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domingo, 26 de diciembre de 2021

MI AÑO LECTOR

Hace unos años me pasaba meses preparando esta entrada del blog. Iba recopilando todo lo que leía, hacía una lista de las mejores y las peores lecturas y después me sentaba en el ordenador a escribirlo.

Hoy, tiro de memoria.

Una, la de la aplicación de kindle, que me ha dicho que este año he leído exactamente 36 títulos (puede que esta semana añada alguno más). Otra, mi memoria, esa que es menos fiable, de los libros en papel. Ahí puede haber otra docena. No está mal para no tener apenas tiempo para dedicarle a la lectura, sino un ratito antes de dormir.

También ha habido otros libros, los que todos los años se releen por trabajo, los que repaso hasta la saciedad, pero esos me he acostumbrado a no tenerlos en mis cuentas.

LOS QUE SÍ

Hay libros, de los que he leído este año, que son un sí rotundo. Entre ellos destacan estos dos:







Ambas, como todas las novelas que me gustan mucho, tienen reseña en el blog, unas impresiones que me guardo sobre todo para mí misma, ya que este espacio nació con ese fin, aunque a veces no lo parezca porque, por cortesía, escribo como si alguien lo estuviera leyendo.

Me han gustado también el montón de novelas de Christine Cross que han caído en mis manos, no estoy segura de si han sido seis o siete, debería mirarlo, pero no me apetece. Es una gran narradora y me resulta muy sencillo involucrarme en lo que me cuenta.

Otra autora que me gusta muchísimo es Joana Arteaga. Creo que este año han sido dos los libros que he leído de ella. Erlendur, además, se llevó una reseña en el blog porque me ha parecido de lo más original.

Dos novelas de Laura Sanz se han colado en mis lecturas, las dos preciosas, My shinning star y Tan fuerte, Marine.

Hay algún libro de Erika Fiorucci, otro de Delibes, alguno más de Nuria Llop...

Y La envidia de los mediocres. Ese es un libro que siempre va a ser especial para mí porque, al abrirlo para empezar su lectura, me encontré con la dedicatoria. Era algo que justo en ese momento ya no esperaba para nada, así que tuve que preguntar si estaba tonta o realmente era para mí. Parece que sí, que este año me han dedicado un libro.

Me lo tomaré como una compensación de todo lo feo que he vivido en 2021.

LOS QUE NO

Pues ha habido solo uno, porque todos los que eran un no los he abandonado como hago desde hace muchos años. El tiempo no está para perderlo en libros que no aportan nada con todos los que hay por leer en esta vida, y si uno no me gusta no tengo ningún reparo en dejarlo por donde vaya.

Pero ha habido uno que tuve que terminar.

Contraviniendo mis normas, llegué a la última página, porque es una de esas historias que parecía que le estaba maravillando a todo el mundo. A mí, en cambio, me horrorizó. 

LOS MÍOS

Solo hay uno, una comedia navideña que ha cosechado un éxito inesperado en lo que viene siendo mi trayectoria actual, y que me tiene descolocada perdida. Me encanta, todo hay que decirlo, que una historia tan sencilla se haya colado en el corazón de tanta gente y hayan sabido entender esta comedia que tiene un poco de tristeza por ver cómo el mundo rural en el que vivo se muere y tiene esa penilla que me da el trato tan interesado con el que a veces nos relacionamos con nuestros mayores.




A 2022 le pido suerte con lo que elija. Y más librerías, por favor. No tengo estanterías ya, pero estoy deseando tocar libros.

viernes, 26 de noviembre de 2021

LA ENVIDIA DE LOS MEDIOCRES DE ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN

 

 


Sinopsis:

«Nunca abras una caja de Pandora si no tienes armas con las que combatir los demonios que encierra dentro».

Un encargo de un amigo, una muerte accidental y una pequeña villa en la montaña lucense son el punto de partida de un caso que no solo removerá los cimientos de la tranquila sociedad rural, sino que acabará por poner a prueba los límites de la conciencia humana.

 

Mis impresiones.

Después de hacerse esperar muchísimo, hace unos días se puso a la venta la segunda entrega de la saga protagonizada por Lucas Acevedo. Tras el rotundo éxito de La suerte de los idiotas —Amazon ha publicado que ha sido la novela más descargada de la plataforma en los diez años que lleva en España—, Roberto Martínez Guzmán vuelve a ese personaje que tantas alegrías le ha dado, este policía retirado temporalmente de la UDYCO.

