Ayer nos apuntamos todos a una marcha andando por las lagunas de Cantalejo. Estamos medio locos e hicimos que Aitana, que protesta hasta para ir andando al cole, a doscientos metros de casa, se anduviera los más de once kilómetros de recorrido. Yo sé que a algunos les pareció una trampa pero acortamos por el pinar (Alex, Andrea, que se nos agregó agotada, Aitana y yo). Alberto se hizo el recorrido entero y encantado, aunque no fue capaz de seguir el ritmo de algunas de las que iban al principio. ¡Si más que andar corren!
Lo de Marina y Elena... ¡chicas, que os perdí a los cien metros! Seguro que fue la niña, pero los vuestros, también del 2.003, se hicieron el recorrido enterito y entraron de los primeros.
Bueno, que fue una experiencia genial, porque la tarde estuvo nublada y los únicos que usamos la ambulancia (no hubo lipotimias) fuimos nosotros porque ya nos habían pasado hasta los que corrían que salieron dos horas después. Lo único malo fue que se me olvidó la cámara y no puedo poner ninguna foto.
Esperemos que para el año que viene haya entrenado un poco, no lleve a Aitana colgada y sea capaz de llegar un poco antes de la última...