Acaba el
año y a todos nos da por hacer balance. En este blog, al llegar al final del
calendario, me gusta revisar las reseñas que he hecho y pararme a pensar en los
libros que más me han aportado.
Mis
mejores lecturas.
Este
año ha sido extraño en cuando a lecturas y reseñas porque hay un claro
desajuste entre unas y otras. Probablemente he escrito muchas menos que en los anteriores
pero estoy segura de que he leído mucho más aunque se han ido conjugando varios
factores que han desequilibrado esta balanza.
- Algunos libros no me han dicho nada.
Esos los he dejado sin reseñar porque mi tiempo es escaso y prefiero
distribuirlo en cosas positivas y dejar de lado lo que no me aporta nada.
- He tenido momentos en los que mi atención requería
centrarse en otras cosas. Eso ha provocado que se me hayan escapado novelas
que sí me han gustado sin poderlas reseñar. Algunas veces las he reunido en una
entrada pero otras no he tenido ni tiempo de eso y cuando lo encontré ya era
tarde. Si pasa tiempo entre lectura y reseña se me escapan detalles, por eso
las hago durante la semana siguiente a terminar la lectura. Pasado ese tiempo
es normal que ya no las haga.
- Hay libros pendientes de reseñar. En
algún caso porque tengo que hacer una relectura; en otro porque se trata de una
colección y quiero hacerlo en conjunto; en otro porque aunque la reseña está a
medio hacer y no he encontrado el momento de revisarla en condiciones para
publicarla.
- Ha sido un año de muchas lecturas cero.
Varios autores me han pedido que leyera sus manuscritos y los analizara y he
estado atareada con libros de los que aún no puedo hablar. O que ya están ahí
pero sobre los cuales he emitido mi opinión al mismo autor o autora antes de publicar
la obra y que no sé si después habrá mutado, por lo que no me atrevo a decir
absolutamente nada.
- He terminado una novela y me falta rematar
una segunda. En este año la productividad se ha multiplicado. El verano fue
un buen momento porque los niños ya son grandes y van solos a la piscina (sin
mí, vamos, solos no van que se aburrirían mucho) y me han dejado tiempo para
poder escribir con calma. Todas las tardes de un verano dan mucho de sí y he
podido terminar una novela que arrancó en mi cabeza en 2010. Ya está registrada
y a punto estoy de acabar la siguiente. La primera (ATCLV) es ficción
contemporánea y a mí me gusta un montón. La segunda (LCDLF) es romántica y con
esta me he divertido escribiendo como no lo hacía desde que escribí Su chico de
alquiler.
- Ha sido el año de Detrás del cristal.
El 15 de febrero, de madrugada, colgué mi cuarta novela en Amazon y como os he
contado en el blog no se apeó del top 100 ni un solo instante desde ese momento
hasta el 10 de julio, día en el que Ediciones B pasó a tener los derechos de la
novela. Ha sido el año de mi firma con una editorial, ha supuesto un cambio en
cuanto a mi propia percepción sobre mi escritura (sigo pensando que estoy
aprendiendo pero ahora no me suspendo todo el tiempo como narradora como hacía
antes). Detrás del cristal continúa con su magia y aunque en Amazon con el
cambio de ASIN apenas volvió dos días al top, en noviembre se coló en el de
Fnac y ahí está, esperando paciente a la cita que tenemos el 12 de febrero con
los lectores de papel.
¿Nos
descubrirán? ¿Alguien se llevará el libro a casa, lo leerá, le gustará y lo
recomendará? ¿Seguirán confiando en mí?
A
saber.
Me hago
preguntas pero no conozco ni una sola respuesta. Esto SÍ que es una lotería y
no obtener una valoración positiva de tu obra. El esfuerzo puede inclinar la
balanza, el talento puede sumar peso pero, para venderlo, ahí os digo que hace
falta SUERTE. Voceadores en todas partes, agentes voluntarios (yo no lo puedo
pagar) que la soplen y hagan que vuele. Os pediré un retuit, un boca oreja pero,
tranquilos, no voy a pedir nada más porque sabéis que ni lo he hecho antes ni
lo haré ahora. No es elegante y tampoco me gusta poner a nadie en compromisos
más serios.
Y
después de este rollo que os he metido, repaso los libros que destaco de este
2013 son los que os enseño a continuación. Podéis llegar a sus reseñas
pinchando en el título.
Un
bonsái entre tú y yo, de FJ Rohs. Una preciosa historia sobre la amistad de
La Sastrería Literaria que me cautivó. No he dejado de recomendarlo desde que
lo descubrí y espero que si os animáis a leerlo, os provoque al menos sensaciones
parecidas a las mías porque fueron muy, muy agradables.
Diario
de invierno, de Paul Auster. No puedo evitarlo, siento debilidad por este
hombre. Leo lo que me hubiera gustado escribir en sus libros y éste, su
autobiografía, me mostró algunos detalles coincidentes conmigo que me dejaron
noqueada. Me ha gustado siempre de él que insista en que nuestras pequeñas
decisiones condicionan lo que será nuestra vida porque no puedo estar más de
acuerdo. Para bien o para mal.
