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miércoles, 12 de enero de 2022

TUS PRIMERAS VECES CONMIGO



Cuando apenas hace un mes que salió a la venta Con suerte... en Navidad (suerte la mía por lo bien que la habéis recibido), vengo a presentaros Tus primeras veces conmigo, una novela romántica contemporánea que saldrá en febrero (el día 9) y que tiene los dos protagonistas más bonitos que he creado nunca.

Si Diego es un encanto, un personaje que va cambiando a lo largo de la novela hasta que al final te lo quieres quedar para ti para siempre, no os cuento cómo es Elora. Es preciosa, por dentro, por fuera, por los lados, en el corazón, en sus emociones... 

Elora es auténtica.

No es nada egoísta, aunque cuando tiene que ponerse ella en primer lugar, sobre todo para seguir adelante respirando de manera regular, lo hace.

Elora es una buena persona, muy lejos del modelo de chica que "triunfa" con los hombres, porque su atractivo está mucho más allá de una fachada atrayente o una personalidad aventurera. Elora es magia cuando te mira, es la bondad personificada, es valiente y luchadora, aunque no lleve armaduras encima ni parezca una guerrera. A Elora hay que mirarla para verla. 

Justo lo contrario que le pasa a Victoria. La ves primero, porque es eso que todos los hombres persiguen: sensual, atractiva... Pero cuando la miras... Entonces todo cambia. Porque si de cerca Elora gana, Victoria, a tu lado, lo acaba perdiendo todo. Y lo complica. Y pone a algunos personajes, como Ángel, de frente contra sus propios miedos. O inseguridades. O defectos.

Y luego está Alicia, o Bárbara. En esta novela vamos a conocer una de sus facetas, pero me guardo en el bolsillo la posibilidad de, cuando me apetezca, presentarla del todo. Porque sé que tiene tantas cosas que contar que no procedían en una novela donde su papel tenía que ser solo secundario.

A Diego y Elora me los he llevado a Mykonos, una pequeña isla del Egeo de la que me enamoré cuando tenía 22 años y a la que no he podido volver aún. Por eso, porque el deseo anidaba en mí desde hace mucho, escribí una historia que me permitiera soñar en alto con ella. Con su blanco y azul, con esa luz tan especial que hace que te enamores de ella nada más bajar del ferry.

Con sus faros, esos que usa para no volver a perderse nunca más.

Los faros que me presentó Elora y que ahora forman parte de mí misma y, si nada se tuerce, pronto también de mi piel.



Hay un tema por ahí que estaba de actualidad cuando la escribí, y que, curiosamente, en este principio de 2022 ha vuelto a saltar a la prensa, pero tenéis que descubrirlo porque si lo cuento es un spoiler de la novela.

Tus primeras veces conmigo saldrá en papel y en digital, bajo el sello HQN, y estoy muy contenta de poder volver a las librerías. Espero que este año, ya sí, podamos vernos en alguna de ellas.

Por cierto, el diario de los deseos volvió a hacer magia. Con ella también. Espero que con vosotros se cumpla.

miércoles, 8 de diciembre de 2021

CON SUERTE... EN NAVIDAD

He estado dudando si hacer esta entrada. Lo he dudado porque cuando llevas la montonera de historias que tengo ya publicadas te parece que te repites. Pero es que las emociones que ya viviste se repiten.

Ese nudo en el estómago.

Esos nervios por saber qué os parece.

Esa ilusión porque siempre es un nuevo principio.

Ese miedo de no haberlo hecho bien.

Esa curiosidad por saber si volveré a leer, a estas alturas, "esta autora no me suena de nada".

Esta noche, cuando den las doce y ya sea 9 de diciembre, Con suerte... en Navidad dejará de ser solo mía (y de mi madre), para pasar a ser de todos vosotros que completaréis la novela.Ya estará pirateada (que me dice mi colega que es muy buena señal que me pirateen a los cinco minutos, pero maldita la gracia que hace). Ya seremos más de cinco los que conoceremos a Angustias y la que lía con su cuadro...

Esa vez, como pasó con Comer y amar... y con Doce horas, solo estará en digital. Eso me han dicho, ese es el plan, a menos que os volváis locos de remate y empecéis a comprarla y a recomendarla tanto que no quede más remedio que cambiar de idea.

Estamos casi en Navidad, se permite soñar, ¿verdad?

Va a costar menos de tres euros, no hace falta tener un lector de ebook, con una aplicación descargada en el móvil o en el ordenador es suficiente. Con pulsar en el título, llegarás a ella: 

Con suerte... en Navidad.









domingo, 13 de diciembre de 2020

DICHOSO HIGHLANDER DE JOANA ARTEAGA

 



Sinopsis:

LECCIÓN NÚMERO UNO PARA APRENDER A VIVIR: hazlo, aunque dé miedo.

Georgia Danvers se perdió en París y hace tiempo que necesita saber cómo vivir.

Cómo volver a sostener un pincel.

Cómo dejar de tener miedo.

Necesita un cambio de aires y entender que, aunque los nuevos comienzos pueden ser aterradores, también suelen venir cargados de esperanzas.

De propuestas de trabajo interesantes.

Del verde de Escocia.

De lecciones de vida.

Y, quizá, con suerte, de un dichoso highlander que se empeñe en que la luz vuelva a encenderse en su interior.

Georgia comprobará entonces que la vida se abre paso en Skye, entre leyendas sobre hadas y princesas, un mural en un castillo ancestral, secretos del pasado y un amor que parece desafiar todos los miedos.

Cuando dos corazones destrozados se encuentran, ¿puede el amor sanarlos o acabará por condenarlos completamente?


Mis impresiones:

Antes de que empieces a leerlas, vuelve atrás y lee la sinopsis. Sé que muchas veces, al hacer un copia pega de las sinopsis que extraemos de las plataformas digitales, mucha gente se las salta. En este caso estarías cometiendo un error, porque en la sinopsis de esta novela está la esencia de su prosa. No solo es un pequeño marco de lo que te vas a encontrar para darla a conocer. Hay la misma cadencia de frases, ese ritmo y esa poesía que envuelve a la novela.

Voy a empezar a contar algo por el principio.

Este verano, superando mis prejuicios por las novelas de higlanders, descargué la que había publicado Joana Arteaga, con la que se presentó al concurso de Amazon, Maldito highlander. No había encontrado en este tipo de novelas, que me venden uno de los tópicos más manidos de la romántica, mucho atractivo en el pasado, pero yo había leído ya a Joana y quería saber qué me iba a contar. La verdad es que ella situaba esa circunstancia del personaje en un segundo plano, se trataba de una historia contemporánea en la que el origen del personaje -de los dos, en realidad-, no tenía más importancia que ese paisaje maravilloso que aparecía de vez en cuando en la novela. Era un elemento más.

Fue la primera vez que oí hablar de la isla de Skye, me gustaron los personajes, me pareció una trama muy agradable y muy entretenida, que me duró un suspiro. Por supuesto, cuando poco después Joana publicó Bendito highlander, la historia de la hermana mediana de la protagonista, ni me lo pensé.

 

Isla de Skye
Isla de Skye

Si la primera historia me gustó, la de Charlotte me encantó. Me gustaron muchísimo más los personajes, su pasado, la historia que tenían que afrontar juntos... fue una lectura estupenda que cerré con la sensación de que James, el protagonista de esa novela, iba a ser de esos que se convierten en tu personaje del año. Tengo debilidad en la romántica por los protas masculinos que son buenas personas. Los malotes se los dejo a la gente a la que le gusta que le traten mal, yo prefiero gente herida, pero con el corazón más grande que Escocia. Y James era de esos.

Cuando salió a la venta Dichoso highlander, la tercera parte, yo ya no sabía qué esperar. La segunda novela había sido mejor que la primera para mí, así que, el que Joana consiguiera superar eso, me parecía casi un milagro. Demasiado grabado en el subconsciente (y en nuestras propias experiencias lectoras) tenemos eso de "segundas partes nunca fueron buenas". Pero había sido así, lo había hecho y quedaba descubrir si en la tercera sucedía igual.

¿Pero yo para qué dudo de Joana? Es grande, siente cada palabra que escribe y así es casi imposible fallar.

A ver cómo os cuento algo de esta historia sin desvelar nada. 

Georgia es un personaje que empieza la novela sumida en un mar de confusión. Hay algo que no nos cuenta que le ha hecho daño, eso lo sabemos, algo que mantiene sus manos firmes en la decisión de no tocar un pincel, algo que ha sido su pasión hasta entonces. En París, que es donde ha vivido, ha dejado a la que fue y la que es ahora no le gusta. En medio de esa confusión acude a un hospital a visitar a alguien de su familia y en la máquina de café se encuentra con Kian, quien tiene pinta de haber sufrido un accidente. Lo corroboran su camisón de hospital y las múltiples magulladuras que adornan su cuerpo. Georgia necesita dinero para la máquina, ha salido corriendo y solo tiene euros, no las libras que la máquina requiere. No le gusta pedir, pero tiene hambre, sueño y se muere por un café.

