martes, 26 de marzo de 2013
CON LAS VACACIONES, EMPIEZA EL TRABAJO
Dentro de un par de días empezarán para mí las vacaciones de Semana Santa. Mi ritmo de vida se invierte del todo porque cuando hay vacaciones, irónicamente, es cuando más trabajo tengo. Sobre todo cuando se juntan con unos días de mal tiempo como los que los pronósticos meteorológicos auguran. Los niños no tendrán ni la oportunidad de irse al parque un rato, así que, sin tener dotes adivinatorias especiales, estoy segura de que habrá más de una pelea por el mando de la tele.
Que romperán algo.
Que discutirán por contarme primero cualquier cosa que se les ocurra.
Son predecibles cien por cien...
Además de todo, tendré que actuar como mediadora en sus conflictos. Para mí las vacaciones son un tiempo especial porque dejo mi trabajo normal, pero asumo otras tareas que se han ido quedando pendientes y, sobre todo, tengo las tardes libres para hacer lo que más me gusta: escribir. Me emociona pensar que tendré cada día cuatro horas por delante, que no voy a tener que irle robando horas al sueño y a la rutina para poner en palabras las historias que llevan mucho tiempo dando vueltas por mi cabeza.
Ya he empezado a calentar motores, ya tengo esquemas de lo que quiero contar y entre ayer y esta mañana he logrado componer un capítulo de la novela. No puedo estar más contenta con el resultado porque a pesar de que era algo difícil creo que he encontrado el tono adecuado, la manera de restarle crudeza a algo complicado sin perder la emoción.
Las vacaciones, de algún modo, ya han empezado entonces.
Que las disfrutéis.
Yo pienso hacerlo.
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