Llegó el día. Hoy, a las 7 de la tarde, estaré con mis madrinas, las mujeres del club de lectura de los martes, en la Sala de Conferencias del Centro Cultural de Azuqueca de Henares. No os lo voy a negar, estoy algo nerviosa. Sé que me van a tratar de maravilla, que cuando pasen los cinco primeros minutos estaré tan tranquila como si me hubiera pasado la vida charlando con ellas, pero esos cinco minutos no me los va a quitar nadie.
También sé que habrá sillas vacías: las de las personas que no van a poder estar. Trataré de concentrarme en las palabras para que las ausencias no se noten tanto. No podré evitar pensar en ellos, en quienes estarían felices de sentarse conmigo, e intentaré reorientar esos pensamientos: seguro que estarán muy orgullosos de mí, de lo que me está pasando poco a poco.
Hace algo más de un año, desde el un blog de El Salvador, me mandaban un correo electrónico: querían hacerme una entrevista. Habían visto mis dos primeras novelas en la red, las habían descargado y leído y querían saber de mí. Pensé que se habían equivocado, no podía tratarse de mí.
Poco a poco, muy despacito, empezaron a surgir las reseñas, las entrevistas... algo que ni se me había pasado por la cabeza. Desde enero todo este proceso se aceleró considerablemente. Hoy las reseñas se acercan a las cuarenta y sé que hay todavía algunas preparadas que están por publicarse dentro de la iniciativa de Tatty desde su blog, El universo de los libros. No sé cómo he llegado exactamente hasta aquí, lo único que siempre he tenido claro es que me gusta escribir.
Lo necesito.
Aprovecho para recordaros que hay tres novelas mías que podéis conseguir muy fácilmente. Dos de ellas, La arena del reloj y El medallón de la magia están en Amazon. Su chico de alquiler se consigue gratis, en pdf, a través de un enlace que está en este mismo blog, en la página Mis libros.
Lo dicho, dentro de unas horas llegará mi momento.
"Juro solemnemente que esto es sólo una travesura".