Kian, al darse cuenta, le ofrece sus monedas a cambio de un beso.

En esta primera escena nos encontramos con un caradura encantador, pero eso solo es una fachada. Kian es muchísimo más. Es alguien que ha pasado media vida caminando por un filo, con el abismo a un lado y sus propias ganas de vivir al otro, y ha desarrollado una filosofía de vida que, después, cuando la casualidad (que al final no lo es tanto) vuelva a ponerlos uno frente al otro, le irá enseñando a Georgia.

Un corazón estropeado intentando sanar un corazón herido.

En esta novela hay leyendas, paisajes extraordinarios, hadas legendarias, un castillo, un mural que tiene que hablar de una vida y muchos personajes para enamorarse en cada página. De los que ves desde el principio y de los que hace falta un tiempo para comprenderlos.

De verdad, no puedo contaros más, solo que me ha transportado a Skye, he sentido vivos a los personajes, Kian me ha conmovido como hace tiempo que no lo hacía un personaje y he llorado. Un montón. El final de la novela se deslizó ante mis ojos provocando un nudo en las emociones que se acabaron desbordando.

Y eso es aterradoramente bonito.

Os la recomiendo, con las otras de la trilogía o ella sola, como queráis, pero leedla. Si tenéis unlimited está gratis, si no, son tres euros que os aseguro que serán una maravillosa inversión.

No me quiero olvidar, la portada es obra de Nere Gurutxeta, que también hizo la portada de la última novela de Pilar Muñoz y alguna de Roberto Martínez Guzmán. Un perfecto complemento para una historia inolvidable.


lunes, 3 de agosto de 2020

CUANDO LA LLAMASTE CLAUDIA DE PILAR MUÑOZ

CUANDO LA LLAMASTE CLAUDIA de [PILAR MUÑOZ ÁLAMO]


Hoy toca haceros una recomendación, y toca hacerla desde el corazón, desde las emociones que me provocan siempre las novelas de Pilar Muñoz. Vosotros, los que estáis al otro lado del espejo, ya sabéis lo suficiente de mí como para estar seguros de que todo lo que llega a este mundo personal que creé para mí lo hace porque se lo merece, porque me ha calado hondo y el resultado es lo suficientemente satisfactorio para mí como para que considere que quiero guardarlo en mi casa.

Siéntete libre de creerme y probarlo o déjalo pasar, pero te aseguro que no voy a mentir, no lo necesito.

Sabéis que en el espejo los libros no se destripan, no se cuenta nada que pueda anular las sorpresas que irá encontrando el lector, por lo que, sobre la trama, os dejo únicamente lo que dice la sinopsis:

Hay historias que es preferible abordar sin conocer lo que aguardan, sin prever el impacto que pueden tener sobre ti. Como quien se aproxima al vacío con los ojos cerrados.

La de Aitor y Teresa es una de ellas.

Jamás pensaron que tuvieran que enfrentar un giro vital tan fuerte. Que un acontecimiento así cambiara el orden de sus sentimientos y su magnitud. Que los obligara a confesar verdades, a defender sus deseos, a tomar decisiones con el tiempo en contra. Con el presente en jaque y el futuro incierto.

Creían tenerlo todo controlado, pero… algo se les escapó de las manos.


En realidad, esta sinopsis está escrita para que sea el lector quien descubra qué hay tras ese título tan sugerente, tras la portada de flores tan preciosa que ha diseñado y pintado con acuarelas para la ocasión Nere Gurutxeta. Justo lo que dice es que no te va a contar qué es lo que te vas a encontrar, y creo que es un acierto. Esta es una de esas novelas pequeñitas de formato, pero grandes por lo que son capaces de hacerte sentir. Parte de ese impacto vendrá de la mano de no saber, de no anticipar, de no hacer cábalas, porque de verdad no te van a llevar a ningún lado.

Pilar Muñoz elige para contar la historia de Aitor y Teresa un narrador muy especial. Si alguien me preguntase cuál es el mejor narrador para una historia, le diría la verdad: la historia, si la escribes con verdad, te lo grita. Te lo grita cuando no aciertas, cuando le pones una voz que distorsiona lo que quieres contar. Te lo grita cuando no avanza, y las palabras se quedan torpes y deslucidas. Te lo grita cuando, por fin, eres valiente, borras lo escrito y empiezas a dejarte de tonterías y narrar desde las tripas, dejándote la piel en cada línea.

Más o menos así encontró Pilar esta voz particular, y esto lo sé porque he presenciado el camino que ha seguido, las veces que ha dicho: "Esto no es así", y no se ha rendido. Porque el narrador, los personajes, la trama... todo aparece solo si no te rindes, si te relajas y dejas que la historia se presente ante ti. Para esto no sirven las prisas, sino la prosa. No valen los medios, sino perder el miedo. Da igual que tardes dos años y no tengas el mejor programa de edición de textos del mundo, ni el mejor sitio de la casa para escribir. Si tienes la historia saldrá en cualquier lugar, y lo hará rezumando una verdad que a ratos es tan real que te hace pensar si Aitor o Teresa no serán realmente dos personas y no dos personajes.

Cuando la llamaste Claudia es una de esas novelas capaces de hacer sentir y disfrutar. Es Pilar Muñoz en estado puro, y la pone en vuestras manos hoy como la puso en las mías hace un tiempo, con la respiración contenida, deseando saber si también sentís lo mismo que ella al escribirla.

Yo lo sentí.

Yo entendí a Teresa y Aitor, a pesar de todo. A los dos.

martes, 23 de junio de 2020

NUEVA NOVELA DESPUÉS DEL VERANO

Debería empezar a poner el título, pero estoy gamberra y lo voy a dejar para un poquito más adelante. Al final le voy a pillar el gusto a esto del hype...

De momento os diré que el protagonista se llama Daniel Durán y será un escritor fantasma, un negro literario como los llamamos aquí. Tiene 36 años y carga a sus espaldas un pasado que no le deja avanzar. Será lo que sucede en esta novela lo que desanude sus emociones. A pesar de ser escritor, se mantiene en una forma excelente, porque practica con un saco de boxeo todos los días. A mí me ha dado por imaginármelo más o menos así.


Hay otro personaje con el que forma una pareja increíble. Se llama Elsa García y sé que cuando veáis la foto os va a dejar descolocados que diga que estos dos forman una pareja, más que nada porque es evidente la diferencia de edad. No diré la de ella, que no es elegante... Es la dueña del grupo editorial para el que trabaja Daniel.


Elsa y Daniel no son una pareja sentimental, no voy a contar una historia de amor (aunque el amor estará presente también en esta novela), voy a hablar de literatura. Si te gustan los libros, tal vez te guste esta novela.

Otro día cuento un poquito más y presento a otro personaje: Beatriz Álvarez.


martes, 10 de septiembre de 2019

UNA CARTA PARA MARY

Querida Mary E. Davenport:

Tal vez hayas pensado, al recibir esta carta, que al fin te contestaba Camille. O John Lowell. O James Payne para contarte las dificultades de una vida por la que temes. Pero no es así. Quien te escribe esta carta ni siquiera es una mujer de tu tiempo, sino alguien que ha sido testigo de tu historia de viva voz y a través de unas letras maravillosamente escritas y quiere mostrarte ahora su más profunda admiración.

No he tenido la suerte, o tal vez la desgracia, de formar parte de la sociedad inglesa de principios del siglo XX a la que has pertenecido tú, pero nada me hubiera gustado más que haber sido testigo directo de la vida de la mujer fuerte, valiente y un tanto rebelde que demostraste ser, una mujer que a pesar de su juventud y palpable inexperiencia afrontó vientos en contra que la hicieron tambalearse, que abrió los ojos al mundo feroz al que la empujaron sin más armas que las de sus propias manos, su ingenio y ese orgullo perdido en tantas y tantas otras coetáneas tuyas y que tú desempolvaste, dando una lección incluso a más de una de las que ahora conocerán tu historia.

Han sido muchos los inconvenientes por los que has pasado: algunos, tomando forma fuera de ti, como esa guerra maldita que tanto sufrimiento causó; otros, dentro de tu corazón y en nombre de un amor reñido con las costumbres, las imposiciones y los designios de un padre a cuya voluntad te debías. A pesar de lo pudieras sentir.

No sé si quien lea tu historia te juzgará; aunque lo dudo. Yo no lo he hecho, al contrario, he sentido hacia ti una empatía inmensa. He deseado con todas mis fuerzas que te sonriera la vida y, sobre todo, el amor. Que uno de los dos hombres que compartían tu existencia te correspondiera con la intensidad que merecías, con la misma que sentías tú.

