lunes, 9 de mayo de 2011

CURSO ON LINE DE ESCRITURA: MONOGRÁFICO SOBRE NOVELA HISTÓRICA.

Para quienes tengan tiempo y les apetezca, dejo aquí un enlace que me ha llegado por correo. Se trata de un curso de escritura, centrado en la novela histórica. Me ha parecido interesante compartirlo.

curso de escritura. monográfico sobre novela histórica.

Y hablando de cosas interesantes, enredando, como siempre, he encontrado esta página en la que un autor novel se lo ha currado con su primera novela, El enigma de los vencidos. Para leerla hay que ir desvelando claves. Hay gente que le pone a esto muchas ganas y muchísima imaginación. Por cierto, el autor se llama Armando Rodera Blasco. Todavía no me he puesto con ella, pero pinta muy bien. Si alguien lee algo, que deje su reflejo.

Ahí dejo este enlace:

El enigma de los vencidos, Armando Rodera Blasco.

DEJAR DE ESCRIBIR

En estos meses he tenido mucho trabajo, más clases de las normales que han ido sumando cansancio y, poco a poco, he ido dejando de escribir. No sé cómo ha pasado pero me acabo de dar cuenta de que, últimamente, enciendo el ordenador, me siento delante y, cuando voy a abrir el archivo... me despisto. A lo mejor es una foto que me grita que necesita unos retoques urgentes, o un problema de trigonometría cuya solución, si no me pongo con él, no me va a dejar hacer la digestión. La verdad es que las excusas se acumulan y la desgana vence a la disciplina. Y abandono. El libro en el que trabajo lleva semanas atascado en la página ochenta. Tengo a los personajes en un camino lleno de polvo, exhaustos por un viaje, a punto de llegar a casa, pero ahí. Abandonados. Espero que me perdonen.

Creo que no tengo nada que contar o, quizá, no tengo a nadie a quien contarle nada. Hasta ahora mis historias tenían un destinatario principal, yo misma, pero si no me apetece oírme, ¿para qué? Quizá es que hoy es un día raro en el que he tropezado con algún que otro espejo o, a lo mejor, es que he descubierto que no sé nada de lo que creía saber. Es una mierda enfrentarte al reflejo en tu habitación de siempre. Te hace recordar por qué saliste corriendo de allí. Es odioso ser tan diferente por dentro y por fuera...

Mañana me lo pienso. Después de dormir un poco. Mañana decido si me queda algo dentro o dejo de escribir.