Sin remordimientos, hice una selección y le di al botón de borrar.
No quedan ni pruebas de lo bueno, o de lo que al menos yo consideraba bueno. Lo he borrado y espero que esto dé un resultado positivo. Lo espero por una experiencia que tuve en 2015; harta de que una persona me tomase el pelo y se pensara que yo estoy en la misma categoría de un pañuelo de papel (que se usa y se tira) hice lo mismo que he hecho hoy y, oye, mano de santo.
De esta historia apenas me acuerdo y esa persona lo único que me provoca es una profunda compasión. A veces nuestras elecciones son tan catastróficas que lo único que dan es pena.
Hoy también he borrado y espero que, de aquí a siete años, ni me acuerde de esto.
Me he tomado una cerveza para celebrarlo.