Yo hoy me siento emocionada por que el mundo te conozca. Sí, ya sé que no aciertas a comprender la razón; no sabes ni siquiera quién soy. Pero eso no importa. Mis mejores deseos están contigo y con aquella otra mujer que ha querido que tus vivencias vean la luz.

Espero de todo corazón que tú, mi desde siempre querida Mary, conquistes a todo aquel que tenga a bien abrirte las puertas de casa. Que tenga a bien escucharte. Que tenga a bien mirarte a los ojos mientras te encuentra entre las líneas de tus hojas de papel.

Recibe un cordial abrazo. O como solemos decir en mi tiempo:
¡Un besazo enorme!

Pilar.

lunes, 9 de septiembre de 2019

MIÉRCOLES 11 DE SEPTIEMBRE, LA COLINA DEL ALMENDRO EN LIBRERÍAS

El pasado 29 de agosto estrené novela, La colina del almendro, publicada por HarperCollins Ibérica en la colección Top Novel en digital. El miércoles 11 de septiembre será el día en el que llegue a las librerías en formato papel.

Me consta que la estáis esperando así, y os aseguro que me encanta saberlo porque para mí significa algo. También tengo preferencias en cuanto a los libros.

Cuando no me dicen nada, puedo leerlos a través de programas con KU o Prime reading. No me importa porque intuyo que serán libros que me dejarán poca o nula huella. Si lo hacen, la verdad es que los acabo comprando en digital casi siempre para tenerlos o para releerlos cuando quiera (releo cuando me atasco y no encuentro nada que me llene).

Cuando me apetecen, pero no estoy segura de que me vayan a volver loca, primero los compro en digital y, si superan la prueba, me los regalo en papel. Si hay suerte hasta algunos he conseguido que me los firmen los autores.

Cuando me apetecen muchísimo, no me lo pienso, los compro en papel directamente. Sé que estoy loca, porque tengo la casa ocupada por libros, pero no me pienso mudar y, cuando me muera, mis hijos me han dicho que los van a tirar todos -son así de sinceros-, que no ocuparán espacio en sus vidas, así que también en ese sentido estoy tranquila, no serán una molestia para nadie.

Así que, si me decís que la queréis en papel antes que en digital, yo interpreto eso como algo muy, muy bueno.

Vamos a ver cómo transcurre esta aventura.


viernes, 6 de septiembre de 2019

TENEMOS UNA PROPUESTA PARA TI

Se acerca el 11 de septiembre, día en el que se publicará en papel La colina del almendro, mi última novela, y desde HarperCollins Ibérica tenemos una propuesta.





Sí, para ti.

¿Quieres la novela firmada, completamente gratis?
¿Te apetece conocer las instalaciones de una editorial y ver cómo trabajan en ella?
¿Te gustaría charlar un rato conmigo allí?

Pues solo tienes que apuntarte en el siguiente formulario:


Se sortearán 10 pases junto con 10 ejemplares en papel y estoy segura de que será una experiencia enriquecedora para todos. Es posible hasta que os invite a comer un pedacito de bizcocho. ¿Por qué? Bueno, lo entenderéis al leer la novela...

martes, 20 de agosto de 2019

EL PRINCIPIO DE LA COLINA DEL ALMENDRO



C A P Í T U L O 1







Almond Hill
Residencia de los condes de Barton
27 de julio de 1913

Querida Camille:

Me ha entristecido leer en tu carta que no vendrás a visitarnos. Esta casa hace tiempo que necesita que algo de luz entre por puertas y ventanas, y estoy segura de que solo tú puedes lograr que eso suceda. Ya sé que no te entiendes demasiado bien con papá, pero seguro que nos las podemos arreglar para que apenas coincidáis más que en las comidas, como en agosto pasado. Echo muchísimo de menos a mamá desde que murió, la preciosa familia que teníamos, y solo tus cartas me han servido de alivio en este tiempo en el que en Almond Hill solo se respira tristeza. Piénsalo, Camille, quizá encuentres un par de semanas para tu ahijada, que te extraña mucho.
Tuya,
Mary E. Davenport


***



Viernes, 1 de agosto de 1913

Pasaban unos minutos de las once de la mañana cuando la señora Durrell, el ama de llaves de Almond Hill, interrumpió la tranquilidad de la biblioteca para anunciar una visita. El ocupante de la sala, Richard Davenport, conde de Barton, bebía en esos una copa de brandy mientras lidiaba con la correspondencia del día. Sentado en el elegante escritorio de caoba, levantó la vista hacia la mujer y le dio instrucciones para que hiciera pasar al visitante, pero no antes de diez minutos. En ese tiempo ordenó con tranquilidad los papeles que tenía esparcidos sobre la mesa y los guardó en un cajón.
Educado en la elitista escuela de Eton, Richard era un hombre serio y de costumbres severas. Solo había algo que alteraba la sobriedad de su carácter, su insana afición a las bebidas espirituosas, que había ido en alza tras la muerte de su esposa Elisabeth. Levantó la vista hacia el retrato de ella, situado sobre la chimenea, y por un momento pensó en que debería ser su última copa. Casi se había convencido, pero instantes después, empujado por la ansiedad que lo consumía, apuró el licor y dejó la copa con brusquedad en la mesa. 
Volvió a sentir cómo la rabia le invadía, como hacía día tras día desde hacía un año, cuando la condesa murió por unas fiebres sin haberle dado un hijo varón.
Se había casado veinticinco años antes con ella, la hija mayor del duque de Bedford, y poco después había nacido su primogénito, un niño débil y enfermizo que, a pesar de los cuidados que le prodigaron, no logró sobrevivir. Tampoco lo hizo otra criatura, que se malogró a mitad del segundo embarazo de la condesa. Con el tiempo, la fortuna les sonrió y fueron padres de dos preciosas niñas tan distintas como la noche y el día: Mary Elisabeth y Mary Ellen. Sin embargo, esa felicidad siempre tuvo un pero para Richard: no tuvieron un hijo varón, lo que era causa de los desvelos del conde. Esto suponía que las posibilidades de conservar Almond Hill para los suyos eran prácticamente nulas. El patrimonio familiar no lo heredarían sus niñas, sino que pasaría, inevitablemente, al hijo de su primo, Charles Davenport, un joven de veinticuatro años asiduo de bailes y carreras de caballos, y bastante dado al despilfarro. Que Charles se quedase con el título supondría que sus hijas probablemente se tuvieran que marchar de Almond Hill a su muerte. Necesitaba conseguir antes para ellas un buen casamiento que mantuviera su estatus intacto. 
Pero no era su único problema, algo más tenía desesperado al conde: la inmensa fortuna heredada de sus antepasados había mermado de manera alarmante en los últimos años. Él mismo se encargó de dilapidar el dinero, tras algunas gestiones hechas con muy poco criterio. Cierto era que conservaba intactos sus bienes, Almond Hill y los terrenos aledaños, inmensos jardines verdes que se transmutaban en un frondoso bosque donde era frecuente encontrar corzos y faisanes, pero el banco al que había pedido un crédito para cubrir las deudas contraídas por sus fallidas inversiones exigía su devolución y no sabía con qué afrontarlo. Las rentas no daban para tanto y, si no actuaba pronto, habría que empezar a tomar decisiones drásticas, a menos que quisiera perderlo todo. 
Esa mañana esperaba la visita de un representante del banco con el que tenía que renegociar el importe de los plazos, por lo que se sorprendió cuando vio entrar a un desconocido en la biblioteca. Los ojos de Richard Davenport se enfrentaron a los de un señor de escasa estatura, ataviado con un gastado traje de tono gris.
—Buenos días, señor. Encantado de saludarle. Permítame que me presente: soy Angus Stockman, abogado de Londres.
El hombre se quedó plantado en medio de la biblioteca, esperando que le ofrecieran asiento en uno de los cómodos sillones de la sala, pero Richard no hizo el gesto de invitarlo. Frente a él, sobre la mullida alfombra traída de la India por el anterior conde de Barton, preguntó:
—Buenos días, señor Stockman, ¿a qué debo su visita?
Stockman, un hombre calvo y orondo que bordeaba los cincuenta, extrajo un pañuelo del bolsillo y se secó el sudor de la frente. No hacía calor, así que no cabía nada más que pensar que la noticia que traía no era fácil de transmitir y estaba destemplando sus nervios.
—Me envía mi cliente, el señor John Lowell, para… —se interrumpió, haciendo uso del pañuelo de nuevo, dejando la frase inconclusa.
—¿Para? —le animó Richard Davenport.

...

