Respira…
Llevo
así toda la tarde.
Obligándome
a respirar y a contar hasta diez.
Hace
unos días, La
arena del reloj tenía nueve comentarios. Algunos procedían de personas que
conozco, o más bien de personas que he conocido después de que ellos se
enteraran de que estoy en el mundo a través de la novela. No hay ningún
comentario de mi familia porque, aunque una persona ha tratado varias veces de
expresar su opinión, al ser alguien próximo a mí, no se la admiten. ¡Tócate los
pies! Como que no hay comentarios en Amazon que proceden del entorno de los
autores, que deberían estar eliminados por esa regla de tres. Más de dos casos
conozco…
Mi amigo
Enrique Osuna (perteneciente al grupo de personas que he conocido a través del
libro) retiró su comentario, como todos los que hizo en esta página, por las
razones que explica en su blog y que yo conocía de antemano. Me pareció
perfecto, cada uno es libre de expresar su opinión y cambiarla, o no querer que
esté visible. Al fin y al cabo los dos sabemos lo que opina de la novela, hemos
hablado de ello en privado y a mí, con eso, me basta. Es más, me sobra con que
la leyera y nos pusiera en contacto hace ya un año porque me dio la oportunidad de conocer a una gran persona. Esto no me enfadó, ni
muchísimo menos, porque fue decisión suya, de quien subió el
comentario.
Hoy he
perdido otro comentario en El
medallón de la magia. Porque sí. Porque a alguno de los entes misteriosos
que se ocupan de esta página no le ha parecido bien y lo ha fulminado. Tenía
cinco estrellas y se ve que han pensado que eran muchas. ¡Fuera! Sin más.
Me ha
sentado mal, pero peor ha sido cuando me he empezado a dar cuenta de que no era
a mí sola a quien le le estaban desapareciendo comentarios. Hay quienes han
perdido muchos más en esta poda de puntuaciones del último viernes de
noviembre.
Mal de
muchos… Hasta me conformé, soy así…
Hasta
hace un rato.
He
recibido una nueva opinión de cinco estrellas. En Su
chico de alquiler. Ahora que está número
uno en juvenil. Precisamente ahora, después de que lleva mucho tiempo ahí y
a nadie se le había ocurrido dejar sus impresiones en la página española,
porque en la de Estados Unidos hace tiempo que sí la tiene.
¿Problema?
Pues
que el autor de ese comentario no se ha leído una sola línea de mi libro, sólo lo
ha hecho para colar un enlace a una novela con la que no me da la gana que se
relacione a la mía. He escrito un correo para quejarme, pero no he recibido
respuesta. A lo mejor están cenando todavía.
Lo que
no entiendo de esto es me quitan opiniones de gente que SE HA LEÍDO mis libros y me dejan una de alguien que encima de que
sus palabras demuestran que no ha puesto nada más que vaguedades que no dicen
nada, te lleva a un libro con el que no tengo nada que ver.
No me
da la gana de que se quede.
He
denunciado un abuso.
A ver
si hay suerte y mañana no está.
(Dos días después, el comentario sigue, pero esta vez, la respuesta que he recibido es mucho menos tajante y se plantean investigar a una persona que tiene más de cien comentarios en la misma línea que el que me ha dejado en el libro. No creo que suceda nada. Incrédula que me estoy volviendo...)
(Dos días después, el comentario sigue, pero esta vez, la respuesta que he recibido es mucho menos tajante y se plantean investigar a una persona que tiene más de cien comentarios en la misma línea que el que me ha dejado en el libro. No creo que suceda nada. Incrédula que me estoy volviendo...)