Por fin
puedo decir que está terminada mi nueva novela. Le falta todo el proceso de
corrección ortográfica, de ajuste de detalles, pero lo esencial, el argumento
de lo que quería contar ya está.
Me
preguntan varias cosas:
¿Cómo
se llama?
Tiene un título
provisional que cambiará, seguro, porque no sé si cuenta de verdad la esencia
de la novela. Habrá que esperar aún para saberlo.
¿Cómo
es de larga?
Más que
ninguna, creo que se irá a las 400 páginas.
¿De qué
va?
Un
viaje aplazado veinte años, tres amigas, muchos cambios vitales.
¿A cuál
de las anteriores se parece?
A ninguna.
Tiene algo en común con Su chico de alquiler en la postura del narrador, o con
Detrás del cristal en las frases y mucho más con La arena del reloj porque los
sentimientos se adueñan del texto casi en cada línea. Pero soy yo, seguro que los que me habéis leído me vais a reconocer.
¿Cuándo
la podréis ver?
Ni
idea. No sé qué haré con ella. De momento, corregir como he dicho, pulirla,
dejar que repose y entonces ya tomaré una decisión.
Estoy
contenta porque me puse el reto de terminarla el verano pasado pero tuve
ciertos problemas que me impidieron concentrarme en su escritura. Ahora me
alegro porque quizá me ha dado tiempo para pensar mucho más en lo que quería
contar.
Ya
tengo otros proyectos en mente, en cuanto termine…
Feliz semana