

Como siempre.