Encuentro
a menudo debates en las redes sobre las puntuaciones que se dan a las novelas
en Amazon, la falsedad de las de cinco estrellas y la envidia o la mala leche que
muchas veces se esconde tras las de una o dos. Los he visto e incluso abierto alguno
yo ante alguna opinión de esas que no tienen compra y es dudoso que hablen de
la novela porque son tan ambiguas que podrían servir para cualquier libro.
Me
pregunto muchísimas veces para qué puñetas pusieron las estrellas.
Yo
sabéis que no opino, salvo que un libro me guste de verdad de la buena pero
grande, grande con MAYÚSCULAS. Me quedo en mi casita, hago una reseña si me
apetece en el blog, pero a Amazon o Goodreads, por ejemplo, voy poco porque
estoy hasta las narices de que se me pida opinión a cambio de opinión o que se
me sugiera que mienta en una impresión, otorgando más puntuación de la que
merece el libro.
He
pensado que lo mejor sería que las estrellas desaparecieran y quedasen,
simplemente, las opiniones.
Solitas, pero que cambiarían de significado en
muchas ocasiones, desnudo su contenido, libre de la atadura subjetiva que te
hace suponer que cuatro estrellas implican una lectura satisfactoria. Porque
las he visto de dos que no machacan la novela sino que señalan algún punto
flojo pero que salvan otros tantos y he visto de cuatro que están siendo
críticas tan negativas del libro que sorprende ver tal amontonamiento de astros
encima de las palabras del comentarista.
Diréis,
¿las lees entonces?
Pues
sí, leo las opiniones de algunos libros, sobre todo si ya tengo la mía formada
para saber en qué coincido con los demás y me sorprende que muchas veces me he
olvidado de matices del libro o he pasado por alto otros. Veo si concuerdan con
las mías y confieso que a veces me frustra el hecho de no haber sido capaz de
ver ciertas excelencias en algunos libros que se repiten sin cesar, mientras
que en otros leo algunas cosas que directamente me hacen pensar que se han
leído una novela completamente diferente a la que yo leí porque no hay por donde
coger lo que dicen.
Por todo esto, ya no opino.