martes, 24 de diciembre de 2019

ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN

La segunda entrega de las que estoy preparando estos días trae a otro autor de mi grupo literario. Como dije el otro día, el orden es directamente proporcional a la rapidez de su respuesta, así que, aunque no son mayoría, hoy le toca a otro de los hombres. Algo curioso, son los menos en mi entorno y esto creo que es reflejo de una realidad que no podemos ignorar: cada día escriben más mujeres.

Del éxito de la empresa, mejor hablaremos en otro momento...

Podría decir que sé exactamente el día que nos conocimos, pero no es verdad. Ya le había visto en las redes, pero cuando fui consciente de Roberto Martínez Guzmán fue en el momento en el que él estaba buscando blogs que quisieran participar en una lectura conjunta de su primer libro. Como todo autor que empieza, trataba de abrirse camino y chequeó los blogs que en ese momento existían. No eran tantos como ahora, solo éramos unos pocos los osados que nos habíamos atrevido en aquellos momentos con blogs literarios, así que acabó tropezando con El espejo de la entrada. Me escribió con toda la amabilidad del mundo, ofreciéndome incluso su novela en papel y yo le dije que no me interesaba.

No sé si fui muy amable, la verdad, pero es que me pilló en un día terrible.

Supongo que la máxima de la ficción, esa que dice que las buenas historias tienen principios sorprendentes, nosotros la cumplimos a la perfección. Pero la historia siguió y, desde entonces, nuestro camino no ha dejado de ir en paralelo.






BIOGRAFÍA LITERARIA

Ourense, 1969.

Hijo de una familia trabajadora, Roberto Martínez Guzmán ha pasado prácticamente toda su vida en la ciudad que lo vio nacer, salvo el tiempo que estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela y algunas etapas cortas en las que, por motivos de trabajo, residió en otras ciudades. Alguno de esos trabajos tempranos en los que desempeñó su actividad estaban vinculados con el sector editorial. En la actualidad es funcionario de la Xunta de Galicia, aunque no descarta dedicarse de lleno a la literatura en los próximos años.

SUS NOVELAS

Su carrera literaria comenzó con la publicación de Cartas desde el maltrato (2010), un original libro de no ficción en el que una víctima de malos tratos, que aparece protegida bajo el nombre ficticio de Montse, cuenta en primera persona su experiencia. Roberto, autor solo de la parte que enlaza las cartas reales que forman este libro, se sitúa como espectador y deja que sea ella quien exponga ese tiempo difícil. Es uno de los primeros ensayos publicados sobre un tema tan delicado y el primero en el que una víctima lo narra en primera persona.



El libro fue originalmente publicado por una editorial. En este sentido, Roberto presenta un perfil también un poco diferente al resto de los autores de los que hablaré, como le pasaba a Víctor Fernández Correas. Él toma el camino tradicional, la edición clásica, pero solo dos años después, cuando se presente la oportunidad en España, probará suerte en Amazon.  

Será en ese momento cuando investigue las posibilidades que ofrece la autoedición, el hecho de controlar una obra literaria en toda su extensión, y decida subir a la plataforma su primera novela, Muerte sin resurrección (Eva Santiago 1, 2012). Roberto es un hombre que no tiene miedo a apostar por las cosas en las que cree y decide hacer algo que a mí, personalmente, me sorprendió mucho en ese momento: vender el ebook tres veces más caro de lo que lo estaba haciendo la mayoría de autores. Lo que podría haber sido un despropósito (lo fue para otros autores que lo intentaron en ese momento y fracasaron), en él acaba funcionando porque tiene una historia potente entre las manos. Muerte sin resurrección, una novela cargada de intriga, pronto alcanza los primeros puestos de ventas de Amazon, no solo en España sino también en mercados con el mexicano o en otras plataformas europeas.

A día de hoy, está aún entre las más vendidas.


AUTOR HÍBRIDO

Como dije al principio, Roberto procede de la edición tradicional. Tras una experiencia no demasiado satisfactoria, es muy cauto a la hora de escuchar las propuestas que le van llegando desde distintas editoriales españolas de primer orden. Estudia minuciosamente lo que le ofrecen para, al final, tomar la decisión que a él más le convence. Casi siempre ha ganado seguir manejando sus libros, pero hay un momento en el que se arriesga con algo diferente.