En esta segunda novela, Lucas sigue en su descanso. Lo que le ocurrió en La suerte de los idiotas le ha dejado alguna herida y todavía no siente que deba volver a retomar su vida activa. Un día recibe un encargo aparentemente sencillo de su amigo Tomás —al que ya conocimos en la primera entrega—: recoger el informe de la autopsia de su madre. En principio ha sufrido un accidente doméstico, es algo que no parece que tenga detrás nada oscuro, pero hay algunos detalles de los últimos meses de vida de sus padres que hacen que Tomás no esté tranquilo. Por eso quiere que sea Lucas quien vaya, quizá sean solo cosas suyas, producidas por el dolor de la pérdida.

El policía, en calidad de amigo, se traslada al pequeño municipio lucense de Fonsagrada. Allí, mientras va haciendo preguntas, se encontrará con algo que no voy a desvelar, por supuesto, porque eso queda para los lectores.



La envidia de los mediocres consta de 17 capítulos y una introducción que Martínez Guzmán ha titulado con el nombre del pueblo de Lugo. Está contada desde la perspectiva de Lucas, con un lenguaje sencillo, rápido, con diálogos ágiles y directos que harán que el lector se sumerja en la historia y, cuando se quiera dar cuenta, la habrá terminado. Este Lucas es más sereno que el que conocimos en la otra entrega; ya lleva tiempo de baja y está más sosegado. Sin embargo, no ha perdido un ápice de su curiosidad y sus dotes deductivas.

En la novela, hay una reflexión final muy interesante y queda la promesa de que esta no será la última de sus aventuras.

Me parece que hay Lucas para rato.

La portada de esta novela sigue la misma línea de la anterior, así como el título. 

Para mí ha tenido un extra, por el que doy las gracias. Hay cosas que hacen mucha ilusión.

miércoles, 22 de enero de 2020

ESTA GENERACIÓN LITERARIA

Cierro la serie que he estado haciendo sobre mi generación literaria recopilando los enlaces de todas las entradas.

Estuve pensando si faltaría yo, pero en realidad no. Ellos son los que me han influido a mí y con quienes he compartido esta aventura, pero ellos son los de los logros y las buenas historias. Yo no he visto un número uno en Amazon, ni he ganado premios importantes, ni tengo un corto a partir de uno de mis relatos o una serie de televisión; yo no escribo tan bonito, ni tan profundo, no emociono tanto, ni siquiera soy tan popular. Si me apuráis, no tengo biografía ni para salir en la Wikipedia, y eso que ahí sale todo el mundo. Soy a la que más camino le queda de todos. Si he hecho esto es porque sé observar y alguien tenía que recoger sus historias.

¿Sabéis por qué?

Porque hay mucha gente como yo y pocas personas como ellos, y hay que combatir el ruido que a veces oculta la música. Por eso, aunque sea desde un blog que vemos tres, debe quedar por escrito quiénes son de verdad y quienes están porque en esta vida tiene que haber de todo.

Yo doy gracias por haberlos conocido y por seguir aprendiendo cada día de ellos.

Víctor Fernández Correas



Roberto Martínez Guzmán



Mayte Uceda



María José Moreno



Pilar Muñoz



Antonia J. Corrales



Mónica Gutiérrez



Laura Sanz

La imagen puede contener: 2 personas, incluido Ines De Antonio Pastor, lentes de sol, primer plano y exterior

martes, 24 de diciembre de 2019

ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN

La segunda entrega de las que estoy preparando estos días trae a otro autor de mi grupo literario. Como dije el otro día, el orden es directamente proporcional a la rapidez de su respuesta, así que, aunque no son mayoría, hoy le toca a otro de los hombres. Algo curioso, son los menos en mi entorno y esto creo que es reflejo de una realidad que no podemos ignorar: cada día escriben más mujeres.

Del éxito de la empresa, mejor hablaremos en otro momento...

Podría decir que sé exactamente el día que nos conocimos, pero no es verdad. Ya le había visto en las redes, pero cuando fui consciente de Roberto Martínez Guzmán fue en el momento en el que él estaba buscando blogs que quisieran participar en una lectura conjunta de su primer libro. Como todo autor que empieza, trataba de abrirse camino y chequeó los blogs que en ese momento existían. No eran tantos como ahora, solo éramos unos pocos los osados que nos habíamos atrevido en aquellos momentos con blogs literarios, así que acabó tropezando con El espejo de la entrada. Me escribió con toda la amabilidad del mundo, ofreciéndome incluso su novela en papel y yo le dije que no me interesaba.

