Sinopsis:
Si encuentras el amor verdadero, tarde o temprano lo reconoces, porque la luz de la pasión ni se finge ni puede ocultarse para siempre.
Pablo Ribera, un prestigioso médico de Madrid, ve truncado su futuro tras ser condenado por la Inquisición. Su única esperanza es conquistar a la mujer que ha sido el amor de su vida. Pero al salir de la cárcel descubre que esa mujer se ha casado y que él ha perdido su casa. Solo le queda una opción: instalarse en la que su madre comparte con dos inquilinas.
Lucía Garrido, una joven partera viuda, busca un esposo que le permita mantener su independencia y su oficio, y ve en el hijo de su casera al candidato perfecto. Ni siquiera le importa que siga enamorado de otra mujer. Sin embargo, Pablo considera descabellada la proposición de matrimonio y Lucía elabora un plan para convencerlo de aceptar sin tener que revelarle la verdad que subyace en su empeño de casarse con él.
El problema es que otras estrategias se fraguan bajo el mismo techo. Y que el plan de Lucía despierta en Pablo la necesidad de averiguar esa verdad que ella esconde. Una necesidad que surge del fuego que la deseable viuda enciende en él y que amenaza con dominar su voluntad de no dejarse atrapar en un matrimonio sin amor.
Una entretenida historia de enredos amorosos y pasiones irresistibles con un toque de intriga.
Mis impresiones:
Elegir una novela de Nuria Llop, la que sea, viene con garantía: vas a leer algo que está bien escrito, bien sustentado en una ambientación cuidada y con unos personajes que siempre tienen una gran personalidad.
Tras la increíble novela de Mayte Uceda me daba miedo abrir otro libro. Pensé, y con razón, que cuando te quedas con una resaca lectora importante, porque has dado con un libro grande, te va a costar no valorar el siguiente guiándote por las sensaciones del anterior. Por eso, antes de abrir uno nuevo, le di vueltas. Estamos en verano, hace calor (mucho) en mi habitación y las noches se hacen muy largas si no encuentro un libro que me mantenga atrapada entre sus páginas.
Mirando entre mis adquisiciones recientes, encontré La luz de la pasión. Mi madre, que se me adelantó cuando lo compré, ya lo había terminado y me dijo que le había gustado mucho, así que abrí sus páginas.
Desde el principio, me quedé atrapada entre ellas.
La magnífica ambientación en el Siglo de Oro, momento histórico que por razones personales conozco bien, me cautivó. Pero no fue solo eso, también los personajes. Pablo, con el peso a la espalda de haber sido acusado de herejía, encarcelado, torturado y castigado a no poder ejercer su profesión de médico; su madre, Jerónima, una viuda de carácter que no está dispuesta a permitir que su hijo se hunda; Gabriela, una joven melancólica que se ha ido a vivir a casa de Jerónima.
Y Lucía, la partera.
Es el personaje de la novela.
Por mucho que Pablo Ribera sea el protagonista, la que me enamoró desde el minuto uno fue esa mujer decidida que dibuja Nuria, una mujer que sabe lo que quiere y que lucha por ello.
El sentido del humor, presente tanto en esta como en otras obras de la autora, hace que cada rato esboces una sonrisa. A veces, las escenas recuerdan a las obras teatrales de ese magnífico siglo donde la literatura brillo de manera deslumbrante, compensando todas las sombras de la brutal crisis económica, la miseria, la pobreza y la ruina de un Imperio que se desmoronaba sin remedio.
Nuria Llop crea una novela que a ratos, cuando habla del proceso inquisitorial de Pablo, se vuelve dura, pero que se compensa con todos los momentos luminosos entre los protagonistas y por esas otras escenas en las que el humor aligera todo.
No he echado de menos nada, me ha gustado mucho ese final de enredo tan literario, me han gustado las referencias constantes al tiempo en el que transcurre, que no abruman al lector, algunas, de hecho, creo que pasarán desapercibidas a ojos poco expertos, pero que además no hacen sombra a lo que tiene que estar en un primer plano en una novela romántica: la trama amorosa.
Hay química entre los personajes.
Hay detalles preciosos en cuanto a la vestimenta.
El proceso inquisitorial.
El trabajo de partera.
El de médico...
Leedla, si os apetece una novela romántica, porque estoy segura de que no os vais a arrepentir. La luz de la pasión es una buena manera de conocer a Nuria Llop. Creo que es la tercera novela de una saga (los que me leen saben que yo lo del orden de las sagas lo llevo mal, empiezo por la que sea), pero no he echado de menos nada. Se lee perfectamente ella sola.