Sinopsis:
Lastrado por una última misión policial en Madrid que no acabó de la mejor manera posible, el policía Lucas Acevedo regresa a Galicia para poner en orden su cabeza. Cuando cree que lo ha conseguido, una noche conoce a una mujer que hará que se plantee abandonar la solitaria existencia que ha llevado hasta entonces. Sin embargo, pronto se complican sus planes. Mucha gente comienza a morir a su alrededor y, en el momento en que se da cuenta de que él también está en el punto de mira, se verá obligado a librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne.
Sé que hace tiempo que no hago reseñas, pero iba a colgar mi opinión en el muro de Facebook sobre esta novela y he pensado que mejor la guardaba también en el blog.
Es una novela que me ha durado un suspiro y que os recomiendo.
La suerte de los idiotas (si pulsas el título te lleva a la página de compra) empieza fuerte. Lucas Acevedo es un
policía que trabaja infiltrado en grupos de narcotraficantes y ha visto
demasiadas cosas que le han obligado a tomarse un respiro. En eso está cuando
toma la decisión repentina, la de parar en el arcén de una carretera de Vigo e intervenir en un
conflicto que no le compete, y que descoloca el retiro que está tomándose. Primero,
porque se siente atraído por la mujer a la que ayuda; segundo, porque un hecho
fortuito que sucede en los escasos minutos que transcurren entre su parada y la
salida de ahí con la mujer en su coche rumbo al hospital, va a desencadenar una
matanza en la ciudad gallega, una ciudad que de pronto se llena de cadáveres.
Roberto Martínez Guzmán plantea una novela de lectura ágil,
en la que lo fácil es meterse en la trama y lo difícil abandonarla. Escrita en primera persona,
desde el punto de vista de Lucas, no solo nos cuenta los hechos, sino que
también salpica la narración de reflexiones. En unos puntuales flash back
conoceremos su pasado y las razones de su excedencia y, al final, asistiremos a
una resolución del conflicto condicionada por ese mismo pasado.
En cierto modo, la novela me ha recordado la obra de Buero
Vallejo, no por la trama, que ni se le parece a ninguna de las de este autor,
sino en ese final que no juzga los actos del protagonista, sino que deja al
lector la tarea de plantearse si las decisiones que toma son buenas o malas.
Deja ese poso de preguntas, lo que no quiere decir que el conflicto no se cierre.
Lo hace, aunque dejando la puerta abierta para que conozcamos aventuras de este policía. En la foto, Edward, su mejor amigo. Bueno, el de verdad no se deja fotografiar...
¿La recomiendo? Por supuesto, es una de esas lecturas que se te escapan de entre las manos, que cuando te quieres dar cuenta has llegado al final. Si no conoces al autor, es una buena puerta por la que colarte en su mundo. Si ya lo has leído, aunque en esta novela deje de lado Ourense, donde transcurren sus otras novelas, y a Eva Santiago, la protagonista de las mismas, vas a encontrar ese tipo de escritura ágil y adictiva, que no solo te invita a leerlo a él, sino que abre el apetito lector en general.
¿Existe algo mejor que encontrarte con libros que te devuelven las ganas de leer?
Yo creo que no.
Otras novelas del autor:
Siete libros para Eva
Muerte sin resurrección
Café y cigarrillos para un funeral (gratis en Amazon)
También tiene una obra de no ficción:
Cartas desde el maltrato.