No sé si fui muy amable, la verdad, pero es que me pilló en un día terrible.

Supongo que la máxima de la ficción, esa que dice que las buenas historias tienen principios sorprendentes, nosotros la cumplimos a la perfección. Pero la historia siguió y, desde entonces, nuestro camino no ha dejado de ir en paralelo.






BIOGRAFÍA LITERARIA

Ourense, 1969.

Hijo de una familia trabajadora, Roberto Martínez Guzmán ha pasado prácticamente toda su vida en la ciudad que lo vio nacer, salvo el tiempo que estudió Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela y algunas etapas cortas en las que, por motivos de trabajo, residió en otras ciudades. Alguno de esos trabajos tempranos en los que desempeñó su actividad estaban vinculados con el sector editorial. En la actualidad es funcionario de la Xunta de Galicia, aunque no descarta dedicarse de lleno a la literatura en los próximos años.

SUS NOVELAS

Su carrera literaria comenzó con la publicación de Cartas desde el maltrato (2010), un original libro de no ficción en el que una víctima de malos tratos, que aparece protegida bajo el nombre ficticio de Montse, cuenta en primera persona su experiencia. Roberto, autor solo de la parte que enlaza las cartas reales que forman este libro, se sitúa como espectador y deja que sea ella quien exponga ese tiempo difícil. Es uno de los primeros ensayos publicados sobre un tema tan delicado y el primero en el que una víctima lo narra en primera persona.



El libro fue originalmente publicado por una editorial. En este sentido, Roberto presenta un perfil también un poco diferente al resto de los autores de los que hablaré, como le pasaba a Víctor Fernández Correas. Él toma el camino tradicional, la edición clásica, pero solo dos años después, cuando se presente la oportunidad en España, probará suerte en Amazon.  

Será en ese momento cuando investigue las posibilidades que ofrece la autoedición, el hecho de controlar una obra literaria en toda su extensión, y decida subir a la plataforma su primera novela, Muerte sin resurrección (Eva Santiago 1, 2012). Roberto es un hombre que no tiene miedo a apostar por las cosas en las que cree y decide hacer algo que a mí, personalmente, me sorprendió mucho en ese momento: vender el ebook tres veces más caro de lo que lo estaba haciendo la mayoría de autores. Lo que podría haber sido un despropósito (lo fue para otros autores que lo intentaron en ese momento y fracasaron), en él acaba funcionando porque tiene una historia potente entre las manos. Muerte sin resurrección, una novela cargada de intriga, pronto alcanza los primeros puestos de ventas de Amazon, no solo en España sino también en mercados con el mexicano o en otras plataformas europeas.

A día de hoy, está aún entre las más vendidas.


AUTOR HÍBRIDO

Como dije al principio, Roberto procede de la edición tradicional. Tras una experiencia no demasiado satisfactoria, es muy cauto a la hora de escuchar las propuestas que le van llegando desde distintas editoriales españolas de primer orden. Estudia minuciosamente lo que le ofrecen para, al final, tomar la decisión que a él más le convence. Casi siempre ha ganado seguir manejando sus libros, pero hay un momento en el que se arriesga con algo diferente.


Café y cigarrillos para un funeral (Eva Santiago 2, Serial Books, 2015) lo publica bajo este sello. Se trató de un experimento en el que cada semana se publicaba un fragmento de lo que al final constituyó esta segunda entrega de la inspectora Santiago. Al terminar, se decidió publicar a costo cero en las principales plataformas y ha sido la puerta de entrada de muchos lectores a su narrativa. La originalidad, tanto del planteamiento como de la resolución de este relato, el manejo de la intriga por parte del autor, hace que los lectores quieran repetir. Tuve el privilegio de firmar el prólogo que acompaña al relato.


Con su tercera novela, Siete libros para Eva (2016), elige participar en la III edición del concurso indie de Amazon. Las buenas críticas no se hacen esperar y, aunque no recibe premio alguno, para los lectores que lo han ido conociendo con las novelas anteriores se asienta de manera definitiva como un autor que no solo maneja la intriga en las novelas, sino que sabe dotarlas de ritmo y finales siempre inesperados. Siete libros para Eva, además de tratar una desaparición, mezcla temas como la corrupción política local, las relaciones de familia, los secretos… convirtiéndose en una novela muy completa y redonda, narrada además con agilidad.

