Sinopsis:
Una historia de amor, amor puro.
La primera vez que Daniel y Mónica se vieron, el suelo no tembló, no sonaron campanas, no se detuvo la tierra y, por supuesto, no se les paró el corazón… Pero aquel verano, su historia les cambiaría la vida para siempre.
La noche que todo cambió, la playa se desbordó de amor y cientos de besos fueron barridos por el salitre. Un pedazo de sus almas se quedaría para siempre perdido en el hueco que el mar construye cuando invade la arena. El deseo y el anhelo que supuraron sus cuerpos impregnó como un halo aquella escena, que prevalecería para siempre en sus recuerdos.
Mis impresiones:
¿Sabéis esas veces que no te atrae nada un libro? Este es un ejemplo. Lo vi desde que se publicó en Amazon, leí la sinopsis -que no me dijo nada- y lo dejé correr porque la portada sí me decía algo: que no me gustaba. Sé que tengo prejuicios con las portadas, pero considero que son la carta de presentación de una historia y esta no me lo parecía (ni me lo sigue pareciendo). Entre la sinopsis y la portada lo descarté, sobre todo por el montón de lecturas que tengo acumuladas, que un día se me van a venir encima como un tsunami y me van a aplastar.
Hace días, la autora puso gratis la novela. Comparto con mi madre el kindle y algunas veces lo que no me gusta a mí, a ella si. Por eso la descargué, pensando en que sería ella la que la leyera y no yo. Hasta hace dos días.
Tenía que hacer un viaje y siempre me llevo el kindle para leer en el coche. No me mareo leyendo, así que los viajes se me hacen cortísimos, aunque no me entero de nada de lo que pasa. Recuerdo que cuando llegué al destino me preguntaron si la carrera que había en el pueblo al que iba había cortado muchas calles y pensé: ¿qué carrera? No había logrado separar los ojos de las palabras de esta historia, incluso salí la última del coche.
Me había quedado enganchada con la historia.
En Barridos por el salitre encontramos la historia de Mónica y Daniel, que empieza como dice la sinopsis, sin música, sin que tiemble la tierra cuando se miran, pero que poco a poco va creciendo. De una amistad adolescente, que es lo que son ambos cuando arranca, se transforma en sentimientos más profundos a lo largo de un verano. Son muy jóvenes, aún no saben muy bien cómo gestionar lo que están sintiendo y eso hará que la historia no cuaje. Cada uno elegirá su camino, hasta que la vida vuelva a ponerlos frente a frente.
La novela arranca antes que la historia de Mónica y Daniel, cuando esta se prepara para ir con su marido Ángel, su hermana Rosa y su cuñado Roberto a cenar en un impresionante centro comercial de lujo que han abierto en la ciudad, el Varadero. El lugar es mágico y Mónica está, como los demás, fascinada por todo lo que ve. En medio de la cena entre los cuatro, un camarero aparece con una botella de vino para ellos, cortesía de la casa, que deja petrificado a Roberto. Él, que entiende de vinos, se da cuenta de que la botellita cuesta más de cuatrocientos euros, un regalo un poco desmedido para unos clientes que es la primera vez que ponen un pie allí. Enseguida aparece la explicación: Daniel, un antiguo amigo de Mónica, es el dueño.
A partir de aquí, la historia retrocede en el tiempo para contarnos cómo se conocieron Mónica y Daniel. La autora divide la novela en tres partes, con prefacio y epílogo, y cada una de ellas la titula con palabras que hacen alusión a las mareas: bajamar, marea viva, marea muerta, pleamar y resaca. En ellas va desgranando la historia y mostrándonos a todos los personajes.
Escrita en tercera persona, con un narrador omnisciente y una narrativa sencilla tiene todos los ingredientes para mantener la atención del lector durante todo el tiempo de lectura. A mí me han bastado apenas dos días, menos si contamos que empecé el sábado por la tarde y la acabé el lunes a primera hora de la mañana. Los personajes están muy bien definidos, me gusta cómo evolucionan, de manera coherente a lo largo del relato. Iba a deciros el que menos me ha gustado, no como personaje, sino pensando en que pudiera ser alguien real, pero me estoy dando cuenta de que es desvelar mucho de la trama, así que me lo quedo.
Siempre hablo de la importancia de las cartas de presentación de las novelas y de que tenemos que dejarnos de prejuicios al juzgar un libro y sé que en este caso yo me equivoqué con la portada. O la portada me hizo confundirme. Sé que si no lo hubiera puesto gratis me lo habría saltado y habría sido una pena porque lo he disfrutado.
Os lo cuento para que no seáis tan tontos como yo.
Lo podéis conseguir en Amazon. 0,99€ tendrán la culpa. ¿Qué es eso? Menos de un café y se disfruta más, os lo aseguro.