Este blog está dedicado normalmente a los libros, pero hoy me apetece algo diferente. Ayer por la tarde nos dimos un paseo hasta Burgos porque teníamos que cumplirle una promesa a Alex. Hace meses estuvimos en la ciudad y nos pidió que le llevásemos al Museo de la Evolución Humana pero, por circunstancias, no pudimos hacerlo y no ha dejado de recordárnoslo. Ayer fue un día de cumplir promesas. No estuvimos en el parque arqueológico, ni en la Sierra de Atapuerca porque ya lo hicimos hace unos años.
Lo primero que nos llamó la atención fue que siempre que vamos a Burgos, aunque en el resto del mundo haga bueno, allí hace un frío de morirte. Inmediatamente después, las enormes dimensiones del edificio diseñado por Juan Navarro Baldweg. La exposición se organiza en cuatro plantas. He pensado elegir uno o dos elementos de cada una de ellas para comentarlos, porque hacer un resumen de las más de tres horas que estuvimos allí sería eterno. En la planta menos uno, la primera que visitamos, destaca la presencia del cráneo número cinco, el cráneo más completo que se ha encontrado hasta el momento de un antepasado del ser humano. No sé si sabéis que también se le conoce como Miguelón, en honor a Miguel Induráin, que en el momento en el que este fósil se descubrió estaba en pleno apogeo de su carrera como ciclista. He encontrado en internet una fotografía de Miguel Induráin frente al cráneo del Homo Antecessor y juzgad si se parecen. (Yo creo que no…)
La planta cero está dedicada a la evolución, y no podían faltar en este tema los trabajos de Darwin y Ramón y Cajal. Lo más llamativo, de todos modos, en esta planta, son las reconstrucciones escultóricas de las especies de homínidos que poblaron la Tierra. Visto allí no me di cuenta, pero en el plano que nos entregaron, la situación de las esculturas y los paneles explicativos recuerda al Crómlech de Stonehenge. No sé si eso lo han hecho a propósito, pero es curioso. Hicimos algunas fotos sin usar el flash, pero salieron fatal, así que vuelvo a recurrir al inmenso archivo que es internet. Esta foto pertenece a la revista Quo, aunque tampoco se aprecia demasiado. In situ se puede ver a Lucy y la reconstrucción de Miguelón. Vagamente se aprecia en éste la ligera hinchazón de la boca causada por la infección que le mató. No han querido exagerarlo, según dijo la muchacha que lo explicó, para que sirva como ejemplo de todos los de su especie, pero la escultura está basada en sus restos. Es increíble lo bien hechas que están. Sólo por verlas y por la explicación de la guía, merece la pena.
La planta uno está dedicada a la hominización y la humanización. El fuego, las herramientas, los asentamientos, se analizan contraponiendo a dos especies que convivieron en el tiempo: el sapiens y en neandertal. También hay una pequeña muestra de arte, atribuido sólo a los sapiens. De esta planta, por supuesto, me llamaron la atención las réplicas de las Venus. En mi salón tengo dos, una que me trajo mi madre de Altamira, hecha por un artesano, y que es preciosa, y otra que compré en el parque Arqueológico de Atapuerca, de resina, que siempre está por encima de la mesa cuando doy clase, para que la puedan tocar, sentir. El aprendizaje es mucho más efectivo cuando se sale del límite del libro. La pobre Venus está muy manoseada, pero ni uno de mis alumnos se queda sin palabras cuando sale en el examen.
La última planta está dedicada a los ecosistemas y a la progresiva humanización del medio natural. Han aprovechado también para instalar en ella una librería en la que se recogen multitud de ejemplares publicados que tienen como eje temático la prehistoria, así como obras en las que Burgos tiene el papel protagonista. En esta planta se tiene una panorámica el museo desde arriba, y te das cuenta de que es impresionante. Y si eres como yo, que te dispersas mentalmente con facilidad, te preguntas cómo pretenden calentar esto en pleno invierno en Burgos. Tiene que costar un pastón. Tiene grandes cristaleras para que pase el sol, pero eso si al sol le da por salir…
Sobre el edificio en si… ni me gustó, ni me disgustó en extremo. Me parece enorme. Sé que las expectativas puestas en el yacimiento son espectaculares, queda muchísmo trabajo para terminar de completar las tareas de excavación y es sensato pensar que los descubrimientos que están por venir son muchos y necesitarán un espacio para ser guardados y expuestos. De momento el museo es bastante diáfano y para mí hay mucho contraste en toda la tecnología empleada para mostrar los descubrimientos frente a la temática de los mismos. Yo quitaría máquinitas, proyecciones y pijadas y pondría gente explicando las cosas. Claro, eso es mucho más caro...