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jueves, 2 de mayo de 2019

LA SUERTE DE LOS IDIOTAS DE ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN



Sinopsis:

Lastrado por una última misión policial en Madrid que no acabó de la mejor manera posible, el policía Lucas Acevedo regresa a Galicia para poner en orden su cabeza. Cuando cree que lo ha conseguido, una noche conoce a una mujer que hará que se plantee abandonar la solitaria existencia que ha llevado hasta entonces. Sin embargo, pronto se complican sus planes. Mucha gente comienza a morir a su alrededor y, en el momento en que se da cuenta de que él también está en el punto de mira, se verá obligado a librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne.

Sé que hace tiempo que no hago reseñas, pero iba a colgar mi opinión en el muro de Facebook sobre esta novela y he pensado que mejor la guardaba también en el blog.

Es una novela que me ha durado un suspiro y que os recomiendo.

La suerte de los idiotas  (si pulsas el título te lleva a la página de compra) empieza fuerte. Lucas Acevedo es un policía que trabaja infiltrado en grupos de narcotraficantes y ha visto demasiadas cosas que le han obligado a tomarse un respiro. En eso está cuando toma la decisión repentina, la de parar en el arcén de una carretera de Vigo e intervenir en un conflicto que no le compete, y que descoloca el retiro que está tomándose. Primero, porque se siente atraído por la mujer a la que ayuda; segundo, porque un hecho fortuito que sucede en los escasos minutos que transcurren entre su parada y la salida de ahí con la mujer en su coche rumbo al hospital, va a desencadenar una matanza en la ciudad gallega, una ciudad que de pronto se llena de cadáveres.

Roberto Martínez Guzmán plantea una novela de lectura ágil, en la que lo fácil es meterse en la trama y lo difícil abandonarla. Escrita en primera persona, desde el punto de vista de Lucas, no solo nos cuenta los hechos, sino que también salpica la narración de reflexiones. En unos puntuales flash back conoceremos su pasado y las razones de su excedencia y, al final, asistiremos a una resolución del conflicto condicionada por ese mismo pasado.

En cierto modo, la novela me ha recordado la obra de Buero Vallejo, no por la trama, que ni se le parece a ninguna de las de este autor, sino en ese final que no juzga los actos del protagonista, sino que deja al lector la tarea de plantearse si las decisiones que toma son buenas o malas. Deja ese poso de preguntas, lo que no quiere decir que el conflicto no se cierre.

Lo hace, aunque dejando la puerta abierta para que conozcamos aventuras de este policía. En la foto, Edward, su mejor amigo. Bueno, el de verdad no se deja fotografiar...




¿La recomiendo? Por supuesto, es una de esas lecturas que se te escapan de entre las manos, que cuando te quieres dar cuenta has llegado al final. Si no conoces al autor, es una buena puerta por la que colarte en su mundo. Si ya lo has leído, aunque en esta novela deje de lado Ourense, donde transcurren sus otras novelas, y a Eva Santiago, la protagonista de las mismas, vas a encontrar ese tipo de escritura ágil y adictiva, que no solo te invita a leerlo a él, sino que abre el apetito lector en general.

¿Existe algo mejor que encontrarte con libros que te devuelven las ganas de leer?

Yo creo que no.

Otras novelas del autor:

Siete libros para Eva

Muerte sin resurrección

Café y cigarrillos para un funeral (gratis en Amazon)

También tiene una obra de no ficción:

Cartas desde el maltrato.

jueves, 5 de julio de 2018

TODOS LOS VERANOS DEL MUNDO DE MÓNICA GUTIÉRREZ



Sinopsis:

Helena, decidida a casarse en Serralles, el pueblo de todos sus veranos de infancia, regresa a la casa de sus padres para preparar la boda y reencontrarse con sus hermanos y sobrinos. Un lugar sin sorpresas, hasta que Helena tropieza con Marc, un buen amigo al que había perdido de vista durante muchos años, y la vida en el pueblo deja de ser tranquila.

Quizás sea el momento de refugiarse en la nueva librería con un té y galletas, o acostumbrarse a los excéntricos alumnos de su madre y a las terribles ausencias. Quizá sea tiempo de respuestas, de cambios y vendimia. Tiempo de dejar atrás todo lastre y aprender al fin a salir volando

Mis impresiones:

Cuando un libro de Mónica Gutiérrez llega a mis manos, sé que tengo las expectativas muy altas, porque ella no me ha fallado nunca. Todas sus historias me han encantado, todas han tenido algo mágico que las envuelve y que de alguna manera me arropa como lectora. En definitiva, me he sentido muy cómoda en todas sus obras.

Sin embargo, a esta, le tenía un poco de miedo.

Venga, preguntadme por qué.

Bueno, ya sé que no me lo podéis preguntar, así que os lo cuento yo. Transcurre en verano. Mónica es la mujer del invierno, de las historias navideñas o de las tormentas de nieve en noviembre y, de pronto, se saltaba una de las premisas de todas sus novelas, una que me gusta especialmente porque soy una adoradora del invierno. Me temía un libro sin mantitas y sin chimeneas encendidas, un libro sin toda la magia que ella sabe ponerle a esta estación.

¿Qué encontraría?

Al final ha sido un paseo tan agradable como todos los demás que he dado de su mano, en el que no han estado ausentes las reflexiones durante toda la lectura. En el que he sentido pellizquitos en el corazón cuando a Helena le pesa tanto la ausencia de su padre. Una oleada de empatía me ha invadido, y me he parado a pensar si será cierto que el no tenerlo te hace idealizar su figura. Yo me peleaba con el mío un par de veces por día, pero nos reconciliábamos a la misma velocidad y creo que hasta eso echo de menos desde que no está...

Creo que de todas sus historias, y esto es aventurarme mucho, Todos los veranos del mundo es la más romántica. Tiene una historia de amor de esas que te gustaría vivir, de ese que puede con el tiempo y aguanta paciente durante décadas mientras le llega su oportunidad. Es una historia de familia que se quiere y que se extraña y es la nostalgia de un padre ausente y de una madre a la que le cuesta demostrar afecto. Es la historia de unos hermanos que se adoran a pesar de que son tan distintos como el agua y el aceite.

Mónica se marca la novela menos feelgood de todas sus novelas, pero no pierde ese toque que la hace única, esa forma de narrar en la que de vez en cuando deja caer perlas literarias que te recuerdan que ella misma es una lectora voraz y apasionada. Aparecen sus personajes entrañables, esos que sabe dibujar tan bien. Como siempre hay un librero, un anciano que se parece a Eduardo Mendoza, un hermana loca y adorable, un hermano escritor de éxito y unos sobrinos encantadores. Pero también hay una protagonista, Helena, que vive dentro de una mentira que ha fabricado ella misma para protegerse del dolor, de esas mentiras que, por mucho mimo que les pongas, te acaban haciendo el mismo daño que tratas de evitar.

Y está Marc. De todos los protagonistas masculinos de Mónica Gutiérrez es el que más me ha gustado, un Peter Pan que hace un tándem perfecto con su Wendy, a la que está empeñado en enseñar a volar. ¿Dónde existe un hombre como él? Porque si los vendieran, os aseguro que habría cola para hacerse con uno. De los que hacen levitar con sus besos y no se cortan en ir a por lo que quieren, por muy imposible que parezca. Hay mucha química entre los personajes protagonistas y se nota.

Sé que nadie se cree mis reseñas porque son buenas, y eso que este es el único libro que he salvado de los diez últimos leídos -llevo unos días que leo un montón-, pero no por eso voy a dejar de recomendarla en mi blog. Yo estoy tranquila, digo la verdad siempre aquí porque hacer otra cosa sería como mentirle a tu diario. ¿Quién es tan estúpido como para hacer eso? Este es mi registro de lecturas y me niego a guardar las que no me llenan. Me ahorro los libros de los que mi verdad sería decir que he perdido miserablemente el tiempo porque lo que más prisa me corre es olvidarme de ellos. Me han dejado fría, así que para qué...

Puedo asegurar que con Todos los veranos del mundo no fui capaz de sacar la nariz del libro hasta que lo terminé: en una tarde. Ayuda que es cortito, pero además es que está tan bien escrito que, si tienes tiempo como tengo yo ahora que no estoy escribiendo, no lo podrás soltar.

Espero impaciente el siguiente libro de Mónica Gutiérrez. O paciente, tengo todos los veranos del mundo por delante.

Gracias por estos libros, son un remanso de paz en medio de las tormentas cotidianas.

viernes, 22 de junio de 2018

SE LLAMABA MANUEL DE VÍCTOR FERNÁNDEZ CORREAS



Sinopsis:

El cuerpo del joven Manuel Prieto aparece en el Cerro Garabitas de la Casa de Campo de Madrid el día de Nochebuena de 1952. Gonzalo Suárez, inspector de segunda del Cuerpo General de Policía, se hace cargo del caso. Un caso que, sin saberlo, cambiará su vida tal y como la conoce.

