En los
últimos años han proliferado en internet blogs que analizan novelas desde el
punto de vista del lector y muchas veces me pregunto si hay normas a seguir
para hacer este análisis. Muchas veces las reseñas se hacen desde la
subjetividad más absoluta, como es mi caso, valorando las sensaciones que
produce el texto en quien se acerca a él. Se quedan en las emociones que ha
conseguido remover, dando quizá pequeños apuntes sobre la técnica utilizada por
el autor. Evidentemente no hay reglas fijas para analizar una obra literaria
pero existen determinados aspectos que pueden hacer del análisis algo más
profundo.
Esto
que planteo lo he recogido de aquí y de allá, de lo que veo y de algunas pautas
escritas que pueden resultar interesantes para los reseñistas.
- Autor y época del mismo.
Muchas veces nos paramos en el nombre del
autor, sin analizar su biografía, su contexto cultural, donde nació... Esto,
aparentemente banal, no lo es en absoluto. Conocer las circunstancias del autor
cuando componía el texto ayuda a comprenderlo mejor. Ya hablé en el blog de la
necesidad de conocer el contexto del autor para saber el por qué de
determinados fragmentos del texto. Ilumina la interpretación y la enriquece.
- Personajes.
El análisis, tanto el protagonista como el
antagonista, es una de las cuestiones que no se pasan por alto. Los personajes
son la base de la novela y ver su evolución a lo largo de la misma puede ser
tan interesante como la misma trama. Podemos fijarnos en si son planos o
redondos, si se aprecian en ellos cambios significativos a lo largo del
relato.
- Época en la que transcurre la novela.
Muchas veces nos encontramos con que la
novela no transcurre en el momento histórico que está viviendo su autor y
podemos analizar el acierto (o desacierto) del mismo al recrearla, del mismo
modo que si lo que nos presenta es una historia contemporánea a la escritura.
En este caso el valor de la novela, bajo mi punto de vista, se eleva porque la
literatura es un reflejo de su tiempo. Por esa razón es frecuente utilizarla
para comprender el periodo histórico en el que fue escrita. Sin querer le doy
más importancia a las novelas que retratan la sociedad del tiempo del autor
porque estoy convencida de que la experiencias vividas en primera persona
tienen una correspondencia más intensa en los textos.
- Estructura.
Podemos pararnos a pensar si la novela está
armada en capítulos, si utiliza recursos con el flash back o la anticipación y
analizar ese armazón que el autor ha urdido. Hay novelas en las que la
estructura es esencial para su comprensión.
- Ambientación.
Otro elemento clave son los escenarios por
los que se mueven los personajes. Se puede hacer un análisis de si son reales o
ficticios y en qué medida son capaces de sustentar la verosimilitud de la
trama. Hay novelas en las que la ambientación ejerce un efecto mágico, que es
un elemento que por sí mismo se puede casi convertir en un
"personaje".
- La sociedad.
Al igual que se construyen los ambientes se recrean
las sociedades. En las contemporáneas podemos ver cómo se refleja la sociedad
del momento y en aquellas fantásticas que crean mundos inexistentes podemos
pararnos a analizar si lo que plantean podría darse hipotéticamente.
- La mirada del autor.
Su visión del mundo, si es optimista o
pesimista, se ven irremediablemente en cada párrafo. La voz narrativa, esa que
nos permite reconocer el estilo tal y como se reconoce a un cantante, por
ejemplo, puede ser otro elemento más a analizar. Si solo hemos leído una obra
de él apenas podemos ser conscientes de esto pero si se trata de alguien con
quien repetimos podremos observar si la narración sigue determinados parámetros
que nos pueden indicar la procedencia del mismo.
Se puede hacer de mil maneras más pero estas
pautas pueden ser un comienzo.