Sinopsis:
Flores cortadas un thriller psicológico sofisticado y
escalofriante en el que, mezclando turbios secretos, fría venganza y una
inesperada posibilidad de absolución, nos presenta a dos hermanas que, tras
haber perdido el contacto, han de unir fuerzas para desvelar la verdad acerca
de las espantosas tragedias que, separadas por veinte años, destrozaron sus
vidas.
Hermanas. Desconocidas. Supervivientes.
Han pasado más de dos décadas desde que Julia, la hermana
mayor de Claire y Lydia, desapareció sin dejar rastro a los 19 años. Algún
tiempo después, ellas dejaron de hablarse y tomaron caminos opuestos. Claire se
ha convertido en la decorativa y ociosa esposa de un millonario de Atlanta.
Lydia, madre soltera, sale con un expresidiario y se esfuerza por llegar a
fin de mes. Ninguna de las dos, sin embargo, se ha recuperado del horror y
la tristeza de su tragedia compartida: una herida atroz que se reabre cruelmente al morir asesinado el marido de Claire.
La desaparición de una joven y el asesinato de un hombre de
mediana edad, separados casi por un cuarto de siglo. ¿Qué relación puede haber
entre ambos hechos? Tras alcanzar una tregua precaria, las hermanas
supervivientes miran al pasado en busca de la verdad y comienzan a
desenterrar los secretos que destruyeron a su familia y a descubrir una
posibilidad de redención y venganza allí donde menos lo esperan.
Mis impresiones:
Llevo unos días impactada con esta novela. No son los hechos
que cuenta, sino la enorme habilidad narrativa de Karin Slaughter, autora a la
que no conocía de nada, que ha sido capaz de arrastrarme por las páginas de
esta novela, de absorberme con su lectura de un modo casi tan brutal como los
horribles crímenes que plantea.
Las protagonistas de esa historia son las hermanas Carroll,
Julia, desaparecida en 1991, Claire y Lydia. La desaparición de Julia cuando
era una adolescente destrozó a la familia. La incertidumbre de no saber
qué había sido de ella acabó con la relación de ambas, con el matrimonio de sus
padres y les ha hecho vivir en una mentira enorme, que es la que irán
desenmarañando en la novela, décadas después.
El detonante es el asesinato de Paul, el perfecto marido de Claire,
por parte de un delincuente común. Claire y su esposo sufren un atraco en el
que él muere y el día del funeral tres extraños entran en su casa a robar.
Parece un delito común, una banda que se dedica a leer las esquelas para saber
qué casas estarán vacías y desvalijarlas en ese momento, pero pronto Claire
descubrirá que hay mucho más detrás de ese hecho. Y necesitará a Lydia para que
le ayude poner sobre la mesa todos los asuntos oscuros que va descubriendo.
Los personajes de la novela están muy bien perfilados.
Todos, la verdad es que aquí evolucionan hasta los secundarios. Tienen su presente
y su pasado, luces y sombras, todo narrado con sencillez, aunque también son
frecuentes las frases esas que a mí, de vez en cuando, me da por anotar.
Flores cortadas hace alusión a las jóvenes a las que una
panda de degenerados secuestran, violan y asesinan, a lo largo del tiempo. El
objetivo es tan turbio como grabar la tortura para después distribuirla a otros
que encuentran placer en el sufrimiento de los demás. Sin embargo, de este
libro a mí lo que me ha sorprendido, para bien, es la capacidad de su autora
para, página tras página, descolocarme. Porque, con una enorme maestría, monta
un escenario para derribarlo al instante. Y me hace dudar. Y me descoloca. Y me
deja pensando si seré capaz de anticipar lo siguiente.
Y no.
Casi hasta el final estuve dudándolo todo, sospechando de
cada uno de los personajes. Muestra lo justo para que el lector no se sienta
engañado, pero te engaña y lo hace tan bien que creo que es una novela que
disfrutarán, y mucho, todos aquellos a los que los thriller les apasionan.
Yo los leo. Como leo romántica sin que se me caigan los
anillos, o best sellers cuando me da la gana, o clásicos porque me encantan.
Sin embargo, no todos logran captar mi atención. Algunos se pierden en detalles
escabrosos, otros se me van por las ramas e incluso en alguno de mis fracasos
lectores recientes, hasta yo fui capaz de conocer la identidad del asesino y
anticiparme a todo lo que iba a suceder en las cien últimas páginas. En esta
novela, a cada página girada mis sorpresas iban en aumento. El interés no
decaía, quería llegar al final de las 486 páginas.
Tengo que decir que hubo un momento de desconcierto, pero es
que estaba tan metida en la historia que se me olvidó un pequeño detalle. O
grandísimo, no sé. Veinte páginas antes del final, mi marcapáginas decía que me
quedaban muchísimas más. No veía sentido a que faltase tanto, porque intuía que
la conclusión de la historia tenía que estar cerca, a no ser que la autora
hiciera una de sus piruetas con triple salto mortal y me dejase otra vez con
cara de lela. Pero no, era mi natural despiste que me hizo olvidarme de algo
que pone en la contraportada, en un círculo rojo, destacado, pero que se me
había pasado por alto. La novela incluye la precuela, Arrancada.
Y ahí descubrí por qué llevo equivocándome con el título
varios días. Cuando me preguntaban cómo se llamaba el libro me salía Flores
arrancadas. Pero no, eran cortadas, y no era consciente de que había mezclado
los dos. La precuela es la historia de Julia, la mayor de las hermanas Carrol,
que he dejado para leer en otro momento, porque necesito leer algo mucho más
ligero ahora.
Lo único que no me ha terminado de convencer es la facilidad
con la que descubren las contraseñas de los ordenadores, pero con todo lo
positivo de la novela, esto se lo perdono.
Si os gusta el género, si queréis ver una lección magistral
de escritura, ni lo dudéis. A por ella.
Quiero darle las gracias a María Eugenia por regalármela. Dijiste que me iba a gustar y no te equivocaste nada.
¡Muchas gracias!