El teniente Arturo Saavedra negocia los términos del acuerdo que permitirá a Estados Unidos establecer bases militares en España. Y lo hace por convicción, pero también por interés personal: las negociaciones son la puerta abierta a la nueva vida que ansía por encima de todo.

Marga Uriarte vive con odio. En el pasado coqueteó con el entorno del Partido Comunista de España. Ahora, un viejo conocido le pide ayuda en nombre del partido. Lo que parecía un mero trámite para ganar algo de dinero se convierte en una oportunidad inmejorable para saldar cuentas con su pasado.

Tres historias que se desarrollan en una España en la que, se aseguraba, había empezado a amanecer. Aunque no para todos.

Mis impresiones:

Leí las primeras palabras de esta novela hace mucho tiempo, cuando Víctor, con quien mantengo contacto de manera habitual, me preguntó qué me parecían. Recuerdo perfectamente la sensación que se me quedó prendida en la piel, la de estar presenciando el germen de una gran historia. Había algo intangible, algo que iba más allá de las palabras ordenadas en una secuencia, formando frases. Había una atmósfera que me envolvió y me trasladó al escenario que él estaba construyendo. Me fascinó su voz, algo que creo que ya he repetido más veces, y quise saber en qué quedaría aquel principio que apuntaba tan bien.

Poco a poco, lo fui sabiendo.

Algunos días, después de una de nuestras charlas, él me dejaba ver algún fragmento en el que había estado trabajando. Para mí era un acto de confianza y un regalo, que me apresuraba a beberme. No me llegó en principio una novela completa sino una especie de adelantos que lo que consiguieron es que tuviera muchas más ganas de leer la novela entera. De degustarla toda. De dejar que mi piel respondiera a sus palabras, como responde siempre ante los grandes narradores y las grandes historias.

Cuando llegó la novela completa, la leí y solo pude darle la enhorabuena. Sentí que frente a mis ojos asombrados se había gestado una novela enorme. Y estuve segura de que, en algún momento, encontraría el camino para llegar hasta los lectores.

Tenía que lograrlo.

Había sido un viaje fascinante por un Madrid desconocido para mí y supongo que para la mayoría, una ciudad que se ocultaba bajo esa otra que la oficialidad de la época pretendió hacernos pasar por la única existente. Me descubrió las sombras de la ciudad, y me llevó a otra ciudad, a otra novela y a otras sombras, aquellas que dejaba el viento en la de Zafón. No por el estilo ni por la historia, que ni se parecen, sino por el descubrimiento de Madrid que supuso para mí, como en el otro caso sucedió con Barcelona.

Me imaginé -a imaginar no hay quien me gane- que un día de otoño, ligeramente lluvioso y frío, Victor me servía de cicerone por los escenarios de la novela, emulando la visita que hice al lado de Helena Tornero (no sé por qué me acuerdo del nombre de la guía) hasta los de La sombra del viento.

Ya me dirá él si esto se queda en mi imaginación o un día lo hacemos realidad.

Si os habéis fijado, no estoy hablando nada del contenido de la novela. Pensaba hacerlo, pensaba analizarla como en cualquier reseña, fijándome en el narrador omnisciente, en la magnífica y realista ambientación o en la personalidad de los personajes, pero me vais a perdonar que esta vez no pueda. Esta no es una novela más para mí, sé que hoy peco de no ser nada objetiva. Da lo mismo, ya os lo digo yo, no quiero serlo porque me resulta imposible desprenderme de todo lo que ha supuesto esta novela para mí. Con ella he vivido como espectadora privilegiada el proceso entero hasta que ha llegado a mis manos.

Desde la idea, hasta el papel.

Con todas las luces y las sombras que esto conlleva, con todas las charlas, las dudas, las incertidumbres hasta que se hizo real. Con los avatares inesperados y las alegrías inmensas.

Todo.

Lo más bonito, la confianza que él depositó en mí Victor compartiendo tantos momentos. El aprendizaje vital. La constatación de que en este mundo de egos desmedidos y de relaciones interesadas -a ver qué puedo sacar de ti me lo he tenido que encontrar muchas veces- quedan personas magníficas. Autores con los que compartes dudas, miedos, alegrías a lo largo de los años, por muchos que pasen. Lectores también, como tú, con quien entusiasmarte con un ensayo de Delibes y que lo viven como el mismo descubrimiento que hiciste cuando tropezaste con él.

Algo impagable por lo extraordinario que resulta.

Por eso no puedo ser objetiva con Gonzalo, con Marga y con Arturo. No puedo hablar de El Canelita desde la distancia necesaria, ni puedo mantenerme al margen de los sentimientos que provoca la muerte de Manuel. Ni sé decir sin que se note que tengo mis emociones comprometidas, que la trama me parece perfecta y que no soy capaz de ponerle un pero a la historia que ha escrito. Porque es de eso, del contenido, de lo que quiero hablar, de lo que en realidad nos remueve y nos conmueve.

Será mejor, pues, que le hagáis poco caso a esta loca que lleva un rato escribiendo sin pensar mucho más allá de lo que siente y juzguéis a solas, pasando cada página de las 357 de esta novela y decidáis por vuestra cuenta si os gusta.

De él, de Victor, también os puedo hablar un rato. La primera vez que estuvimos en el mismo lugar, él no me vio. Yo sí, lo reconocí entre el público en una sala a la que habíamos acudido a una charla y ni se me ocurrió acercarme. Al fin y al cabo, en ese momento yo solo era una lectora que escribía y él era un escritor que publicaba con grandes editoriales.

Después, cuando un amigo común nos puso en contacto al cabo de los años, se lo conté. Nos reímos bastante con esto, con mi torpeza para las relaciones humanas que muchas veces me cuesta dejarlas pasar. Rompimos el hielo y desde entonces estamos ahí,descongelados, listos para cuando necesitemos ojos extra. No todos los días, a veces ni todas las semanas, pero con la tranquilidad y la confianza de saber que el otro siempre estará. A un silbido o a un mensaje.

Se llama Víctor, en presente.

Víctor Fernández Correas.

Se llamaba Manuel.

jueves, 21 de junio de 2018

NADINA O LA ATRACCIÓN DEL VACÍO DE MARISA SICILIA



Sinopsis:

Mathieu Girard es agente de los Grupos de Intervención de la Gendarmería Nacional, una unidad de élite francesa. Le gusta su trabajo y siente cierta atracción por el riesgo, que se empeña en negar y le causa problemas a la hora de mantener relaciones estables.

Es responsable y reflexivo y su situación afectiva no es su prioridad. En París y en situación de alerta máxima ante la amenaza de ataques terroristas, Mathieu deberá vigilar de cerca a Dmitry Zaitsev, un empresario ruso involucrado en negocios turbios que asegura que puede evitar que una letal partida de armas llegue a manos de los extremistas. Y también conocerá a Nadina.

Todas las señales le advierten de que no debe acercarse a ella, pero, cuando amas el peligro, eso no debería importar.

Mis impresiones:

Lo primero que tengo que decir es que me llevé una tremenda sorpresa al constatar que mis palabras acerca de Marisa Sicilia acompañan a esta novela en la contraportada en papel, un honor inesperado como no me voy a cansar de decir. Las voy a guardar aquí, con la reseña, porque son completamente sinceras: creo que es una de las mejores autoras de romántica que tenemos en estos momentos y, por qué no, una de las mujeres que mejor escriben en este momento en España.

"Me encanta Marisa Sicilia. Sabe escribir. Sabe transmitir. Con muy pocas palabras, con inicios que no necesitan fuegos artificiales para conquistar, consigue sumergirte en la historia que se proponga y lo hace con una narrativa de las que envuelven. Sencilla, pero no simple. Elegante, sin necesidad de utilizar palabras altisonantes. Dulce, aunque a veces no evite la crudeza en sus historias cuando es necesaria."

Lo segundo, que en realidad es la primera sensación que tuve al empezar a leer esta novela, es que ojalá leyéramos los libros siempre sin prejuicios de ningún tipo. Mira que yo no soy de reivindicarlo todo, creo que estamos en unos tiempos en los que se alza la voz muchas veces sin reflexionar cinco segundos, gracias a la inmediatez de las redes, pero en esta novela de Marisa sé que van a pesar los prejuicios por el género y mucha gente se va a perder una trama sólida, consistente y veraz que, en sus primeras páginas, podría haber sido escrita por un hombre. El principio plantea la ruptura sentimental del protagonista, un agente de la élite de la policía francesa, pero enseguida pasa a la acción. El Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional al que pertenece es requerido para una misión: un hombre de origen musulmán está atrincherado en un supermercado con rehenes y ellos se tienen que encargar de sacarlos de allí vivos.

La escena está narrada de manera impecable, se nota por todas partes la documentación que ha manejado la autora para construir un momento verosímil. Potente. Actual como es esta novela, que trata el tema del terrorismo que vivimos en estos momentos, centrado en París, que es una de las ciudades que más lo han sufrido.