Esta novela fue número 1 de ventas en Google Play en 2017 y el día del libro de este mismo año fue la más recomendada en Twitter según el estudio realizado por el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (ICC) de la Universidad Autónoma de Madrid. En este 2019 ha pasado casi todo el año entre las más vendidas en Amazon.


Su obra, La suerte de los idiotas (2019) abre la puerta a una saga protagonizada por Lucas Acevedo, un policía en excedencia que vuelve a su Galicia natal y cuyo carácter le hará, al menos en esta primera entrega, complicarse la vida casi nada más llegar. Esta novela, mucho más negra que las anteriores, es un homenaje a la novela policíaca clásica, está plagada de elementos reconocibles para los amantes del género y cuenta además con una potente banda sonora.

Como no, también está entre las más vendidas desde que se publicó hace unos meses.

Ha publicado dos novelas más con Lucas como protagonista que también son éxito de ventas: La envidia de los mediocres y El ego de los tontos.


También este mismo año colabora en la Antología solidaria Un 4 de febrero, cuyos beneficios se donan a la Fundación Aladina. Personalmente, su relato, El último vozka, me parece uno de los más redondos de los que forman estos cuentos.

UN EJEMPLO DE CONSTANCIA

Roberto Martínez Guzmán es un ejemplo de constancia y manejo en las redes sociales. Dedica a ellas un tiempo todos los días y cuida de que sus novelas siempre estén visibles. Sabe que los lectores, en estos tiempos en los que prima la rapidez, también olvidan a la misma velocidad y por eso no le importa repetir hasta la saciedad sus promociones. Puede que existan lectores a quienes esto les moleste, pero frente a ellos hay un batallón que los ignora y otros muchos que acaban viéndolos por primera vez y comprando sus libros.

No es de extrañar que prácticamente todas sus novelas hayan sido número uno en Amazon, y no solo en España, y se mantengan durante meses entre las cien más vendidas de la plataforma, llegando a estar tres de ellas de manera simultánea en el ranking. Hasta ahora no se ha dedicado plenamente a la escritura, pero si hay uno de nosotros que quizá sería capaz de ganarse muy bien la vida solo escribiendo sería él.

SU ESTILO

Para mí, la palabra que lo define es limpio. Huye de las florituras literarias, construye frases claras en las que otorga al lector la parte de información que él quiere que en ese momento maneje para seguir conservando esa intriga que necesita en sus historias. No quiere esto decir que escriba de manera simple, de ningún modo, si hay otra cosa que destaca en su narrativa son las frases que se pueden extraer de sus novelas, muchas de las cuales usa en las promociones de los libros y que la red ha propagado.

En esas reflexiones certeras aprovecha para hacer crítica social, para pararse a pensar sobre nuestro mundo. Aunque las suyas parezcan, en principio, novelas de evasión, no lo son del todo. Analiza el comportamiento humano en momentos extremos y sus reacciones. Escribe de nuestro presente, de problemas como el maltrato o la corrupción política y sabe cómo llegar hasta el lector.

En la próxima entrega de esta serie de entradas conoceremos a una mujer. ¿Me seguís acompañando?



jueves, 2 de mayo de 2019

LA SUERTE DE LOS IDIOTAS DE ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN



Sinopsis:

Lastrado por una última misión policial en Madrid que no acabó de la mejor manera posible, el policía Lucas Acevedo regresa a Galicia para poner en orden su cabeza. Cuando cree que lo ha conseguido, una noche conoce a una mujer que hará que se plantee abandonar la solitaria existencia que ha llevado hasta entonces. Sin embargo, pronto se complican sus planes. Mucha gente comienza a morir a su alrededor y, en el momento en que se da cuenta de que él también está en el punto de mira, se verá obligado a librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne.

Sé que hace tiempo que no hago reseñas, pero iba a colgar mi opinión en el muro de Facebook sobre esta novela y he pensado que mejor la guardaba también en el blog.

Es una novela que me ha durado un suspiro y que os recomiendo.

