jueves, 30 de abril de 2015

OJALÁ FUERA CIERTO DE MARC LEVY



Sinopsis:

Lauren lleva meses en coma después de haber sufrido un tremendo accidente de circulación. Los medicos la mantienen artificialmente con vida esperando un milagro, pero este no llega. Por ello, la familia de Lauren pone su apartamento en alquiler y el nuevo inquilino, Arthur, se muda sin más demora. Lo que no se imagina es que se verá obligado a compartirlo con alguien que sólo él puede ver. Y es que en su afán de aferrarse a la vida, Lauren ha conseguido formar parte de la cotidianeidad sin ser vista. Superado el shock de encontrar un fantasma en casa, Arthur convierte a Lauren en el centro de su vida, en su razón de existir. Un amor que no entiende de convencionalismos y que la mayoría no puede comprender.

Mis impresiones:

Leí Ojalá fuera cierto hace muchos años. Me lo prestó una amiga, asegurándome que le había encantado, y la verdad es que a mí también me gustó mucho. Años después, cuando me enteré de que habían hecho una película, Just like heaven, quise verla y me pasó algo muy, muy extraño. La película es una "versión libre" de la novela. La madre de Lauren (Elisabeth en el film) se transforma en una hermana y dos sobrinas, y la de Arthur (David en la pantalla) directamente se ha volatizado, llevándose por delante a uno de los personajes más interesantes de la novela. La trama cambia, se simplifica y se adapta más al tono de una comedia que funciona en el cine, y se pierden todas las frases que en la novela te dejan pensando.

Me pasé la primera parte de la proyección recolocando mis recuerdos, que en muchas ocasiones chocaban con lo que estaba recibiendo. Creo que como tienen lo mínimo en común, la comparación se iba diluyendo, y acabé aceptando que, aunque muy similares, eran dos historias. Y las dos me gustaban.

Después de eso la película la he visto... incontables veces, porque a mi niña le encanta; ese punto de partida de una mujer-fantasma que busca la manera de volver a su cuerpo, en coma en la habitación de un hospital le resultó interesante cuando era muy pequeña (y que las sobrinas hubieran metido a Bob Esponja en la lasaña) y la ponía una y otra vez.

Es una de esas pocas veces que no puedo decir que el libro sea mejor que la película, o la película que el libro, porque en realidad tienen muy poco que ver.


Esta semana, cuando empecé a leer la novela, me pasó exactamente igual que en la sala de cine, el día que vi la película. Al principio tenía que hacer un esfuerzo por no mezclar las dos historias, pero poco a poco, se me fue olvidando y entré de lleno en el libro.

Tengo que decir que crece a medida que avanzas en la lectura (y eso, por cierto, me recordó mucho a otro libro que conozco bien). Desde ese principio "absurdo" el libro va dando pasos hacia otros temas y cuando aparece Lili, la madre de Arthur, cuando te presenta a esa mujer que fue dejando pequeños legados en forma de cartas y recuerdos para su hijo, es cuando la novela tiene sus momentos más brillantes. Se impregna de nostalgia y fluye. Hace que entiendas por qué fue una de las novelas más vendidas cuando se publicó, que se tradujera a tantos idiomas y que, al final, acabaran haciendo una película (aunque a su bola).

Sabéis que no soy de poner spoilers, ni siquiera a modo de frases, pero en este caso voy a hacer una excepción, quizá porque el libro no es una novedad y supongo que la mayoría lo habréis leído. Y eso me recuerda que no he contado por qué lo he vuelto a leer. Es tan tonto como que, al abrir el cajón donde guardo las pinturas, estaba ahí y lo encontré. ¿Por qué guardo libros en sitios imposibles? No lo sé, supongo que para volverme loca buscándolos cuando los necesito. El caso es que, tras la sorpresa inicial, pensé que me apetecía seguir con mi racha de "libros que no fallan" y no me equivoqué. No he tardado ni tres días en leerlo.


"Experimentarás muchos miedos. Lucha contra ellos, pero no los sustituyas por vacilaciones demasiado largas. ¡Piensa, decide y actúa! No tengas dudas; la incapacidad para asumir las elecciones propias genera cierta dificultad para vivir".

"¿Cuántas veces me brindará la vida la posibilidad de hacer algo esencial?"

"¿Te he dicho yo que te quiero? Me has dado pruebas de que me amas, que es mucho mejor".

Solo hay un pequeño detalle de esta novela que no me convence: no vi una conexión entre los personajes lo suficientemente intensa como para que se acabaran enamorando de la manera que lo hacen. Eso, quizá, se me ha escapado a mí captarlo. No lo sé, pero me faltaba un poco de chispa en el principio. Acabé entendiendo a Arthur, sobre todo cuando se va descubriendo el personaje de Lili y todo lo que le enseñó, pero al principio... 

Ojalá fuera cierto no tiene un final cerrado. Se queda abierto, algo que molesta a algunos lectores, pero que a mí, personalmente, me da igual. No necesito que me cuenten nada más allá, porque para eso está tu propia imaginación, para practicar eso que en su día se llamó "literatura del silencio", donde el lector actúa como cómplice, completando la historia que le está sugiriendo el autor. Vale, quizá este razonamiento es un poco forzado, pero me sirve para entrar en otra novela de Marc Levy que también leí, Volver a verte. Creo que, empujado por el éxito de la primera, el autor escribió la segunda parte. En alguna de mis estanterías tiene que estar, porque sé que la leí pero, por lo que sea, no la recuerdo. Lo que sí recuerdo es que no me dejó el mismo buen sabor de boca que la primera, así que, revolveré un poco, y haré la comparación. De todas maneras, leer a Marc Levy siempre es un placer. Es uno de los autores que no me defraudan, porque escribe novelas románticas pero no de esas que están llenas de azúcar y acaban sentando mal. Y además, es tan bueno, que cuando me nominan a un premio con él, me gana. 

Tengo que aprender de él.