Quiero presentaros a alguien que creo que algunos conocéis, sobre todo si os movéis por las redes sociales, en los círculos donde abundan los escritores. Es Iván Hernández.
Pausa.
Reproduzco exactamente lo que ha pasado nada más escribir su nombre. Iba a poner escritor, pero es quedarse corto para definir a Iván. Él es multidisciplinar, inquieto, hiperactivo… capaz de mantener conversaciones a tres bandas en FB mientras está pensando en el retoque de una portada y por su cabeza revolotean ideas para su nueva novela aliada. Eso si no te está contestando un privado. Se me olvidaba que en medio de todo tiene tiempo para ir a buscar a su niño al cole y me apuesto un relato corto protagonizado por un fontanero de La Coruña a que, más de una mañana, pone la lavadora y tiende la ropa.
Lo de hiperactivo es cierto, y es algo bastante enfermizo, la verdad. Es como si te faltasen horas. Los días, las semanas, los meses... se pasan volando. Organizarse y trabajar en varias cosas al mismo tiempo es lo mejor para no aburrirse y avanzar. Y hace bastante que no pongo una lavadora, soy más de lavavajillas y de preguntar a mi hijo la lección.
¡Ostras! Me equivoqué con eso, me tocará escribir el relato del fontanero… Pero bueno, algo así es Iván.
(Se te ha olvidado decir lo de atractivo)
Jajaja, ¡por supuesto! ¿Os he dicho que te hace reír todo el rato? Eso y que es alguien que en persona siempre sonríe, que tiene las cosas muy claras y que aunque le pillen a traición, es capaz de sentarse en una mesa redonda y salir airoso del trance.
¡Qué momento freak, por favor! Suelo, sonreír, sí, pero el Joker también.
¡Calla, que me los despistas!
Conocí a Iván el pasado mes de octubre en persona. En las redes, ni me acuerdo. Iván está siempre ahí, esparciendo ideas, compartiendo su mundo aliado. Creo que tardé un poco en hablar con él por una tontería mía pero un día él se empeñó en que quería llegar a 600 seguidores en su página de FB, una amiga común (Pilar) animó a que nos uniéramos los que no fuésemos aliados y… le di. Me convertí en la seguidora número 600. El premio por haber atinado era que me regalase una de sus novelas. Así, un día de este verano, conocí a Clara.
En octubre fui a una charla sobre Amazon en Getafe y allí, con Magüi Cabral y Armando Rodera, estaba Iván. Cierto que como yo había ido de público, pero el retraso de un avión, la ausencia de uno de los ponentes, le subió al estrado y si nadie lo cuenta hubiéramos podido creer que llevaba meses preparando su intervención.
Qué bonita historia la de Clara, la primera y de mis preferidas. A ver cuando se hace la peli... Sobre lo de Getafe Negro y la charla de Amazon, es cierto, de hecho no dije a nadie que iba porque no sabía si al final iría. Soy bastante introvertido aunque parezca lo contrario y me cuesta dar el primer paso para salir de casa y ver seres humanos. Pero bueno, iba Magüi a la que ya conocía, y Armando, al que no conocía en persona pero tenía ganas de verle, porque los bestsellers molan mazo y me ponen cantidad. Pero lo genial fue que también estabas tú y más amiguitos de facebook, escritoras, blogueras y hasta un premio Planeta... fíjate tú. Cuando me dijeron de subir y compartir mesa no me lo pensé porque como se iba a hablar de algo de lo que "entendía", pues me resultó fácil. Además, estoy acostumbrado al público relativamente (he cantado en alguna boda, he desafinado delante de mucha gente..., vamos, que tengo tablas en la torpeza del directo, jajaja). Creo que, de todos modos, hablé más de lo debido, pero ya me dice mi cuñada que cuando me ve, me teme, porque parece que le quiero vender un Kindle, pero es que me sale sola esta vena comercial que ya no sé si soy escritor o vendedor del Círculo de Lectores...
Tú di lo que quieras, yo estaba allí y no me cansé de escucharte, y la gente no se ahorró preguntas al final. Pero bueno, viéndote en las redes, algo de vendedor sí que tienes, pero de los buenos. Hay días que enciendo Facebook y me pregunto: ¿qué nos contará hoy Iván? O sea, que tan malo no es.
Sigo con lo que os contaba. ¿Cuántas novelas tiene Iván…? Pues a su novela estrella, La protegida Wittman, hay que sumarle el resto de sus novelas aliadas: Clara, A Marte, ¿Existes?, Un baile imperfecto, Esto es un corazón y El surco de tus labios me provoca deseo. (Son tantas que el enlace lleva de golpe a la tienda aliada)
Jo, yo pensaba que tenía más... Bueno, sí, tengo más, pero bajo seudónimo. Es que son antologías pornográficas y no casan mucho con la línea editorial. Pero bueno, quien las quiera buscar, que investigue por Amazon jiji, o me escriba, que yo se lo digo, aunque lo negaré siempre en público.
