El
pasado día 12 de octubre estuve en Sebúlcor, en una charla en la que presenté a
los asistentes mis novelas, las tres que están ahora en papel, autoeditadas, y Detrás del cristal, de la cual les conté la aventura que he vivido con ella
desde que en febrero la colgué en Amazon.
La
verdad es que fue una mañana de las mías, de locos.
Hace
meses que tenía algo pendiente en Madrid para este fin de semana, así que
cuando me propusieron asistir a la Feria del Libro dije que sí, sin acordarme
de mis planes. Cuando caí ya era tarde, así que se me ocurrió que madrugando un
poco podría hacerlo todo. Claro, que no contaba con que el viernes a las once y
media de la mañana me nombraran jurado del certamen de cuentos Juanito Caracol,
cuyo fallo tenía que estar listo el domingo. Y tampoco contaba con que habíamos
retrasado una semana el cumpleaños del cole, de los niños del último trimestre,
y lo celebrábamos el viernes por la tarde.
A punto
estuve del colapso.
Empecé
a organizarme. En primer lugar aparqué lo no urgente: leer, escribir y
descansar cinco minutos en el sofá. Después descarté lo que nunca me apetece:
planchar (esto no me dio pena). Finalmente quité de mi agenda un paseo con
Ulises e ir al cumpleaños andando en lugar de coger el coche del garaje.
Con
esto pude reunir el tiempo necesario para, antes de salir de casa, haber leído
las categorías infantil y juvenil. Me quedaban sólo los de adultos que pensé
dejar para la mañana del sábado pero al final lo logré.
Antes
de irme a dormir me había leído todos los relatos.
El
sábado madrugué y a las diez estaba en Madrid. A las doce inicié el camino de
vuelta con el corazón en un puño: el encuentro era a la una y media y no me había
dado cuenta de que los festivos generan atascos. Pero bueno, a veces la suerte
se pone de tu parte y llegué a Sebúlcor sólo con cinco minutos de retraso.
Allí me
acompañó en la mesa Rosa, la alcaldesa, que presentó el acto. En la charla
hablé de mi experiencia en el mundo de la autoedición, los pasos que he ido
dando desde que empecé en todo esto en 2009 y conté cómo, a partir de la
publicación en Amazon de Detrás del cristal y su ascenso y mantenimiento en las
listas durante cinco meses, varias editoriales se interesaron por ella. El
resultado de todo esto lo sabéis: Ediciones B se quedó con los derechos de la
novela y saldrá en papel a principios del 2014.
Fueron
varias las cosas que me sorprendieron.
La
primera es que había más gente de la que esperaba, teniendo en cuenta que Sebúlcor
es un pueblo pequeño y ahora, aunque sea festivo, no estamos en verano que es
cuando los pueblos de Segovia multiplican la población. Sin embargo, había unas
cuantas personas (los nervios me impidieron contarlas) que escucharon
atentamente lo que les conté y que, como digo, me sorprendieron. Una de las que
más fue una señora del público. Llevaba un ejemplar de Su chico de alquiler y
me contó que hacía tres años que estaba en su casa pero que no tenía idea ni de
cómo había llegado a sus manos.
La
segunda fue que, más gente de la que pensaba en principio, tenían lector
electrónico y se mostraron muy receptivos con una lista de ebooks que les
proporcioné para descargar de manera legal, libros de Fj Rohs, Mercedes Pinto,
María José Moreno, Antonia J. Corrales, Iván Hernández, Mónica Gutiérrez,
Rafael R. Costa… que he leído y reseñado en este blog y de los que podía hablar
desde el punto de vista del lector. Entre los mil temas que salieron uno de
ellos fue la piratería y coincidimos en que un libro digital no puede costar
casi lo mismo que en papel. Como es un tema que veo cada día pensaba que la
gente sabe que hay muchos libros que se pueden descargar de manera legal por
precios muy económicos pero comprobé que no todo el mundo conoce esta opción.
La mayoría se quedaron pasmados al saber que muchas de las novelas que les
proponía no llegaban a costar un euro.
Finalizada
la charla, como la librería Cervantes tenía un puesto, se compraron mis novelas
y se acercaron a que se las firmase. Ocurrió lo de siempre: agoté completamente
Su chico de alquiler, sólo quedó uno de La arena del reloj y El medallón de la
magia se mantuvo fiel a sí mismo, el último en ventas. Pero tengo que decir que
quedaron sólo dos.
Y
después, lo mejor de todo. Fuimos a tomar algo y la charla continuó, igual de
amena y distendida, aunque un poco más íntima. Después de comer me marché a
casa, a descansar un poco.
Me
hicieron sentir como en casa así que por la tarde volví a ver la actuación del
grupo los INFONCUNDIBLES, un duo cómico que entre malabares y números circenses
muy clásicos presumían de su "circo contemporáneo" y que nos hicieron
reír durante algo más de una hora.
Para
rematar, el domingo me reuní con el jurado para la deliberar sobre los relatos.
Fue una experiencia semi nueva, porque hace diez años, aprovechando una
temporada en la que tuve que hacer reposo, fui jurado de un certamen nacional
de narrativa. Pero como estaba reposando no pude ir a la reunión del jurado,
tuve que enviar mis impresiones y dejar la decisión final en sus manos. La
verdad es que no fue mal, coincidí con ellos a pesar de la distancia. Esta vez
sí que pudo ser, así que me alegro mucho de, como dice mi amigo Félix, no ser
capaz de decir no a nada. Algunas veces merece la pena.
No sé
cuándo repetiré la experiencia, pero os aseguro que ha sido emocionante.