1.- Porque es de esas pocas novelas que admiten ser leídas varias veces en la vida. Vuelves a ella y la disfrutas, y si hace mucho tiempo desde la primera vez, muchísimo más.
2.- Porque contiene frases inolvidables.
"Disparad a todos los arrendajos azules que queráis, si podéis acertarles, pero recordad que es un pecado matar a un ruiseñor."
4.- Porque sigo pensando que Atticus Finch es maravilloso. Como hombre y como padre.
5.- Porque solo una niña como Scout, vestida como un niño y desde la inocencia inteligente, sería capaz de contar así esta historia.
6.- Porque pone el foco en la delgadísima línea que separa lo justo de lo que no lo es. Y te obliga a pararte a pensar.
7.- Porque tiene un delicado sentido del humor.
8.- Porque los diálogos caracterizan a la perfección a cada personaje. Podemos escuchar las bravuconerías de Jem, las dudas de Scout, la excesiva imaginación de Dill, la cordura lúcida de Atticus... Incluso no escuchamos a Boo y eso también nos hace oír un poco a este niño grande que lleva toda la vida encerrado. Y a la tía Alexandra, a la señorita Maudie, a Calpurnia...
9.- Porque el círculo que empieza a trazarse en la primera frase se completa al llegar al final. Probad a volver a empezar, descubriréis de qué estoy hablando. Es de esas novelas en las que el puzle encaja a la perfección.
10.- Porque al cerrarla es posible que empieces a sentir nostalgia.
Se me ocurre que puede ser un regalo muy especial para esta Navidad, para alguien enamorado de los libros. Para quien me pregunta siempre, una nota: tiene un tamaño de letra muy bueno.