(Yo creo que te voy a preguntar también en secreto)
¡Y sigue escribiendo!
Sí, pobrecitos, lo que os queda por aguantar. Los aliados ya me están pidiendo otro pero no llego a todo. Pero en proceso está, ¿eh?
No hemos acabado. ¡Iván es un crack haciendo portadas! Lo sé porque fue quien se encargó de la de mi última novela, Detrás del cristal. Después de volverme loca, de volver loco a todo mi entorno, un día me decidí a hablar con él y la verdad es que no me arrepiento, sobre todo por dos razones: el resultado me encanta y me lo pasé genial trabajando con Iván.
Muchas gracias. Hacer portadas económicas es complejo porque los recursos y el tiempo son limitados, y dependía mucho de la idea que tú me transmitieras y todo aquello con lo que pudiéramos jugar para elaborar algo que te gustara, dentro de las posibilidades y el presupuesto, claro. Por eso me cuesta decir que realmente la portada sea "mía", porque en realidad para llegar a un acuerdo creativo el autor de la obra y el diseñador deben conversar antes de actuar. Esa conversación se basa en transmitir información exacta de la novela, la esencia de la misma, que encaje con lo que siente el autor, pero sin olvidar al futuro lector. Como ejemplo de lo que os comento, os dejo una de mis primeras portadas y cómo ha ido evolucionando hasta dar con lo que buscaba el público, meses después.
Eso, ¿por qué no nos cuentas cómo fue todo ese proceso?
Vale, os lo cuento.
Cuando comencé en Amazon no tenía mucha idea de diseño, photoshop, etc... y tampoco tenía ni idea del comportamiento de los lectores con respecto a las portadas.
Yo sabía que mis portadas no resultaban 100% profesionales pero confiaba en ellas.
Así, después de publicar Clara, me decidí a lanzar AMARTE, y realicé una portada de este tipo:
A mí me gustaba, pero un día en un foro una chica dijo: qué portada más fea.
¡Cómo somos de malas las chicas!
Coño, tenía razón, la portada tenía un diseño bastante mediocre.
Pensé cómo mejorarla. La historia era simpática, bastante fantasiosa, nada que ver con una obra de ciencia ficción, sino más bien como una comedia romántica hiperespacial.
Así que me puse manos a la obra y lo enfoque a una ilustración divertida:
Me llevó bastantes horas conseguir el impacto deseado. Pensé que la portada hablaba claramente del sentimiento del libro. Me sigue gustando, pero...
...al público, me temo que no.
¿Por qué? Por dar la sensación de cuento infantil, de libro "poco" serio, de algo que no sabemos muy bien qué es...
A mí me recordaba a Toy Story…
Vale, vale, pues lo intentamos otra vez. Pasados los meses diseñe un logotipo para Colección Buscoaliados y empecé a modificar portadas. Las hice más anchas y fui en busca de fotografías.
Después planteé diversas portadas parecidas a los aliados, por privado, y decidieron cuál era la mejor disposición de la imagen, la tipografía, etc...
De este modo resultó la siguiente portada:
En este momento se cumplían varias "leyes" sobre el diseño, que además encajaban muy bien con el contenido. La mirada limpia, los colores rojizos del pelo, las pecas, el planeta... el sutil corazón entre el juego de palabras... un subtítulo que resumiera la obra a la perfección. Varios elementos que encajaban muy bien.
¿Resultado? Se vendió en un mes lo que no se había vendido en un año.
¿Increíble? No. Es el poder de una buena portada.
Es que es la primera impresión. Siempre dicen eso: nunca tendrás una segunda oportunidad para causar una buena impresión. Si en el momento en el que conoces a alguien algo de esa persona te chirría o te desagrada, costará mucho que te caiga bien. Hasta puede que no lo consiga nunca. Lo mismo pasa con un libro: si a la primera no te entra de algún modo por los sentidos, va a costar mucho más darle su oportunidad. Y ésta, Iván, causa una excelente impresión.
A veces funciona, a veces no, pero ayudar, siempre ayuda.
Este es Iván Hernández, sólo me queda recomendaros que os hagáis aliados, que visitéis su página web BUSCOALIADOS donde os lo explica todo y que si escribís y necesitáis una portada para vuestro libro, él tiene muchas ideas.
Yo lo hice y estoy segura de que si se da el caso... repetiré.