¿No es extraordinario que lo haya conseguido una autora chiquitita?
A mi yo de hace doce años, esta noticia le habría parecido una chaladura, un imposible, un sueño loco de niña que, desde pequeña, imaginó que había nacido para poner historias en palabras. Hoy, sin embargo, es una realidad que puedo tocar y que he logrado con mi esfuerzo y mis medios.
¡Y sin agente literario!
¿No es extraordinario que no haya parado de ir ni siquiera el año de la pandemia?
Este año llevo una novela maravillosa, un caramelo que espero que endulce los primeros días de verano a los lectores que decidan que sea ella la novela que se llevan de la Feria. Se llama La lectora de Bécquer y está ambientada en Segovia, una de las ciudades más bonitas del mundo. Yo no quiero contar detalles, quiero que me los contéis a mí, que me digáis qué os parecen Ana, Mateo, Alvarito, Ramona, Lucía o Pinar.