Nadina habla de muchas más cosas que de la historia de amor entre ella y Mathieu, una historia que tiene momentos dulces y otros más amargos. Habla de la guerra y sus secuelas. Habla de decisiones que te salvan la vida, pero que a cambio suponen una condena perpetua. Habla del riesgo, de la soledad, del miedo, pero también tiene cabida la esperanza. Mantiene un equilibrio entre la acción, entre esa trama de tráfico de armas y la otra, la que se centra en las personas, que la convierte en una novela muy atractiva.

Los personajes de la novela, entre los que desfilan muchos de diferentes nacionalidades, están muy bien construidos. Incluso se molesta en modelar el lenguaje para que sintamos a un ruso que no habla bien el idioma y busca nombres para ellos que permitan una rápida identificación de su origen. Nada está al azar.

El protagonismo recae en Mathieu  un hombre capaz de enfrentarse a situaciones de las que los demás escapamos; en palabras de Marisa, es deportista, osado, sacrificado, paciente, un hombre honesto y con un alto autocontrol,  que solo salta por los aires cuando se ve incapaz de resistirse a esa atracción por el peligro, un peligro que en la novela está personificado en Nadina. Ella es frágil y fuerte a la vez, un personaje contradictorio y redondo, contrapunto perfecto para esta novela de intriga y romance. El tercer pilar será es Dmitry Zaitsev, un personaje oscuro relacionado con el tráfico de armas. Mathieu entrará a trabajar en el Lumiere, un local de copas en las cercanías del Puente de Alejandro III, en París, del que aquel es el propietario para vigilarlo de cerca. La policía lo quiere usar como cebo para detener el tráfico de unas armas que se han extraviado y que sospechan que van a ir a parar a integristas islámicos. Dima es un hombre cínico, divertido, manipulador, que representa la tentación.

Los tres forman un triángulo que por si solo habría bastado para mantener la atención. Pero como he dicho, Nadina o la atracción del vacío es mucho más que eso. Es una novela actual, llena de matices, que te regala unas cuantas horas de lectura y reflexión.


jueves, 15 de marzo de 2018

EL COLOR DE LAS MAREAS DE MIKEL ALVIRA



Sinopsis:

A través de un manuscrito, un anciano, que se presenta como Joaquín, le cuenta a la galerista Nuria Tussaud la historia de su tatarabuela Beatriz y de su familia. El viaje por la memoria reconstruye vidas pasadas, historias que en los nuestros pensaríamos que son imposibles.

El color de las mareas es la historia de amor de Beatriz y Marcel Hugarte, filtrada por la mirada de Mikel Alvira, que traza el lienzo de unas fascinantes relaciones humanas a lo largo de cinco décadas, desde aquel recordado 1898 hasta 1948.

Mis impresiones:

Conocí a Mikel Alvira a través de La novela de Rebeca hace un par de años. Ya en ese momento me fascinó su capacidad para jugar con las palabras, con los narradores, su particular forma de armar las historias. Sabía que quería leer algo más suyo y que sería especial, y no me equivocaba.

Por todo.

Lo primero, en lo que concierne a lo personal, es que he leído sin presión. A veces, cuando me gusta una historia, yo sola me estreso, porque sé que voy a contar aquí mis impresiones y me esfuerzo en recordar datos, en anotar, en asir sensaciones para después plasmarlas en el blog. Hace poco decidí que no iba a volver a hacerlo, porque la lectura se había convertido en un sillón incómodo: cuando el libro no me llegaba, porque no lo disfrutaba. Cuando sí lo hacía, por esa necesidad de no dejarme nada.

Dejé las notas a un lado, abrí las páginas del libro y le hice una promesa silenciosa: voy solo a leer. Voy a disfrutar este viaje cerrando los ojos y dejándome llevar de la mano.

Y lo he hecho, he leído, me he dejado mecer en la prosa poética de Mikel, como si estuviera a bordo del Hamaika mientras Marcel Hugarte lo pilotaba. He escuchado atentamente esta historia de vaivenes en el tiempo, de narradores que se dan la mano y se van cediendo el testigo. Me he parado a saborear esos otros párrafos en los que el narrador piensa en voz alta y me habla de la vida, pero no de la de Marcel o Beatriz, ni siquiera la de Nuria o Jorge, o de cualquiera de los otros personajes que pueblan la novela: cuando me habla de la vida, de lo que todos podemos experimentar en algún momento.

Me he dejado conmover y seducir por la sabiduría de las emociones que se te meten bajo la piel y te despiertan.

No os voy a contar mucho de la historia. Os diré que, al terminar, me pregunté si Marcel Noviembre fue como la marea en la vida de Beatriz Tussaud. Me pregunté por San Telmo y su faro, y esa galería de arte en un lugar tan especial. Y en una frase, la única que no pude evitar anotar (uno no se cura de golpe de toda una vida): "Hay miradas que valen una vida".

Cerré el libro con la misma frase que lo abre y, si no fuera porque la vida es corta y los libros muchos, tal vez hubiera pensado subirme de nuevo en este barco y recorrer el mar de emociones que lleva.

Un placer, señor Alvira. Ha sido un placer este paseo.

Le espero en el siguiente.

domingo, 11 de febrero de 2018

EL HOMBRE QUE SE FUE A MARTE PORQUE QUERÍA ESTAR SOLO DE DAVID M. BARNETT



Sinopsis:

Todos conocemos a alguien como Thomas.

El vecino gruñón que se queja de tu comportamiento incívico en las reuniones de la comunidad de vecinos. El señor que te chista si tiene que esperar un minuto detrás de ti en la cola del supermercado. El compañero que manda un mail con copia a toda la empresa si por error acabas el último rollo de papel higiénico…

Thomas está perfectamente satisfecho yendo siempre por su cuenta, alejándose de los demás y de sus problemas. Pero bajo esa fachada gruñona se esconden una historia y una tristeza que a todos nos resultan dolorosamente familiares. Y está a punto de encontrar una familia que cambiara su manera de ver las cosas…

Un hombre que había dado el mundo por perdido. Una familia que le enseñará a vivir. El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo es una historia irresistible y reconfortante sobre sobre amistades improbables y segundas oportunidades, perfecta para los lectores de La tentación de ser felices, El insólito peregrinaje de Harold Fry y Un hombre llamado Ove. Te hará reír, llorar… y reconciliarte con todos los cascarrabias que han pasado por tu vida.

Mis impresiones:

¿Sabéis esos libros que de pronto os llaman la atención porque os recuerdan a otro? Este fue uno de ellos. Leí un fragmento y de inmediato pensé en feelgood. Siempre que pienso en este género en mi mente se dibuja la sonrisa de Mónica Gutiérrez y me acuerdo de sus libros. En concreto, la novela de Barnett me había llevado incluso a la portada de La librería del señor Livingstone.

Las dos novelas tienen en común alguna cosa: un protagonista gruñón y encantador a la vez, personajes extravagantes que te enamoran, mucho sentido del humor y esa sensación que transmiten estas novelas de que este mundo, a pesar de todo lo malo, es un buen lugar para vivir. Que se puede seguir creyendo en las personas aunque a veces lo demos todo por perdido.

Pero vayamos a la novela. El título en español es eterno: El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo. ¿Por qué? El original es Calling Major Tom, mucho más corto y desde mi punto de vista más impactante. A veces pasa esto con los libros, en las traducciones se adaptan los títulos y no lo entiendo. Me pasó con uno de Sophie Kinsella, se llamaba Can you keep a secret? en inglés y en español se lo cambiaron por otro que no le quedaba tan bien como este a la novela.

Pero vayamos a lo importante.

La obra se divide en 67 capítulos, todos con su título, y arranca en febrero del 78, cuando el pequeño Thomas Major, un niño feliz hasta ese momento, va con su padre al cine a ver La guerra de las galaxias. La que empieza siendo una noche magnífica -es preciosa la imagen de Thomas guardándose la luna en el bolsillo- se acabará torciendo cuando su padre le deje solo en la sala de cine para encontrarse con una amante. Cuando el niño los descubra se acabará su infancia y subrayará ese día como en el que empiezan las desdichas de su vida. Que no son pocas.

Por eso no es de extrañar -o sí, pero esto es ficción- que acabe pasando lo que pasará.

La novela no es lineal, son constantes los saltos al pasado para que vayamos comprendiendo al personaje y sus motivaciones, por eso el conflicto tarda un poco en llegar. El porqué Thomas acaba metido en una nave rumbo a Marte, solo, si él es un simple científico no un astronauta. Por qué se va para siempre de la Tierra a un lugar donde no se encontrará con nadie nunca más.

Pues es un poco loco, pero te ríes.