Café y cigarrillos para un funeral (Eva Santiago 2, Serial Books, 2015) lo publica bajo este sello. Se trató de un experimento en el que cada semana se publicaba un fragmento de lo que al final constituyó esta segunda entrega de la inspectora Santiago. Al terminar, se decidió publicar a costo cero en las principales plataformas y ha sido la puerta de entrada de muchos lectores a su narrativa. La originalidad, tanto del planteamiento como de la resolución de este relato, el manejo de la intriga por parte del autor, hace que los lectores quieran repetir. Tuve el privilegio de firmar el prólogo que acompaña al relato.


Con su tercera novela, Siete libros para Eva (2016), elige participar en la III edición del concurso indie de Amazon. Las buenas críticas no se hacen esperar y, aunque no recibe premio alguno, para los lectores que lo han ido conociendo con las novelas anteriores se asienta de manera definitiva como un autor que no solo maneja la intriga en las novelas, sino que sabe dotarlas de ritmo y finales siempre inesperados. Siete libros para Eva, además de tratar una desaparición, mezcla temas como la corrupción política local, las relaciones de familia, los secretos… convirtiéndose en una novela muy completa y redonda, narrada además con agilidad.

Esta novela fue número 1 de ventas en Google Play en 2017 y el día del libro de este mismo año fue la más recomendada en Twitter según el estudio realizado por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (ICC) de la Universidad Autónoma de Madrid. En este 2019 ha pasado casi todo el año entre las más vendidas en Amazon.


Su obra, La suerte de los idiotas (2019) abre la puerta a una saga protagonizada por Lucas Acevedo, un policía en excedencia que vuelve a su Galicia natal y cuyo carácter le hará, al menos en esta primera entrega, complicarse la vida casi nada más llegar. Esta novela, mucho más negra que las anteriores, es un homenaje a la novela policíaca clásica, está plagada de elementos reconocibles para los amantes del género y cuenta además con una potente banda sonora.

Como no, también está entre las más vendidas desde que se publicó hace unos meses.

Ha publicado dos novelas más con Lucas como protagonista que también son éxito de ventas: La envidia de los mediocres y El ego de los tontos.


También este mismo año colabora en la Antología solidaria Un 4 de febrero, cuyos beneficios se donan a la Fundación Aladina. Personalmente, su relato, El último vozka, me parece uno de los más redondos de los que forman estos cuentos.

UN EJEMPLO DE CONSTANCIA

Roberto Martínez Guzmán es un ejemplo de constancia y manejo en las redes sociales. Dedica a ellas un tiempo todos los días y cuida de que sus novelas siempre estén visibles. Sabe que los lectores, en estos tiempos en los que prima la rapidez, también olvidan a la misma velocidad y por eso no le importa repetir hasta la saciedad sus promociones. Puede que existan lectores a quienes esto les moleste, pero frente a ellos hay un batallón que los ignora y otros muchos que acaban viéndolos por primera vez y comprando sus libros.

No es de extrañar que prácticamente todas sus novelas hayan sido número uno en Amazon, y no solo en España, y se mantengan durante meses entre las cien más vendidas de la plataforma, llegando a estar tres de ellas de manera simultánea en el ranking. Hasta ahora no se ha dedicado plenamente a la escritura, pero si hay uno de nosotros que quizá sería capaz de ganarse muy bien la vida solo escribiendo sería él.

SU ESTILO

Para mí, la palabra que lo define es limpio. Huye de las florituras literarias, construye frases claras en las que otorga al lector la parte de información que él quiere que en ese momento maneje para seguir conservando esa intriga que necesita en sus historias. No quiere esto decir que escriba de manera simple, de ningún modo, si hay otra cosa que destaca en su narrativa son las frases que se pueden extraer de sus novelas, muchas de las cuales usa en las promociones de los libros y que la red ha propagado.

En esas reflexiones certeras aprovecha para hacer crítica social, para pararse a pensar sobre nuestro mundo. Aunque las suyas parezcan, en principio, novelas de evasión, no lo son del todo. Analiza el comportamiento humano en momentos extremos y sus reacciones. Escribe de nuestro presente, de problemas como el maltrato o la corrupción política y sabe cómo llegar hasta el lector.

En la próxima entrega de esta serie de entradas conoceremos a una mujer. ¿Me seguís acompañando?