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lunes, 19 de noviembre de 2012

EL JUCIO DE DIOS DE RÍOS FERRER.



Sinopsis (extraída de Amazon):

VATICANO. Un secreto guardado durante siglos y una mujer sola, enfrentada a un mundo despiadado regido por la ambición y el poder. Sus preguntas no iban a obtener respuesta, pero provocarían que la más dura batalla legal de la Historia, estuviera a punto de producirse. Los mejores abogados del mundo estaban preparados. Los de la Iglesia; para impedirlo.

Mi opinión:

El Juicio de Dios es una de esas novelas que desde que la vi por primera vez me atrajo. Quería saber qué se ocultaba tras una sinopsis tan osada, una mujer que se atreve a ponerle una demanda, nada más y nada menos, que al dios de los católicos. Fui leyendo otros libros este verano y cuando encontré unos días tranquilos, en los que pudiera centrarme de verdad en lo que tenía en mis manos, empecé con la novela de Ríos Ferrer.

A veces, antes de leer, sé cómo escriben los autores porque sigo sus blogs personales. Considero que son una herramienta que toda persona que se quiera dedicar en serio a esto (los que de verdad sienten que escribir forma parte de su alma) deberían tener. Da igual lo que nos cuenten en ellos: reseñas, reflexiones o promoción de su novela. En los blogs están las palabras y el estilo del autor y sirven para tener una impresión de lo que hacen. En el caso de Ríos Ferrer, su blog fue decisivo para mí (Secuencia y Palabra). Sus pequeños relatos, que nos regala de vez en cuando, me decían que me gustaba cómo escribe, que cuando tuviera su novela en mis manos, la disfrutaría. No me equivoqué. La he disfrutado tanto como esas pequeñas grandes historias del blog. Una de ellas, latableta de chocolate, creo que es uno de los cuentos cortos que más me han gustado en los últimos tiempos.

La novela tiene una complicada secuencia temporal, que va dando saltos del pasado al presente. Empieza en 1578, en Dinamarca. Hans Fenrisulven tiene una misión que cumplir en el castillo de Kronborg y el premio a su diligencia será algo que en absoluto espera. Tras este impactante principio la novela entra en el prólogo, se traslada a 2004, momento en el que conocemos a Giselle, la mujer que pondrá la demanda a dios, o mejor dicho, a su representante en la Tierra: el Papa.

Pero no será todavía.

Este es un momento de felicidad, porque junto a su compañero René, Giselle ha conseguido cerrar una operación que le reportará a su empresa una buena cantidad de dinero. El premio serán veinte días de vacaciones y una suma importante de dinero que decide emplear en un viaje con sus padres, su hermana, su cuñado y su novio. La familia al completo viaja a Tailandia y la novela hasta ese momento me mantenía desconcertada. Parecía un cuento de hadas, el final de la historia, lo que va después del "y fueron felices y comieron perdices" y no era capaz de entender demasiado. Hasta que me di cuenta de que estaban en navidad, en Phuket. Ríos Ferrer no me había ocultado nada, me había contado que era 2004, precisamente cuando el tsunami más devastador de la historia decidió darse una vuelta por sus costas, pero no caí hasta un poco antes de que la tragedia sucediera. Me gustaba cómo el autor me contaba la felicidad de la familia, y aunque no encontraba sentido al título de la novela, me daba igual. Me sentía bien leyendo, era como tumbarse al sol una tarde de verano, una experiencia relajante. Hasta que el tsunami me borró la sonrisa del rostro, igual que la noche que sucedió en la realidad, cuando me desperté a dar de mamar a mi hija, puse la televisión para que la luz apenas la despertase, y me quedé conmocionada con las primeras imágenes de la tragedia.

Giselle sobrevive y la desesperación por la pérdida de su familia le hace buscar al bufete de abogados de Henry Thompson. Quiere que pongan una demanda a Dios, como creador de todo, por haber sido también responsable de la destrucción originada por el tsunami. Y busca a los mejores, que en su empeño de ganar siguen la pista de un manuscrito en poder de la Iglesia: el juicio de Dios, que se celebró en la época de Constantino y que supuso el respaldo decisivo para que la religión católica se convirtiera en la religión del Imperio Romano.

Esta es una novela de las que te gustaría ver convertida en una película. Lo tiene todo: una buena escritura, un argumento potente y la capacidad de hacerte pensar en muchas de las reflexiones que Ríos Ferrer va dejando dispersas.

Tenéis que leerlo.

De verdad.

Os dejo el booktrailer y mis sensaciones, absolutamente positivas de este libro que muchos de los compañeros de Amazon, que ya la han leído, califican como una joya. Lo es, en serio.


Enrique, sigue escribiendo para nosotros, por favor.