El elegido para la aventura de ser el primer hombre que se instale en Marte se muere de pronto de un infarto, justo diez minutos antes de que lo vayan a presentar a la prensa, el 11 de enero de 2016. Thomas tiene solo la misión de acompañarlo hasta que empiece la rueda de prensa. Solamente eso. Nada más. Pero ha recibido ese día los papeles de su divorcio. Bowie ha muerto. ¿Qué se puede perder si él se pone el traje del astronauta que acaba de caer fulminado a su lado y se presenta ante la prensa como si él fuera el elegido de verdad?

El disparate, que casi le cuesta un infarto a los miembros de la BriSpa -Agencia Espacial Británica-, a la prensa le hace mucha gracia. El se llama Thomas Major o Major Tom, como acaban llamándolo, en un juego de palabras que tiene que ver con una canción de Bowie. Es la publicidad perfecta y Thomas acabará siendo el primer hombre rumbo a Marte, con un libro de crucigramas por compañero, un mal humor permanente y muy poquitas ganas de ponérselo fácil a quienes desde la Tierra siguen su misión.

Entonces aparece Gladys Ormerod. Es una adorable anciana a la que se le está yendo un poco la cabeza, que está a cargo de sus dos nietos, Ellie y James, porque su nuera murió en un accidente y su hijo está en la cárcel. Thomas la llama por teléfono por error y los problemas de Gladys y su familia acabarán siendo el motor de la novela.

Ellie y su responsabilidad inesperada a los quince años.

James, que a pesar de su corta edad ya sabe que quiere ser científico.

Me ha gustado en especial un personaje secundario, Delil, el adolescente que se empeña en hacerse amigo de Ellie, que está todavía más trastornado que Gladys. Me ha gustado mucho su optimismo contagioso, la perseverancia hasta que consigue que Ellie sonría.

Y me ha gustado cómo el autor acaba esta novela, que es la resolución de un crucigrama. Es como esa palabra que le cuesta tanto encontrar y que se la da la familia que lo salva de sí mismo y de la soledad.

Ah, al final, en su bolsillo, cerca del corazón, se guarda la Tierra en otra preciosa escena.


Nota: este libro ha sido un regalo de mi editorial. Gracias, María Eugenia, porque me ha gustado muchísimo, creo que me conoces.



lunes, 1 de enero de 2018

AL ABRIGO DEL MAR DE BEATRIZ MANRIQUE




Sinopsis:

Astrid Sell es una joven educada en un entorno refinado y acomodado. Una dama con clase que entiende lo que se espera de ella conforme a su posición.

Román Guirao es un joven humilde que trabaja desde su niñez en la taberna familiar. Un hombre que sabe que las mujeres como Astrid están vedadas a los hombres como él.

El periodo estival, un paseo por la costa de Mojácar y el vuelo de un sombrero provocarán el encuentro de estos dos jóvenes cuyo amor deberá enfrentar sus diferencias sociales así como diversas adversidades que pondrán a prueba la veracidad, la lealtad y la fortaleza de sus sentimientos.

Una novela enmarcada en la sociedad almeriense de la última década del siglo XIX, cuya riqueza derivada de la minería, se convertirá en el escenario de la historia de dos personas con unos orígenes tan alejados como diferentes.


Mis impresiones:

Sabía que quería leer este libro desde que me enteré de que Beatriz Manrique publicaría de nuevo este año. Este verano he leído otras dos novelas suyas y, tanto a mí como a mi madre, nos encantaron, así que lo estaba esperando.

Si no habéis leído a Beatriz, os la recomiendo. Escribe historias muy bonitas, ambientadas a finales del siglo XIX y muy bien documentadas. Al final del libro, en realidad lo hace en todas sus novelas, tiene un anexo donde nos explica sus fuentes y algunas curiosidades, en este caso sobre la zona de Almería y las minas. Es un extra para saber de la época y a mí me acaba gustando también un montón porque aprendo cosas, como, por ejemplo, a quién le debemos el proceso de vulcanización del caucho y qué utilidad se le dio. Yo a este señor, Goodyear, solo lo asociaba con unas ruedas que les ponen a los F1.

Leedlo y sabréis de qué estoy hablando. Es algo que hoy en día es de uso cotidiano.

Al abrigo del mar es una historia de amor entre dos personas de diferente clase social. Ella es apenas una niña de 17 el verano en el que se conocen y él un joven de poco más de veinte. Astrid Sell, la mayor de cuatro hermanos de procedencia noruega y familia adinerada, se fija un día en la playa en Román Guirao, un joven pescador sin recursos. Y él de ella. Cada día, en sus paseos con Elsa, la niñera que cuida de ella y sus hermanos, Astrid tratará de disimular un interés que él, por su parte, no esconde. El ímpetu de la juventud, la adolescencia irreflexiva, acabarán haciendo que encuentren una manera de citarse en una cala cada madrugada y allí se enamoren. Al abrigo del mar...

Ha sido un placer su lectura. El narrador omnisciente cuenta la historia desde todos los ángulos posibles, haciendo saltos temporales del presente al pasado, y eso hará que podamos ir comprendiendo las razones del comportamiento de cada uno: puede que entre ellos haya algunos desencuentros, pero el lector siempre sabe que se aman por encima de todo. Bueno, de casi todo, porque hay una cosa que no contaré porque haría un spoiler.

Os la recomiendo si os gustan las novelas que, además de contar una historia, nos enseñan otro tiempo. Me ha gustado saber más sobre la zona de Mojacar y Almería a finales del XIX  y de los Cafés donde se ofrecían espectáculos musicales en el época.

Por cierto, feliz año.


jueves, 11 de mayo de 2017

QUERIDO LECTOR

Sé que te tengo despistado perdido. Es normal que no sepas qué pensar de alguien que cambia género cada poco, saltándose todas las leyes lógicas del marketing. Alguien con tan poca visión comercial que ambienta novelas románticas en Castilla y León en lugar de en Nueva York o París, que firma con un nombre sin ningún glamur y que revienta estereotipos a la mínima que un personaje le da la excusa para salirse del carril.

Yo también pensaría que alguien que ignora todo lo que recomiendan para triunfar en estos días en la literatura está un poco mal de la cabeza. O, no sé, quizá le daría alguna vuelta más al pensamiento y llegaría a la conclusión de que esa persona está segura de lo que busca, que quizá no sea lo más habitual en estos tiempos, pero es perfectamente lícito. Nada más –y nada menos- que aprender cada día un poco más. No tenemos veinte vidas, no podemos dedicar cada una de ellas a especializarnos en algo, así que hay que exprimir la única que está a nuestro alcance. Para mí, aprender es vivir con más plenitud. Cuantas más cosas, mejor, y compartirlas con otros completa este proceso.

Por eso espero que me perdones que haya dejado por esta vez lo que estaba haciendo hasta ahora. Esto no es una novela romántica. Ni intimista. Ni juvenil. Ni histórica…

Espero que, a pesar de todo, leas el libro que acabo de escribir, que en muy pocos días estará disponible. Si de paso te lo compras, te lo agradeceré muchísimo.  Incluso, te digo más, si eres autor, a lo mejor con los beneficios a mí me sobra algo de dinero para comprarme tus libros y nos acaba viniendo bien a los dos.

No doy más vueltas. Esto que pondré pronto en tus manos, sé que te lo estás temiendo desde que empecé a escribirte esta carta, no es una novela. Es otra cosa, una especie de bambalinas de la construcción de un libro, ese espacio oculto a los ojos del público donde se gesta la ficción. Invisible y necesario. Revelador y mágico. Imprescindible saber cómo funciona y bastante más desconocido de lo que debería. Un espacio que llevo años recorriendo y que me apetece compartir contigo. Me ofrezco a servirte de guía si tienes ganas de ver una novela desde otra perspectiva.

Imagina un espectáculo teatral. Antes de que se levante el telón, para que todo salga perfecto, hay muchas cosas que deben funcionar con la precisión de un reloj suizo. El director tiene que ocuparse de marcar las pautas a los actores, técnicos de luces y sonido, caracterizadores, tramoyistas… Debe programar ensayos, pruebas de vestuario, maquillaje, decoración del escenario… y dejarse la piel en cada momento para que, llegado el día del estreno, el espectáculo salga redondo. Para que todos esos elementos encajen y el espectáculo acabe siendo un éxito.

No hay apenas elementos que se dejen al azar.

La verdad es que, en el teatro, para que todo parezca natural el esfuerzo es arduo; exactamente es eso lo que sucede en la construcción de una novela, que es de lo que trata este libro que tienes entre las manos. En él, lo que pretendo es que me acompañes mientras te explico lo que se cuece entre detrás del escenario, antes de que el telón se levante. Que eches conmigo un vistazo a todas las decisiones que tendrá que ir tomando el autor -más o menos el equivalente al director de escena- para escribirla. Si quieres ser -o ya eres- escritor, quizá te venga bien refrescar la memoria. Si todavía no te has atrevido a empezar esa novela que ronda por tu cabeza, tal vez te sea útil para reflexionar antes de sentarte a escribir, e incluso sepas a qué libros acudir para seguir investigando. Si solo eres lector, te aseguro que mirarás de otro modo el trabajo que hay detrás de la escritura de un libro.