La suerte de los idiotas  (si pulsas el título te lleva a la página de compra) empieza fuerte. Lucas Acevedo es un policía que trabaja infiltrado en grupos de narcotraficantes y ha visto demasiadas cosas que le han obligado a tomarse un respiro. En eso está cuando toma la decisión repentina, la de parar en el arcén de una carretera de Vigo e intervenir en un conflicto que no le compete, y que descoloca el retiro que está tomándose. Primero, porque se siente atraído por la mujer a la que ayuda; segundo, porque un hecho fortuito que sucede en los escasos minutos que transcurren entre su parada y la salida de ahí con la mujer en su coche rumbo al hospital, va a desencadenar una matanza en la ciudad gallega, una ciudad que de pronto se llena de cadáveres.

Roberto Martínez Guzmán plantea una novela de lectura ágil, en la que lo fácil es meterse en la trama y lo difícil abandonarla. Escrita en primera persona, desde el punto de vista de Lucas, no solo nos cuenta los hechos, sino que también salpica la narración de reflexiones. En unos puntuales flash back conoceremos su pasado y las razones de su excedencia y, al final, asistiremos a una resolución del conflicto condicionada por ese mismo pasado.

En cierto modo, la novela me ha recordado la obra de Buero Vallejo, no por la trama, que ni se le parece a ninguna de las de este autor, sino en ese final que no juzga los actos del protagonista, sino que deja al lector la tarea de plantearse si las decisiones que toma son buenas o malas. Deja ese poso de preguntas, lo que no quiere decir que el conflicto no se cierre.

Lo hace, aunque dejando la puerta abierta para que conozcamos aventuras de este policía. En la foto, Edward, su mejor amigo. Bueno, el de verdad no se deja fotografiar...




¿La recomiendo? Por supuesto, es una de esas lecturas que se te escapan de entre las manos, que cuando te quieres dar cuenta has llegado al final. Si no conoces al autor, es una buena puerta por la que colarte en su mundo. Si ya lo has leído, aunque en esta novela deje de lado Ourense, donde transcurren sus otras novelas, y a Eva Santiago, la protagonista de las mismas, vas a encontrar ese tipo de escritura ágil y adictiva, que no solo te invita a leerlo a él, sino que abre el apetito lector en general.

¿Existe algo mejor que encontrarte con libros que te devuelven las ganas de leer?

Yo creo que no.

Otras novelas del autor:

Siete libros para Eva

Muerte sin resurrección

Café y cigarrillos para un funeral (gratis en Amazon)

También tiene una obra de no ficción:

Cartas desde el maltrato.

lunes, 4 de julio de 2016

SIETE LIBROS PARA EVA DE ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN



Sinopsis:

Cuando en una calurosa noche del verano de 1999, la joven Eva aparece en una gasolinera, malherida y ensangrentada, todo el mundo se sorprende de que siga con vida. Desapareció quince días antes, tras pasar la noche con un compañero de universidad y todas las pistas apuntan desde un primer momento a un crimen pasional. En la novela viviremos las dos tensas semanas de duelo, en las que su ausencia sacará a la luz secretos familiares, mentiras guardadas durante años y una estudiada trama de corrupción política.


Mis impresiones:

Siete libros para Eva es la última novela de Roberto Martínez Guzmán, la tercera de la saga de la inspectora Santiago, aunque esta tiene una particularidad, es más bien una precuela, una historia en la que conoceremos a la policía de Muerte sin resurrección y Café y cigarrillos para un funeral cuando era joven.

El autor da un salto hacia atrás en el tiempo y nos presenta a una Eva universitaria. Es el verano de 1999 cuando, una noche de viernes, la muchacha se esfuma de Santiago de Compostela, donde estudia. Las pistas apuntan a que con ella se ha cometido un crimen pasional, pero su cadáver no aparece, por lo que pronto se organiza una búsqueda incesante de la chica. Durante dos semanas, asistiremos a la angustia de su familia por encontrarla, a la investigación policial y todas las emociones que eso genera en las personas que la quieren. Y, cómo no, también estará presente la prensa, que cubre el suceso.

Pero eso no es todo.

En paralelo a esta historia, Roberto Martínez Guzmán desgrana secretos familiares que llevan ocultos mucho tiempo y, por si nos parecía poco, una trama de corrupción política, centrada en un pequeño partido emergente en Ourense, la UDO, del cual es miembro Manuel, el padre de Eva. Aunque la novela date de finales de los noventa, el tema de la corrupción lo tenemos presente en nuestra sociedad. Todos los días lo vemos en las noticias, por lo que la trama, en ese sentido, se vuelve actual. La manera de actuar de estos políticos nos va a recordar a muchos de los casos que copan las portadas de los diarios de este 2016 en el que vivimos.

