Hace
tres años le daba clase a Olga, una adolescente por entonces de quince años. Un
día me dijo que escribía cada noche un fan fic en un foro y estaba muy contenta
porque tenía 22 seguidores de su historia. Me llamaron la atención tres cosas
en esa conversación: primera, que me encontraba ante alguien con mis mismas
inquietudes literarias; segunda, me moría de envidia porque yo en mi blog, por
entonces, tenía menos de 22 seguidores (quizá no tenía ni media docena) y
tercera, no tenía ni pajolera idea de qué era eso de un "fan fic".
Olga se encargó de contarme que era una historia inventada, en la que se usaban
como personajes tus cantantes favoritos, o los personajes de libros de éxito.
Con el
tiempo y las visitas virtuales por este universo llamado internet, descubrí que
existen multitud foros con historias en esta línea, tantos que si a alguien le
da por hacer un estudio un día sobre el fenómeno se puede volver medio loco.
Simplificando, me di cuenta de que cualquier libro de éxito, sobre todo en
juvenil, tiene sus correspondiente fan fic. O varios. Los personajes de Harry Potter o de
Crepúsculo "viven" en la red peripecias que no han sido imaginadas
por J.K. Rowling o Stephanie Meyer, sino por adolescentes que como Olga
entretienen su tiempo libre tejiendo tramas nuevas.
¿A qué
viene todo esto? Pues a algo que descubrí ayer por casualidad.
Estaba
buscando Su
chico de alquiler, el enlace de Amazon, en un ordenador que no era el mío.
Como en él, Google no está acostumbrado a mis búsquedas, se me olvidó poner
Amazon y salieron páginas diferentes a las habituales. La primera, este enlace
que pinché alentada por mi curiosidad:
Ahí, en
un foro, empezaba un relato que se llama como el mío, Su chico
de alquiler, pero con ciertas variaciones, por supuesto. Ya no transcurre
en Madrid, sino en Londres y los protagonistas… pues no son exactamente los
mismos son…
¡Harry
Potter y Ginny Weasley!
Estuve
un tiempo perpleja, intentando asimilar qué proceso mental ha llevado a alguien
a fusionar a estos personajes con los míos, pero enseguida se quedó dibujada
una sonrisa en mi rostro.
Me
parece un honor.
Sinceramente.
Hay a
quien no le gusta esto, porque les parece que vampirizan sus ideas, pero yo no
lo siento así. Es extraño, eso sí. Dos personajes que conozco, de una autora a
la que siempre he admirado, se han ido a colar en un relato que escribí hace
años. No me imagino a Harry en el papel de Javier, no tienen nada que ver, y
Paula es puro temperamento, a años luz de Ginny, pero ese no es mi problema,
veremos cómo la autora de este relato se las arregla para seguir adelante.
Me han
dicho muchas veces que con una vuelta más, Su chico
de alquiler tiene alma de película y quizá es cierto. Si me hubiera llegado
una oferta de una productora para valorar si merece la pena ser llevada al cine
no me hubiera quedado tan asombrada como con esto. Es algo que yo creía que
sólo le ocurría a quienes son superventas y la mía, aunque se ha puesto muchos
días número uno en Amazon, en juvenil, no es que sea de las habituales del top
100. Toda esta historia me lleva a una pequeña reflexión: ¿qué pasaría si este
libro tuviera detrás una campaña de marketing? Si él solito, sin apoyo apenas,
ha conseguido atención suficiente para convertirse en un fan fic, lo de la
película caía fijo, jajaja.
Entre
el montón de cosas curiosas que llevo vividas desde que comenzó mi aventura
literaria, esta ha sido una de las más sorprendentes.
¿Os ha
pasado alguna vez algo impensable?