No es la primera vez que os hablo en mi blog de la primera novela de Mel Caran, Sonríe, pero hoy tenía que volver a hacerlo porque es un día muy especial. Después de esperar mucho (a mí se me ha hecho muy largo) al fin la novela está desde hoy, 3 de febrero, bajo el sello de Esencia (Planeta).
Sonríe tiene un final... insatisfactorio para el lector, porque te descoloca. Porque te entran ganas de estrangular a la autora por haberlo dejado abierto, pero... esto lo han pensando bien en Esencia y como la misma Mel Carán ha contado ya, en el mes de mayo se publicará la segunda parte, así que no vamos a tener que esperar mucho para conocer el desenlace.
Os invito a sonreír con Alan y Rebeca.
Os invito a conocer a Mel Carán.
Ésta que os muestro es la portada definitiva, con la que la vais a encontrar en librerías, aunque es la tercera de la novela. Está muy alejada de esa primera, ese corazón arrinconado que me llamó tanto la atención que yo, que no leo erótica, me descargué el fragmento de prueba. Me gustó por esa parte romántica que está presente en la historia, y seguí con el resto de la novela encontrando algo inesperado.
No fue solo Rebeca.
Tampoco Alan.
Me encontré con Mel Caran. Ambas en ese momento éramos dos personas que, bajo su responsabilidad, habían decidido subir sus relatos a Amazon a ver qué pasaba. Al poco, casi unos días después de conocernos, yo ya tenía mi contrato con Ediciones B. Unos meses después, Mel avanzaba en su camino, firmando el suyo con Planeta. Recuerdo la noche en la que mi teléfono, tardísimo, empezó a escupir mensajes como loco, uno detrás de otro. No me daba tiempo a leer y, por supuesto, no podía dejar de sonreír por lo que me estaban diciendo. Mel me contaba entusiasmada que la novela iba a ser publicada en papel. Fue una de esas noches mágicas que se viven de vez en cuando, de una larga conversación, de sueños que se empiezan a convertir en una realidad y que necesitas compartir. No era algo mío, pero de verdad que me hizo sentir parte de su historia.
Del tiempo de antes de esta llamada, de los meses de incertidumbre, me quedo con las cientos de conversaciones, de los nervios, del verano, de aquellos días en los que cambió la portada; del primer ejemplar de Sonríe que existe en papel, una prueba que hizo a través de Createspace que, por avatares del destino no tiene ella sino yo. Se puede decir que soy una privilegiada. Me quedo con nuestras competiciones, cuando comparábamos quién había vendido más libros cada día (con el único fin de reírnos un rato). Hemos ido de la mano en esto, me la tendió en un momento en el que muchas se evaporaron y, por ella, he leído libros a los que no me hubiera acercado ni con un palo de selfie. Rompiendo barreras mentales, dándoles una oportunidad (aunque lo de las sombras no lo ha conseguido ni ella ni nadie, no me vais a ver en el cine tampoco, lo siento). Es verdad que cada uno tiene sus gustos y que, de todos, me quedo solo con dos o tres.
Sonríe, por supuesto.
Porque me gustó su frescura, el planteamiento de la diferencia de edad, las dudas de Rebeca, una mujer que se enamora profundamente de alguien más joven que ella. La ternura del principio de su relación con Alan, el "algo más" que tantas veces se echa de menos en la erótica actual.
Por cierto, os dejo la sinopsis:
Rebeca acaba de divorciarse y está tratando de reorganizar su vida. Ella nunca imaginó lo que el destino le tenía preparado, ni que gracias a su modesto trabajo conocería a Alan, la persona que acabaría con su tranquila y aburrida existencia de recién separada.
La conexión entre ambos es inmediata y enseguida iniciarán una relación difícil, por la diferencia de edad y de estatus social. Rebeca es consciente de que tarde o temprano tendrá que tomar una de las decisiones más dolorosas de su vida.
Os invito a sonreír con Alan y Rebeca.
Os invito a conocer a Mel Carán.
Hoy es un día especial, compañera. Un regalo para el camino.
Si queréis un ejemplar digital podéis pichar aquí
La versión en papel, aquí