Si bien Siete libros para Eva puede clasificarse como novela negra, creo que tiene una particularidad destacable. Es también una novela donde los sentimientos están a flor de piel. El personaje que lo consigue es Lina, sobre todo, la madre de Eva. Transmite su angustia por la desaparición de su hija, a la que todos dan por muerta aunque no la encuentren, y desgrana ante nosotros su vida, sus miedos, la falsedad en la que vive envuelta. El cautiverio de Eva, su secuestro, vamos a vivirlo con ella, pero también veremos cómo transforma a Lina.

Me ha gustado, sobre todo, la parte del secuestro de Eva. El título de la novela tiene mucho que ver con el tiempo que pasa encerrada y en él vamos a descubrir a una muchacha que, a pesar de la angustia de verse encerrada, no se resigna a morir a manos de su secuestrador. Durante ese tiempo irá ideando maneras para escapar viva. Y de reunir pruebas para que el secuestrador no salga inmune de la situación. El carácter fuerte y analítico que conocemos de ella de otras novelas en esta se está forjando y es interesante conocerlo.

Los libros, esos que le lleva el secuestrador para que pase mejor los días, serán su compañía y un punto en el que Eva reflexiona con una frase certera:

«¿Por qué me traes libros? –preguntó Eva-. ¿No sabes que un libro es la mayor arma de insumisión del mundo?»

Durante el libro, mientras haces la lectura, en tu mente se suceden los sospechosos del secuestro de Eva. Los detalles que deja caer el autor, medidos con mimo, te hacen decantarte a veces por uno u otro y, al final, como siempre me pasa con Roberto, es alguien que no esperaba. Tampoco esperaba el último capítulo, pero eso es algo a lo que nos tiene acostumbrados.

Igual que no imaginaba que las tramas, sin aparente conexión, confluyeran en una explicación que las incluye a todas. Sin dejar cabos sueltos. Mezclando lo personal con la política, en una venganza redonda.

A nivel narrativo, creo que el autor ha dado un salto. Esta novela está llena de frases memorables, de las que se te quedan en la cabeza (de las que me anoto en mis libretas). Es fluida y en apenas dos días tenía la novela leída, aunque no es precisamente corta.

Esta novela participa en el concurso de Amazon de este verano. Le deseo mucha suerte con ello. Lectores sé que tendrá, y que pasarán un buen rato de lectura con ella. Ya estáis tardando en leerla.

Podéis adquirirla en Amazon siguiendo este enlace.

jueves, 6 de agosto de 2015

MUERTE SIN RESURRECCIÓN DE ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN



Sinopsis:

 Una serie de asesinatos amenazan la tranquila ciudad de Ourense, sin aparentemente relación alguna entre ellos. Pero una señal de identidad de la asesina deja claro que se trata de la misma persona, Emma, una mujer sumamente inteligente con un plan elaborado y un motivo que la lleva a actuar de esa forma. Eva Santiago, inspectora de policía, es la encargada del caso. Así comienza una carrera contrarreloj para evitar más muertes. 

Antes de empezar:

Esta reseña, la revisaré antes de publicarla, pero su base lleva escrita más de un año. La redacté cuando leí la novela, para publicarla cuando considerase oportuno, pero se quedó en una intención que se frustró cuando mi anterior ordenador falleció el verano pasado, asesinado por una dueña que no lo apagaba jamás. Al revisar los archivos que rescataron de él la vi, pero, aunque he pensado muchas veces publicarla, al final siempre pasaba algo que hacía que decidiera posponerlo. Hoy ha llegado el día.

Mis impresiones:

No sé que esperaba encontrar cuando abrí Muerte sin resurrección. A finales de 2012, si no recuerdo mal, recibí un email del autor invitándome a participar en la lectura conjunta de la novela, pero rechacé el ofrecimiento. Había participado en algunas y la experiencia no me gustó, porque soy de las que abandonan libros o no hablan aquellos que no me convencen. Una lectura conjunta honesta me obligaría a decir si el libro me había llegado o no, buscar sus puntos fuertes y sus debilidades y, la verdad no me apetecía nada escribir sobre un libro que no me gustase. Y podía ocurrir.

Me olvidé del tema.

