domingo, 17 de abril de 2016

PAN DE LIMÓN CON SEMILLAS DE AMAPOLA (I)






El otro día, en un blog que por desgracia no recuerdo, vi que hacían reseñas por partes, según avanzaba la lectura. (por favor, Marisa Sicilia, si lees esto dime cómo se llama que sé que tú sí lo sabes). Dejaban las sensaciones que el libro les iba produciendo fragmentadas y me pareció curioso, divertido y muy original.

Nota: Marisa ha venido y ha sido tan amable de dejarnos el enlace del blog: Porque leo lo que quiero

Me apunto la idea para este libro, doy las gracias a ese blog por la fantástica idea y comienzo, aunque al ritmo de lectura que llevo tenemos para rato. No por el libro, sino porque este fin de semana lo he dedicado a salir y no a leer, y no he avanzado nada desde el viernes.

He elegido un libro: Pan de limón con semillas de Amapola, de Cristina Campos.




Lo he elegido tal y como empiezo esta reseña, sin leer la sinopsis, sin saber ni una sola palabra de él. Soy socia de Círculo de Lectores desde... desde siempre, y desde siempre compro muchos de los libros que tengo en papel por este medio. Antes era genial, porque me tenía que pelear conmigo misma para decidirme por uno. En Círculo estaban muy atentos a las novedades editoriales, pero desde que trabajan solo con una... la decisión ha mutado.

Muchas veces no me apetece nada.

Miro la revista y paso por encima de casi todo. Tanto, que cuando la agente me llama para ver qué quiero, acabo diciendo el primero que se me ocurre. Y no siempre acierto, la verdad, el libro anterior que pedí (y que leí, porque encima me costó una pasta) fue una auténtica tortura lectora para mí.

Este mes la llamada me pilló tan a contrapié como siempre, así que tomé una decisión racional, lógica y, por supuesto, muy poco arriesgada para elegir uno: abrir la revista y por la página que cayera. Total, peor que el anterior iba a ser difícil, así que...

Abrí por la página donde estaba esta novela, la primera de Cristina Campos, y la verdad es que ni siquiera me molesté en leer la sinopsis. Me dije que cuando llegara ya vería. Llegó esta semana a casa
y tampoco la leí. Dejé el libro dos días en el mueble de la entrada y solo al tercero me lo llevé a la habitación.

Entonces, le quité el plástico.

Y aquí, justo aquí, empiezan mis sensaciones de la novela. Quizá sea un poco descabellado, pero fue en el momento en el que toqué la portada cuando me di cuenta de que la elección iba muy bien encaminada. Las letras del título, en la sobrecubierta que llevan todos los libros de Círculo, están en relieve. Sé que va a sonar idiota, pero las de Detrás del cristal también lo están, es algo que nadie ha comentado nunca, pero que a mí me encantó cuando tuve los primeros ejemplares entre las manos. Quizá esa asociación subjetiva empezó a hacer que germinasen en mí las buenas sensaciones que continuaron cuando lo abrí y me sumergí en la primera página.

Y llegué hasta la treinta del tirón.

Lo que leí, me cautivó. El estilo, me enganchó. Me di cuenta de que no había sido un error hacer esa elección idiota: vendarme los ojos y dejarme llevar. Me alegro porque estoy segura de que, por casualidad, se tienen los mejores encuentros.

Por cierto, ¿sabéis lo que hice justo después de esas treinta páginas? Me fui a por un café e investigué sobre la novela. Me encontré con la biografía de la autora, una barcelonesa de cuarenta años, licenciada en Humanidades, y vinculada al mundo del cine ya que desde hace diez años se dedica a la dirección de casting de largometrajes y series de televisión, y que tiene en esta su primera novela. Cuando leí esto, pensé que habría un booktrailer por ahí, sobre todo por su biografía, y lo busqué. Arriba os lo dejo, en lugar de contaros de qué va la novela, en lugar de la sinopsis. Estoy convencida de que os va a encantar.

Por cierto, después leí otras cincuenta páginas de otra sentada. Y me alegré todavía más de haber elegido de una manera tan tonta y de ser capaz de leer a mi aire.

Ahora que me doy cuenta... no he contado nada de la trama, ni de los personajes, pero es que apenas los estoy conociendo. Dentro de unos días, os sigo contando...