Llega el final de año y nos da por hacer recuento de las
cosas que nos han marcado. Este año ha sido intenso. Profesionalmente no me
puedo quejar. Ser finalista del HQÑ, haber pasado todo el verano con La chica de las fotos entre las más
vendidas de todas las plataformas digitales, estar nominada a los premios Chick
Lit por segunda vez y acabar de entregar las galeradas para la novela, que
saldrá en papel muy, muy pronto… considero que es un buen balance. Y me estoy
dejando por el camino un montón de historias. Me siento contenta con lo que estoy
escribiendo ahora, pero sobre todo, muy cuidada. Toda la presión que sentí en otra ocasión, me
la han quitado de un plumazo y hasta he engordado (que falta me hacía).
Personalmente ha sido otra historia. Ha habido pérdidas
familiares muy cercanas y dolorosas, hemos experimentado lo que significa
cambiar un contrato de trabajo indefinido por uno temporal con una remuneración
mucho menor (y encima dando gracias por haberlo encontrado) y algunas
situaciones me han sobrepasado. Ha habido decepciones, pero también, al lado,
personas que han dado la talla como no imaginaba y que inclinan la balanza
hacia lo bueno.
Pero el balance de hoy, al margen de estos apuntes, va a ser
lector. Los libros que más me han gustado en este 2015. Sé que algunos de ellos
no están entre los más vendidos, sé que esta lista solo tiene valor para mí y
sé también que el único sentido que tiene hacerla es recordármelos a mí misma,
pero me apetece. Reúno, en una sola entrada los mejores libros con los que he
tropezado este año.
Lo primero que tengo que decir es que este ha sido, sin
duda, el año que más he leído y, a la vez, el que menos reseñas he hecho
porcentualmente. ¿Por qué? La razón es sencilla. Dado que voy a tener la enorme
responsabilidad de ser jurado del certamen HQÑ, quería empaparme de novela
romántica, saber cuáles son los parámetros donde se mueve el género. Y lo he
hecho. He leído muchísimas novelas de este género, pero no están reseñadas en
su mayoría.
Las que sí reseñé son aquellas que me gustaron mucho, las
que mantuvieron alerta toda mi atención, las que me permitieron empaparme de
historias que me arrastraron hasta el final de las páginas. Hay más, pero me quedo
con unas poquitas. Pongo detrás del título en el formato en el que los leí.
¿Y si no es
casualidad? De Sara Ventas. (ebook)
Esperaba esta novela desde que supe que se publicaba porque
ya había leído a Sara. La novela, que gira en torno a unas cartas, me ha
encantado. Reflexión, romanticismo, originalidad, una historia diferente a las
que se escriben ahora, que se parecen mucho entre ellas. No dudo en
recomendarla a quien me quiera escuchar.
Soy heterogénea en mis gustos lectores y, sobre todo,
disfruto cuando un libro está bien escrito. Leía que este me iba a encantar,
así que no me lo pensé un momento. Me fui a la librería, lo compré, y me duró
dos ratos. Me quedé fascinada con la estructura, con ese juego literario que es
esta novela, y encima tuve la suerte de, pocos días después, poder preguntarle
muchas cosas al autor. Una cosa más para apuntar entre las experiencias
inolvidables de este año. Otra que no solo recomiendo, es que ya he regalado
dos veces.
La caricia de
Tánatos, de María José Moreno. (papel)
No es una lectura de este año, sino una relectura con motivo
de su aparición en papel. Sigo pensando que tiene una fuerza increíble, que es
una novela en el que el terror no te lo encuentras entre descripciones
truculentas o hechos increíbles, sino que es un sordo rumor que circula por la
novela y que te hace plantearte mil preguntas sobre las personas que tienes
alrededor. Una novela sobre el maltrato psicológico que creo que es una apuesta
segura para buenos lectores.
Lo vi en un par de blogs y cuando tuve la oportunidad, lo
compré, a principios de verano. A pesar de ser bastante grueso, lo leí en unas tardes y me encantó.
Quizá el final me dejó un poco fría, pero el resto del libro me pareció
maravilloso, con unos personajes memorables y una narrativa merecedora del
premio que tiene la novela.
Es un relato largo, no una novela, pero me enganchó hasta el
punto de que no lo solté hasta ver la palabra fin. Es una historia de suspense
que te mantiene intrigado en todo momento y cuando llega el final… no te lo
esperas. Al menos, yo no fui capaz de anticiparlo. Roberto me ofreció la
posibilidad de escribir el prólogo y no me lo pensé
en ningún momento. Una experiencia literaria nueva que va al saco de las cosas
chulas.
Me estrené con este autor en 2015, ya iba siendo hora, pero
encima lo hice con un ensayo, no con una de sus novelas de éxito, y me
pareció estupendo. Tanto que lo releí. Sus consejos, tomados siempre con
tiento, me los planteo a la hora de escribir. Creo que es una buena lectura
para quienes nos dedicamos a esto, sea de manera profesional o no. Por lo menos
para cuestionarte algunas cosas.
Nunca había leído a Marisa, y eso que sabía que escribe muy
bien, pero es de esas autoras que no hacen demasiado ruido y se te va pasando.
Un día de abril decidí que ya era el momento de encontrarme con ella y la
elección no pudo ser mejor. Me encantó cómo se mueve con las palabras y las
emociones que fluyen al leerla. La tengo anotada entre las autoras que no
pienso perder de vista.
Precioso libro, preciosa novela corta que me regalaron en mi
cumpleaños y que leí con un nudo en la garganta. Emoción en estado puro. Me
encantó el enfoque, el punto de vista de un padre en una historia que siempre
pensamos que afecta más a las madres y fue el germen de una idea que llevé a
cabo, empujada por las palabras de un escritor al que admiro, un consejo que
por básico es imprescindible: escribe lo que quieras, lo que te salga de dentro,
aunque no sea lo que esperen de ti. Pues entre este libro y sus palabras,
construí una historia que solo he compartido en el blog y con unas pocas personas, pero de la
que me siento muy orgullosa.
Lo leí a principios de año. Fue uno de mis regalos de
Navidad (Víctor me lo mandó a casa dándome una sorpresa inmensa) y me encantó. Me gusta mucho la Prehistoria, el período en que está
ambientado, y este libro consigue trasladarte. Y sin que los personajes hablen.
Víctor Fernández Correas es uno de los autores que tiene una voz narrativa más personal y quería
leer uno de sus primeros libros para constatar algo que ya intuía: está
creciendo a pasos de gigante. Espero ansiosa que publique otra novela, porque
sé que nos va a dar una sorpresa con ella.
Y hasta aquí mi particular repaso. Una lista personal. ¿Has
leído tú alguno de ellos?