Meses después de esto el autor me escribió para preguntarme si había leído el libro y me faltó muy poco para mandarle a paseo. Me sorprendió tanto que consiguió... que lo descartase de mis siguientes lecturas. Si tenía alguna posibilidad de que lo leyera se la había cargado con su impaciencia.

No fue la última vez que me preguntó, aunque en medio hubo otras conversaciones, pero yo seguía en mis trece: si seguía preguntando yo seguiría sin abrir el libro, del que, por otro lado y como ya he dicho, no sabía nada. No me había enterado de que se había publicado por capítulos primero en Facebook y que esa era la razón por la que eran cortos, para poder ser leídos del tirón sin que decayera el interés. No tenía ni idea de que se habían vendido miles de ejemplares de la novela en Amazon, siendo uno de los libros autoeditados con mejores resultados en cuestión de ventas. Tampoco tenía constancia de que el autor tuviera cientos de miles de seguidores en las redes.

Yo, a mi aire.

¿Por qué la leí entonces? Porque dejó de preguntar.

Así de sencillo, así de tonto, así de normal. La leí porque un día la abrí y me apeteció. Sin imposiciones ni peticiones. Yo sola. Como leo todos los libros, decidiendo por mí misma. Como hago, en realidad, todo en la vida: cuando estoy convencida.

Me encontré con una historia que arrancaba fuerte: una mujer está confesándose en la iglesia de Santa María, en Vigo. Es Domingo de Ramos y el sacerdote le explica que no puede darle la absolución, de momento. Ella consigue que le prometa que estará una semana después en un lugar que ellos han pactado, pero que el lector desconoce. En el primer capítulo de ella solo sabremos que se llama Emma.

El misterio ya está servido, ya te ha enganchado y no queda más remedio que continuar leyendo.

¿Qué tiene de particular esta novela? Lo primero, que desde el principio sabemos quién es la asesina. Sabemos que ha trazado un plan y que está dispuesta a llevarlo a cabo, y durante la novela iremos viendo cómo, uno por día de esa trágica semana, ejecuta a cada una de sus víctimas. Visto así podría pensarse que la lectura no tiene mucho sentido. Si sabemos qué va a pasar, ¿por qué seguimos leyendo? Precisamente por eso, porque desconocemos, hasta el final, el porqué. Esa única pregunta es la que mantiene la intriga del lector y le arrastra por las páginas de la novela. Y la palabra arrastrar no es casual porque es un libro que se hace corto. Además de que es complicado dejar de leer, dada esa estructura en episodios cortos, la forma de escribir, sin artificio alguno, casi periodística, empuja al lector a seguir un poco más. Y así, poco a poco, van pasando los días de esa terrorífica semana en Ourense.

Ah, que eso no lo he dicho.

Otra de las características de esta novela es que transcurre en Ourense, un escenario poco habitual en las novelas (no me suena haber leído otra que suceda allí)* y que el autor decide quizá porque se trata de su ciudad y puede que quisiera hacerle un homenaje. O que la conoce muy bien, que también podría ser la razón, eso habría que preguntárselo a él.

Las palabras que me venían a la cabeza mientras leía este libro eran dos: rencor y venganza. Son las dos sensaciones que laten con fuerza en las motivaciones de Emma, y están muy bien plasmadas.

En el otro lado de la balanza, si decidimos que Emma encarna al mal de esta novela (que eso después lo hablamos), estaría la inspectora Eva Santiago, que es la encargada de investigar los crímenes. Es una mujer inteligente, pero, durante la fatídica Semana Santa en la que transcurre la historia, va siempre un paso por detrás de la asesina. No he sentido mucha empatía con este personaje, me ha parecido muy normal, pero también bastante fría. No sé qué esperaba, la verdad, quizá un poco más de sangre en las venas, algo de pasión en su vida, un poco de... sal. Es inteligente, resolutiva, analítica y hace bien su trabajo, pero lo tocante a su vida y la relación con su marido me ha parecido un poco floja. Quizá queriendo centrar todo en la investigación, el autor ha dejado de lado otras facetas que podrían haber enriquecido el personaje.

Una de las cosas interesantes de la investigación es que la autora de las muertes, Emma, quiere que la policía no tenga ninguna duda de que los asesinatos los está cometiendo la misma persona. Para ello deja su firma, una pelota de golf.

Al final de la historia, por sorprendente que parezca, no he sentido rechazo por la asesina. Averiguar su por qué, aunque no esté para nada de acuerdo con su manera de proceder, la vuelve más humana y más cercana, incluso aparece un punto de comprensión en el lector bastante inesperado.

