Sinopsis (extraída de Amazon):
VATICANO. Un secreto
guardado durante siglos y una mujer sola, enfrentada a un mundo despiadado
regido por la ambición y el poder. Sus preguntas no iban a obtener
respuesta, pero provocarían que la más dura batalla legal de la Historia,
estuviera a punto de producirse. Los mejores abogados del mundo estaban
preparados. Los de la Iglesia; para impedirlo.
Mi opinión:
El
Juicio de Dios es una de esas novelas que desde que la vi por primera vez me
atrajo. Quería saber qué se ocultaba tras una sinopsis tan osada, una mujer que
se atreve a ponerle una demanda, nada más y nada menos, que al dios de los
católicos. Fui leyendo otros libros este verano y cuando encontré unos días
tranquilos, en los que pudiera centrarme de verdad en lo que tenía en mis
manos, empecé con la novela de Ríos Ferrer.
A
veces, antes de leer, sé cómo escriben los autores porque sigo sus blogs
personales. Considero que son una herramienta que toda persona que se quiera
dedicar en serio a esto (los que de verdad sienten que escribir
forma parte de su alma) deberían tener. Da igual lo que nos cuenten en ellos:
reseñas, reflexiones o promoción de su novela. En los blogs están las palabras
y el estilo del autor y sirven para tener una impresión de lo que hacen. En el
caso de Ríos Ferrer, su blog fue decisivo para mí (Secuencia y Palabra). Sus
pequeños relatos, que nos regala de vez en cuando, me decían que me gustaba cómo
escribe, que cuando tuviera su novela en mis manos, la disfrutaría. No me
equivoqué. La he disfrutado tanto como esas pequeñas grandes historias del
blog. Una de ellas, latableta de chocolate, creo que es uno de los cuentos cortos que más me
han gustado en los últimos tiempos.
La
novela tiene una complicada secuencia temporal,
que va dando saltos del pasado al presente. Empieza en 1578, en Dinamarca. Hans
Fenrisulven tiene una misión que cumplir en el castillo de Kronborg y el premio
a su diligencia será algo que en absoluto espera. Tras este impactante
principio la novela entra en el prólogo, se traslada a 2004, momento en el que
conocemos a Giselle, la mujer que
pondrá la demanda a dios, o mejor dicho, a su representante en la Tierra: el
Papa.
Pero no
será todavía.
Este es
un momento de felicidad, porque
junto a su compañero René, Giselle ha conseguido cerrar una operación que le
reportará a su empresa una buena cantidad de dinero. El premio serán veinte
días de vacaciones y una suma importante de dinero que decide emplear en un
viaje con sus padres, su hermana, su cuñado y su novio. La familia al completo
viaja a Tailandia y la novela hasta ese momento me mantenía
desconcertada. Parecía un cuento de hadas, el final de la historia, lo que va
después del "y fueron felices y comieron perdices" y no era capaz de
entender demasiado. Hasta que me di cuenta de que estaban en navidad, en Phuket. Ríos
Ferrer no me había ocultado nada, me había contado que era 2004, precisamente
cuando el tsunami más devastador de la historia decidió darse una vuelta por
sus costas, pero no caí hasta un poco antes de que la tragedia sucediera. Me
gustaba cómo el autor me contaba la felicidad de la familia, y aunque no
encontraba sentido al título de la novela, me daba igual. Me sentía bien
leyendo, era como tumbarse al sol una tarde de verano, una experiencia
relajante. Hasta que el tsunami me borró la sonrisa del rostro, igual que la
noche que sucedió en la realidad, cuando me desperté a dar de mamar a mi hija,
puse la televisión para que la luz apenas la despertase, y me quedé
conmocionada con las primeras imágenes de la tragedia.
Giselle sobrevive y la desesperación por la pérdida de su
familia le hace buscar al bufete de abogados de Henry Thompson. Quiere que
pongan una demanda a Dios, como creador de todo, por haber sido también
responsable de la destrucción originada por el tsunami. Y busca a los mejores,
que en su empeño de ganar siguen la pista de un manuscrito en poder de la
Iglesia: el juicio de Dios, que se celebró en la época de Constantino y que
supuso el respaldo decisivo para que la religión católica se convirtiera en la
religión del Imperio Romano.
Esta es una novela de las que te gustaría ver convertida en
una película. Lo tiene todo: una buena escritura, un argumento potente y la
capacidad de hacerte pensar en muchas de las reflexiones que Ríos Ferrer va
dejando dispersas.
Tenéis que leerlo.
De verdad.
Os dejo el booktrailer y mis sensaciones, absolutamente
positivas de este libro que muchos de los compañeros de Amazon, que ya la han
leído, califican como una joya. Lo es, en serio.
Enrique, sigue escribiendo para nosotros, por favor.