Si has
llegado hasta esta entrada buscando instrucciones precisas sobre cómo realizar
una reseña, te sugiero que dejes de leer porque no las vas a encontrar. Puede
que haya quienes necesiten una plantilla que seguir a pies juntillas pero yo ni
la uso ni la quiero. Tampoco, claro está, pretendo dar instrucciones.
Yo leo
reseñas en la red. A veces lo hago para hacerme una idea de lo que voy a
encontrar en un libro, otras porque las ha colgado alguien que conozco y quiero
ver su opinión.
Como
sabéis, también hago reseñas.
O lo
que sea.
Las
mías son más un cúmulo de sensaciones que un texto que convierta en cadáver a
un libro y le haga la correspondiente autopsia. No destripo, valoro siempre
desde la subjetividad de mi experiencia lectora y siempre, siempre, siempre, aviso de ello porque quizá una novela
que a mí me ha parecido maravillosa, para otro lector puede ser un tostón
infumable y, al contrario, una novela que me ha dejado con malísimas
sensaciones, a otro le puede parecer la obra del siglo.
Para
hacer esto suelo poner la sinopsis y la portada, mencionar a los personajes con
un par de rasgos muy generales, perfilo ligeramente la trama interrumpiendo la
narración casi en lo más interesante, hablo del punto de vista del narrador y
quizá comento la ambientación. Pero desde luego, lo que no hago (y no porque no
sepa hacerlo) es diseccionar el libro detalle a detalle porque con eso tal vez
puedo demostrar que soy muy buena analizando textos pero no es mi objetivo.
Yo
quiero empujar a la lectura, quiero que los demás sepan más o menos qué pueden
encontrar y, por supuesto, quiero que desarrollen su propio criterio. Por eso
en este blog no hay apenas reseñas negativas porque yo no voy a recomendar un
libro que no me haya gustado. En la vida real no lo hacemos, ¿por qué aquí
debería ser de otro modo? Yo no tengo compromisos, por eso también soy más
libre de hacer lo que me venga en gana.
¿Qué
pasa con un libro después de una reseña demasiado minuciosa? ¿Quién querría
leerlo cuando no le hayan dejado nada por descubrir? Yo me lo pensaría…
Para mí una buena reseña es aquella que dice sin decir, que cuenta sin contar, que descorre la cortina para mostrarte un mundo pero que no te destroza nada de lo que allí encontrarás.
Hay muy
buenos anfitriones en la red.
Y
malísimos.
Exactamente
igual que sucede con los libros: los hay buenos, regulares e infumables pero
esta catalogación sólo debería dársela el lector.