Si tú eres todavía uno de los que no han leído esta novela, ya sabes, en Amazon.

*He leído después Café y cigarrillos para un funeral, del mismo autor, ambientada en la misma ciudad, pero no lo había hecho cuando redacté esta reseña.

El autor anuncia para antes de que acabe 2015 que estará disponible otra novela que tiene como protagonista a la inspectora Santiago, Siete libros para Eva. La leeré cuando sea.




viernes, 10 de julio de 2015

CAFÉ Y CIGARRILLOS PARA UN FUNERAL DE ROBERTO MARTÍNEZ GUZMÁN



Tras este llamativo título se esconde la última propuesta literaria del autor de Muerte sin resurrección, Roberto Martínez Guzmán. Se trata de un relato en el que la intriga es la base para mantener al lector enganchado en su medio centenar de páginas.

¡Y vaya si lo consigue!

Aún no podéis leerlo entero, está siendo publicado por SerialBooks por entregas, una a la semana, pero cinco blogs hemos sido seleccionados para leerlo en exclusiva y contaros nuestras impresiones.

Intentaré hacerlo lo mejor posible, eso sí, siempre sin desvelar demasiado, porque merece la pena que seáis vosotros los que descubráis el relato.

¿Os cuento de qué va?

La historia arranca el viernes 19 de julio a las dos de la mañana. A esa hora tan intempestiva, el doctor Delfín Sánchez se presenta en la comisaría de Ourense, muy asustado. Quiere hablar con alguien porque está convencido de que le quedan muy pocas horas de vida y necesita que alguien le proteja. Llega hasta la inspectora Eva Santiago -protagonista de Muerte sin resurrección-, y le cuenta que lleva un año recibiendo cartas que le anuncian su muerte para el 20 de julio a las siete de la tarde: exactamente en el momento en que cumplirá 50 años.

A las cartas, además, se han unido flores para su entierro.

Es tan extraño que despierta el interés de la inspectora Santiago que acepta el caso. En una carrera contra el reloj investiga el entorno del médico, sus pacientes, cualquier persona que tenga una relación con él, pero a cada paso que ella da lo único que encuentra son sólidas coartadas que oscurecen cada vez más la historia. Entonces, ¿quién está mandando las cartas y las flores? ¿Cómo piensa el asesino acabar con la vida del doctor Sánchez?

Roberto Martínez Guzmán, como ya hiciera en su anterior novela, escribe sin rodeos. El lenguaje es directo, claro, y esto contrasta con lo complicada que se vuelve la trama. A cada interrogante que plantea le sigue otro y otro más y tú, como lector, acabas convencido de que te ha llevado a un callejón donde no habrá salida.

Pero no.

La tiene y yo ni la he intuido. Jamás me lo hubiera imaginado como resolución del misterio, y eso que después de leerla tiene mucho sentido.

Los personajes están bien esbozados, aunque no los desarrolla demasiado al tratarse de un relato. De Delfín Sánchez, el protagonista, nos queda sobre todo su sensación de angustia ante el plazo vital al que se enfrenta, a lo que se suma la desazón de no saber quién se esconde detrás de esa macabra idea de pronosticar su muerte para el día y la hora de su cumpleaños. Eva Santiago es un personaje que ya conocemos de la otra novela de Roberto, Muerte sin resurrección, una mujer un tanto fría y muy analítica, que va poniendo delante de los ojos del lector todas las hipótesis hasta las que la conducen las pistas, sin que sepamos en ningún momento, hasta que no termina el relato, qué se esconde detrás de esa amenaza hacia el doctor Sánchez.

También, como hiciera en Muerte sin resurrección, la trama la localiza en Ourense, zona que el autor conoce bien puesto que vive allí.

Como os decía este relato está siendo publicado por SerialBooks, ahí lo podéis seguir con un simple registro y comentarla. Además, el autor ha abierto un reto en su blog. Tiene premio adivinar qué pasará al final de este relato: quién, qué y cómo. El cuándo es lo único que sabemos de antemano. Si os apuntáis, es aquí. También dice cuál será el premio por resolver todas estas preguntas, pero tienen que ser TODAS. Leed la entrada y averiguad vosotros mismos lo que hay que hacer.

Evidentemente yo ya lo sé, pero me lo guardo. Os digo que merece la pena descubrirlo.

Esta es la primera reseña que se publica del relato.