Os enseño la nueva novela que publicaré con HarperCollins Ibérica. Como veis, se llamará La colina del almendro, en honor a un árbol de la propiedad en la que vive la protagonista de mi historia en 1913, año en el que arranca la historia.
No es la primera vez que escribo una novela con un marco histórico, pero si que la ambiento fuera de España. Esto tiene una razón y está en la misma gestación de la novela. Como de momento no voy a contaros mucho de la trama, sí que os voy a decir cómo nació.
Octubre, 2014.
Un mes antes, había terminado la redacción de La chica de las fotos. Registré la novela y, sin perder un día, la mandé al Certamen HQÑ. Quería probar suerte en un concurso importante pero, sobre todo, me seducía la idea de que ellos se quedaban con la opción de publicar el manuscrito en el caso de que les hubiera resultado interesante. Solo por esto último, por tener esa opción, me presente.
Después, me quedé vacía.
Cuando terminas una novela estas como un poco perdido, pero además ese verano también había terminado Brianda. Necesitaba escribir algo nuevo.
2014...
1914...
De pronto recordé que estábamos en el centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial. ¿Y si escribía algo en este contexto? La Primera Guerra Mundial no era un acontecimiento que yo conociera a la perfección, pero sí sabía de su importancia como hito que marca un cambio de mentalidad, el paso del XIX al XX, la sensación de que todo lo conocido se desmorona frente a los asombrados ojos de quienes sobreviven al horror que supone y el momento en el que empieza a gestarse un mundo en el que la ciencia empuja a la religión y las mujeres buscan su lugar en la sociedad.
Pensé en una historia en capítulos cortos, o más bien divididos en escenas que irían precedidos de una carta de alguno de los protagonistas. Con el armazón de mi historia bien anclado, empecé a escribir.
Después, por aquellas cosas que pasan en la vida, quedé finalista en el HQÑ con La chica de las fotos y mi historia se quedó inconclusa. 2015. Después me entraron ganas de contar lo que les había pasado a Paula y Javier después de Su chico de alquiler y escribí Entre puntos suspensivos, 2016. Y también tuve un deseo irrefrenable de escribir otra novela muy distinta, con un protagonista masculino. Seguía siendo 2016. Luego publiqué Entre puntos suspensivos con HQÑ. 2017.
Y llegó entonces, algunos asuntos personales me pusieron freno.
Ese año es para no recordar. Intenté avanzar con esta novela, pero cada día era más complicado. Tuve que esforzarme muchísimo y, solo al final, fui capaz de encontrar el tiempo necesario para dedicárselo. En ese tiempo de parón, había mutado. Aunque no escribiera, no dejé de documentarme y eso hizo que mi idea principal se fuera acomodando a lo que descubrí en esa fase que es la de documentarse, esencial y una de las más enriquecedoras cuando escribes. Ya no contaba solo lo que en principio quería contar, sino que la sencilla historia que había planteado se había ido convirtiendo en un espejo de lo que sucedió en ese momento. En el campo de batalla, en la retaguardia, en la sociedad... y lo que pasó con las mujeres, sus reivindicaciones para conseguir el voto que también es un modo de lograr alzar la voz contra otras injusticias y tener la posibilidad de decidir. Un primer paso necesario para que mi protagonista tomase conciencia de lo injusto de lo que a ella misma le estaba pasando, aunque en principio no pareciera tener mucho que ver con eso de votar.
Esto es lo que traigo, una novela larga, dulce a ratos, dura otros porque una guerra como esta lo requiere. Con algunas dosis de aventura y personajes que se quedan contigo. Sobre todo esos niños secundarios que, no se por qué, se me dan tan bien.
En esta, mi niña se llama Virginia...
Espero que me acompañéis en esta aventura. Sería un honor.
Esta es la sinopsis de la historia, que ya está en preventa:
El mundo y la vida de Mary Ellen se quiebran cuando su padre, el conde de Barton, entra en su cuarto. Ha decidido casarla con un rico comerciante sin rastro de nobleza afincado en Boston. Mary no puede creer que su padre renuncie a que su prometido sea aristócrata, pero sabe que de nada le servirá protestar por no haber sido consultada. Ha sido educada para aceptar que todas las decisiones de su vida las tome el varón de la familia.
Tras una precipitada boda, se ve obligada a trasladarse a Londres desde Almond Hill. Poco después de llegar a la ciudad, Mary descubrirá los secretos que encierra su extraña boda. Y también que al corazón no se le puede atar con un contrato.
Ambientada entre el final de una época y los convulsos años que marcan el principio del siglo XX, La colina del almendro es una historia de venganzas, supervivencia, amor y guerra.
Saldrá al mercado a finales de agosto y en papel el 11 de septiembre.