Por la mañana, un buen comentario de mi última novela me subió el ánimo.
Aproveché unos tiempos muertos que siempre encuentro a primera hora del día y estuve escribiendo. Un montón de palabras encontraron acomodo en uno de mis relatos y terminé bastante satisfecha. La magia que te invade al escribir me hizo una visita de un par de horas.
Empecé la tarde descubriendo un comentario pésimo de Detrás del cristal. Me ha costado mucho concentrarme en lo que tenía que hacer, incluso ha habido visitas al baño innecesarias para que no me vieran perder la serenidad. Ha sido una tarde de bajón.
Después de cenar tenía pocas ganas de nada pero... me han regalado dos comentarios de otras de mis novelas, La arena del reloj y El medallón de la magia que me han devuelto la sonrisa, la maltrecha autoestima. Una lectora que te dice que se ha convertido en yonky de tus libros no tiene precio. ¡Gracias, Svetlana!
Después han venido a rescatarme de esta vagoneta una amiga y un amigo. Una charla con ellos y otra con quien mejor me entiende y ya estaba perfectamente.
Alcanzado el punto de equilibrio.
Hasta que ha llegado el subidón de nuevo...
Mi libro aparece como destacado en el boletín de KDP de Amazon.
¡Buenas noches!