La
protegida Wittman, de Iván Hernández. Iván me ayudó con la portada de Detrás
del cristal y tenía pendiente conocerle como escritor, así que poco después de
publicar mi novela me decidí a leer algo suyo. Y empecé a lo grande, con su
novela estrella. Me gustó su prosa muchísimo. He seguido leyéndole y he
descubierto a alguien con un excelente sentido del humor y un talento
desbordante. Christie Allien es mi personaje favorito pero… aún no he reseñado
estos libros porque me los reservo, de momento. Son tan cortos que quiero hacer
algo con todos, o al menos con unos cuantos. Vamos por el tres de momento, y
digo vamos porque el día que salen me los leo, cual adolescente impaciente.
Ángeles
de cartón, de Miguel A. Mian Ros. ¿Cómo no lo leí antes? Esa es la pregunta
que me he estado haciendo durante este año. Me encantó. Y me deprimió. No por
el libro sino porque estoy segura de que jamás voy a ser capaz de escribir tan
bonito como lo hace Miguel. Lo súper recomiendo.
El
alquimista Impaciente, de Lorenzo Silva. Mi única reseña con spoilers. Lo hice
porque este libro ya tiene algunos años y me pareció que no le pasaría nada si
lo diseccionaba un poco aunque se aleje de mi costumbre a la hora de hacer una
reseña. En realidad no descubro con ellos la trama porque los uso para
reflexionar en otra dirección. Me apeteció hacerlo así y me gustó la novela
pero, sobre todo, me gustó escribir esta reseña.
Algo
más que vecinos, de Isabel Keats. Una novela que logra que se te olvide que
has puesto la olla a tope y estalle inundando la cocina de guisantes se merece
estar aquí. NINGÚN libro de este año ha sido capaz de acaparar mi atención
tanto como éste. ¿Por qué? Pues probablemente porque es muy divertido y muchas
veces lo que necesitamos de un libro es
eso, divertirnos. Para hacérnoslo pasar mal ya está la vida, que es muy
perra…
El
caracol de Byron y La
interpretadora de sueños, de Rafael R. Costa. Dos novelas del mismo autor
que se han ganado por derecho estar aquí. Son maravillosas, me ha pasado con
Rafael lo mismo que con Mian Ros: después de leerlos me entran ganas de que me
den alguna clase para aprender a narrar porque jamás me aproximaré a ellos, a
su forma de acariciar con las palabras.
La
caricia de Tánatos, de María José Moreno. No conocía a María José como
narradora y empecé por esta novela que me mantuvo enganchada. A pesar de su longitud
apenas me duró unos días porque se lee muy bien y la autora logra que te
sumerjas en la historia de Mercedes tanto que cuando acaba te quedas con ganas
de más.
As
de Corazones, de Antonia J. Corrales. Fui una de las primeras lectoras de
la novela, de hecho la leí en el ordenador y a pesar de que me gusta muy poco
leer aquí me duró apenas dos días en los que DISFRUTÉ leyendo. Ella tenía miedo,
no sabía si a los lectores les gustaría su novela pero le dije que no temiera:
no iba a ser así.
Lo
que encontré bajo el sofá, de Eloy Moreno. Unas horas me duró, no podía
dejar de leer. Es el único libro en años que he cogido y no he soltado hasta
verlo acabar. De hecho creo que sólo me había pasado hace siglos con uno de
Pérez-Reverte. Lectura satisfactoria del todo y esta vez sin que explotase nada.
Sonríe
de Mel Caran. Pues se quedó sin reseñar, por eso no tiene enlace a una reseña,
sino a su perfil en Amazon. Lo descubrí un domingo por la noche, justo cuando
terminaba una promoción gratuita a la que no llegué a tiempo. Sin embargo, su
portada, la primera que tuvo, me llamó mucho la atención e hice algo que
recomiendo: descargué el fragmento gratuito. Me dio una rabia terrible que se
me acabase el diez por ciento de cortesía que te permite la página y no tuve
más remedio que comprármelo. ¡Me encantó! Por su frescura, por lo original del
principio. Por esa chispa que tiene. Sin embargo todo esto sucedió a la vez que publicaba Detrás del cristal, los primeros días de locos que viví y se me pasó reseñarlo.
Después
conocí a Mel y puedo decir orgullosísima que a día de hoy somos amigas. Como
ella ya lo ha contado en su blog creo que puedo decirlo ya aquí: Sonríe saldrá
pronto bajo el sello Zafiro de Planeta. ¡No os imagináis lo contenta que estoy!
¡Lo sabía desde que leí ese diez por ciento!
Sólo
era cuestión de tiempo que sucediera.
El
último de esta lista de libros, por supuesto, Detrás del cristal. Para mí a la
fuerza es el libro de mi año (obvio) pero de él no os digo nada más, suficiente
paliza os he dado ya.
¡Y lo
que os queda!