Año de la primera edición: 1915.
Año de esta edición: 2002.
ISBN: 84-89711-79-8
Edita Obra Social y Cultural Caja de Segovia.
Por más que os esforcéis, probablemente no podáis encontrar este libro. Es una pequeña joya que me regaló una amiga hace unos años, cuando nos presentamos a un concurso que organizaba la caja de ahorros, Conocer Segovia. Ese año en concreto el tema era Segovia y la literatura, así que las dos nos pasamos un par de meses investigando en internet, en libros e incluso paseando por la ciudad, porque algunas pruebas consistían en ubicar estatuas, dinteles o pomos de puertas. Todo para no atinar con casi nada… ¡no os imagináis lo difícil que era! No sirvió para ganar la cantidad en metálico (bastante importante, os lo aseguro), pero nos lo pasamos genial. Y yo descubrí a Julián María Otero.
Este libro lo editó Caja Segovia en 2002 y ella lo tenía en casa. Me lo dejó para leerlo, por si nos servía, me encantó y me lo acabó regalando. ¡Gracias, Elena! Tiene una encuadernación muy sencilla en la que se ha conservado el tipo de letra del original y viene guardado en la caja de plástico de la fotografía. Antes del relato, el libro tiene una introducción, titulada "15 años de regeneracionismo en Segovia: inquietudes y realizaciones", también muy interesante, aunque tengo que reconocer que lo que más gracia me hace es una foto de la infanta Isabel con Daniel Zuloaga, el pintor, y sus hijas. Por el gorro, que si no la infanta podría pasar por un señor…
Cuando uno se enfrenta a la hoja en blanco siempre tiene un poco de miedo, ¿cómo empezar? He llegado a una conclusión: hemos simplificado mucho todo. A principios del siglo XX se complicaban hasta lo imposible. Leed, si no, la página que incluye el título:
"ITINERARIO SENTIMENTAL DE LA CIUDAD DE
Segovia, o sea, un paseo por sus calles en una noche de luna.
OFRECIDO A LOS VIAJEROS QUE LA VISITEN
para mostrarles una muy señalada ruta sobre este antiguo solar.
COMPUESTO POR EL LICENCIADO JULIÁN MA-
ría Otero, Abogado, vecino y natural
de la muy noble y muy leal
ciudad.
Con Privilegio. En Segovia por An-
tonio San Martín."
No, no me he equivocado. Las mayúsculas y las minúsculas van como las he copiado, siguiendo un criterio… peculiar.
Pero vamos a lo interesante, el libro.
Son apenas 71 páginas, escritas en una prosa intimista pero muy sencilla a la vez. Cuenta lo que promete, un itinerario por la Segovia de principios del siglo pasado contada desde el corazón, por alguien que se nota que ama y conoce la ciudad. La verdad es que cuando lo leí me dio mucha envidia, me gustó tanto que me hubiera gustado conocer la ciudad y sentirla del mismo modo para poder contarlo y que sonase tan real, tan vivido. Una de dos, o me quedaré con las ganas o me tendré que ir a vivir a Segovia.
El libro empieza con una presentación. El autor, en primera persona, nos dice que va a hacer de guía esa noche para dos viajeros que llegan en tren. Es tarde, la hora de cenar, así que les invita a que llenen sus estómagos en la fonda de la misma estación con la intención de sumar fuerzas para ese paseo por la ciudad que les espera. Julián María Otero sabe que la mejor manera de conocer un lugar es recorrerlo a pie y conduce a sus invitados por la Puerta de Madrid, para acceder a la ciudad. El paseo es una excusa para contar historias, como el robo del Copón de San Millán o para recrearse en los monumentos que abundan en la ciudad. Una de las historias que cuenta es la truculenta muerte de un francés en 1894, en el barrio de San Millán, en la casa que más tarde ocuparía Zuloaga, y donde pintaría su famoso cuadro Las Brujas de San Millán. Todavía hay quien dice que a las doce de la noche se puede ver a las brujas salir por las chimeneas de la casa, volando en sus escobas…
Una de las historias más curiosas narra la ubicación de un hospital que ya no existe, a la orilla del río Clamores, conocido popularmente por el sobrenombre de hospital de los "resfriados", porque en él ingresaban los obreros que trabajaban en la fábrica de paños. Con el clima de Segovia y las manos metidas en el agua del río para lavar la lana tenían que agarrar unos trancazos de miedo.
El paseo sigue por el arco del Socorro (donde hoy podemos leer una placa dedicada al Buscón de Quevedo, novela que desarrolla gran parte de su trama en Segovia), se accede después al barrio judío y desde la Canonjía Vieja llegan a asomarse al río, desde donde ven la Fábrica de la Moneda. Después de explicarles que el monasterio de El Escorial estuvo a punto de ser ubicado en la ciudad, bajan al Alcázar. Por el camino repasa su historia, menciona a los héroes del dos de mayo, inmortalizados en la estatua conmemorativa.
Desde el Alcázar se asoman y contemplan La vera Cruz, el Santuario de la Fuencisla y la Iglesia del Carmen. Mientras caminan hacia la plaza mayor les cuenta la historia de la coronación de Isabel la Católica como reina de Castilla. La catedral, el ayuntamiento, la Plaza de San Martín, son recorridos antes de bajar por la calle Real (la calle principal), donde observan la silueta de la Mujer muerta. En el último párrafo, aparece majestuoso el Acueducto mientras amanece.
Este delicioso relato acaba al alba:
"La luz vuelve, a romper el encanto.
No dura más que un instante la realidad del ensueño; pero la impresión no morirá, si el alma es eterna."