Quizá después hasta lo valores de manera diferente.

Añado algo más: si eres padre y te encuentras en el aprieto de repasar temas de lengua con alguno de tus hijos, tal vez también te pueda ayudar, porque muchas cosas de las que en él aparecen forman parte de los temarios de la ESO y Bachillerato, aunque se pasa por ello –cuando se pasa- de puntillas.

Lo dicho, en unos días lo pondré en tus manos.

No te voy a decir nada más de él de momento, ni título, ni fecha de salida, ni te voy a enseñar la portada. Sé, empecé por ello esta carta, que el marketing recomienda lo contrario, pero ya he sido víctima demasiadas veces de los piratas. Por eso voy a hacerlo todo como ellos: atacando por sorpresa.

¿Te apetece acompañarme?

Yo estaría encantada de hacer este viaje contigo.

Atentamente:

Mayte

lunes, 13 de febrero de 2017

ENTRE PUNTOS SUSPENSIVOS




Fecha de salida en papel: 15 de febrero.
Formato: bolsillo.
Precio: 7,95€

Sinopsis:

Mario Aguirre, el padre de Paula, lleva desaparecido unos días. Por más que su hija trata de localizarlo, no logra dar con su paradero y por ello busca la ayuda de Javier Muñoz, inspector de policía. Diez años atrás, Javier y Paula mantuvieron una relación que nunca ha acabado del todo. De vez en cuando sellan treguas que duran solo unos días, y de las que los dos salen siempre heridos.

Paula sabe que estar cerca de Javier no es lo más sensato, porque recuperarse después de estar juntos es cada vez más difícil, pero necesita que sea él el que la ayude a encontrar a su padre y no duda en pedírselo. El magnetismo que existe entre ellos es tal que quizá el viaje que emprenden para encontrar a Mario no sea muy buena idea, quizá exponga demasiado sus sentimientos.


Nunca os he pedido un favor, pero esta vez me atrevo. En este blog hace tiempo que estamos como en casa, así que os considero parte de mi familia digital. Sé que muchos tenéis pensado comprar el libro en papel, porque me lo habéis ido contando. Lo entiendo, porque el precio es más que atractivo. Os voy a pedir una cosa. Si de verdad lo tenéis pensado, hacedlo cuanto antes. Los libros duran cada vez menos como novedades, tienen un tiempo muy corto de estancia en las librerías. Enseguida vienen otros que deben ocupar ese espacio y si tienen suerte se quedan un tiempo en la tienda, pero en muchos casos se devuelven y se marchitan esperando no se sabe qué en los almacenes.

Por eso os pido este favor, que si tenéis decidido que lo queréis en papel, no esperéis al verano. Ni siquiera a mayo, porque quizá ya no esté en muchos lugares.

Y ya que nos ponemos, si os gusta, quizá no venga mal que lo comentéis. O que se lo comentéis a vuestra vecina. O que se lo regaléis a alguien por su cumpleaños...

Voy dando ideas.

Por cierto, yo hoy he recibido el primero del mío. Espero que me dé suerte.


Si lo queréis en versión digital, aquí se puede conseguir. 2,84€. Más barato imposible.

miércoles, 25 de enero de 2017

UN PEQUEÑO ANTICIPO...



Dentro de unas horas, cuando llegue la media noche, Entre puntos suspensivos estará disponible para su lectura digital. También lo estará para que podáis hacer una valoración de la novela, así que llegaré a esa otra etapa en esto de la escritura: el momento en el que sube el telón, los focos se posan en tu rostro y empieza el espectáculo. Para mí es un momento de nervios, no sé si encontraré silencio y plena atención del público, o los silbidos llenarán la sala incluso antes de que pueda pronunciar las primeras palabras.

(Lo digo por lo del otro día, igual no me dejan ni empezar antes de decir qué les parece)

Hace cuatro años que vengo publicando a principio de año y este es el primero en el que estoy sorprendida del montón de novedades que se presentan. Ganarse la atención de los lectores está quizá más complicado que nunca, pero no voy a dejar de intentarlo.

Porque quiero contaros una historia.

Porque me apetece que, mientras la leáis, vuestros problemas personales se hagan humo y solo os preocupéis de seguir lo que les pasa a Paula y a Javier. Le decía a una amiga que mis objetivos con esta novela son tres: entretener, hacer reír y emocionaros un poquito.

Espero conseguir alguno.

Os dejo con la primera escena de la novela. Para ir abriendo boca:


Capítulo 1
«Lo más valioso no es lo que tengo, sino a quién tengo.»
Anónimo

La puerta del despacho del inspector Muñoz se abre de golpe, alentando a una ráfaga de aire que hace que los papeles que reposan desordenados en su mesa salgan volando y aterricen en el suelo. El inspector, treinta y dos, pelo muy corto, ojos negros y brazos tan musculados que tiene que mandar que le hagan las camisas de encargo, se pone furioso. Tiene advertidos a todos en la comisaría que, antes de poner un pie en sus dominios, al menos se tomen la molestia de llamar con educación. Está a punto de gritar a quien ha osado entrar así; sin embargo, su primera intención muta al ver a la mujer que se acaba de sentar frente a él, sin haber sido invitada.
            —¿Vas a seguir mirándome con cara de idiota? —le pregunta ella.
Javier Muñoz espanta el desconcierto, deja de lado el comentario mental que ha hecho sobre lo que opina de lo bien que le queda el vestido que lleva y se cuelga la placa de manera imaginaria, recuperando el aplomo que ha volado con sus papeles. O más bien con la visión de quien tiene delante. Desde luego no es alguien a quien esperase en su despacho esta mañana.
            —Ya veo que has aprendido a llamar antes de entrar.
Lo dice con ironía, con intención de molestar a la visitante que ha provocado que los documentos del caso que estaba revisando se hayan mezclado por el suelo. Es uno que está a punto de prescribir, al que quiere echar un último vistazo antes de darle carpetazo. Ahora, cuando ella se vaya, tendrá que volver al principio. Es lo que esta mujer provoca siempre, desorden en su vida. Altera lo que creía listo para dejar en la estantería de los asuntos terminados y le obliga a regresar a un pasado del que nunca se ha deshecho del todo.
Con aparente tranquilidad, escondiendo de sus ojos la tormenta que se está formando en su cabeza, Javier empieza a colocar las hojas dispersas y se agacha para recoger del suelo las que han acabado allí. Cuando lo hace, desde debajo de la mesa, mira los zapatos de su visitante, las medias que realzan la perfección de sus largas piernas y observa perplejo cómo se levanta y sale del despacho. Unos toques impacientes en el cristal de la puerta le ponen en alerta y se levanta demasiado rápido, tanto que no puede evitar darse un golpe con el tablero de la mesa.
—¿Puedo pasar? —grita ella, desde fuera del despacho, tan fuerte que media comisaría tiene que estar mirándola.
            —¡Quieres no armar escándalo! —replica él, levantándose mientras se frota la cabeza.
Javier abre. A la vez que la deja entrar, lanza una mirada reprobatoria al exterior del despacho que provoca una reacción inmediata en sus compañeros de trabajo. Todos se apresuran a parecer muy ocupados. Después, cierra con cuidado, intentando retomar el control de la situación.
           —Me puedo sentar, ¿verdad? —pregunta la mujer. El tono está cargado de la misma ironía que minutos antes ha empleado él con ella.
           —¿Qué quieres, Paula? Me imagino que esta no es una visita de cortesía.
Con un gesto le indica la silla.
           —No —dice ella—. No es una visita de cortesía. Necesito tu ayuda.
Javier se apoya en el borde de la mesa, de pie, buscando una posición que la intimide. O, quizá, una en la que no acabe siendo él intimidado por ese vendaval que tiene delante. Se cruza de brazos y la mira a los ojos, intentando averiguar qué clase de ayuda puede necesitar Paula para haber aterrizado en su despacho.
          —¿Has matado a alguien? —le pregunta.
          —Eres idiota, idiota perdido. No estoy de broma.
          —No me digas más; has cambiado de idea y me vas a dejar a Valeria todos los fines de semana. Los necesitas para irte de viaje con ese novio italiano que tienes ahora. ¿Cómo se llamaba? ¡Andrea! Sí, bonito nombre para un tío…
         Paula se impacienta y además no cree que sea momento para meter a su hija en la conversación, ni tampoco a su pareja.
          —¿Ya?
          —¿Ya, qué?
          —Que si ya has dicho la tontería de turno y me vas a dejar hablar.
          —Habla.
         —Mi padre ha desaparecido.

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